Sin duda, el gran momento bizarro de la semana lo ha protagonizado Marilyn Manson, que se ha sentido «destrozado y como un pájaro desnudo» ya que en el proceso de separación de Dita Von Teese, ha perdido la «custodia» de sus animales disecados. Sí, has leído bien, animales disecados: cuatro babuinos, dos monos, un pavo real y un jabalí. Imaginamos que sólo se trata de una broma (siniestra, al tratarse de él; y un poco guarrindonga, así en general) que justifique un ratito de estúpida notoriedad en los medios. Porque si tamaña imbecilidad fuera cierta, el hombre no está bien. Y ni tan siquiera vamos a opinar sobre alguien que tiene en casa animales disecados, que no merece la pena.
Hace unas semanas, desde esta sección añorábamos los tiempos en los que las estrellas del rock eran unos salvajes de cuidado. Es decir, cuando destrozaban habitaciones de hotel, las giras eran una orgía de desenfreno continuado, las bandas se liaban a hostiones, etc. Pero aquellos tiempos han pasado y la asepsia reina en el rock. Ahora, las noticias pasan por los centros de rehabilitación. El último en internarse en uno es Richie Sambora, el guitarrista de Bon Jovi. Del que se asegura que ha pasado unos meses duros: la ruptura con Denise Richards, el divorcio de Heather Locklear y la muerte de su padre. En un comunicado, el manager de los Bon Jovi, dijo: «Richie Sambora ha ingresado en un centro de rehabilitación privado en Los Ángeles. Pide que se respete su privacidad y la de su familia en este momento». Oiga, señor manager, que si no lo hubieran hecho público, ni nos habríamos enterado.
Siguiendo con el capítulo de adicciones, demos cuenta de que George Michael ha sido condenado a cumplir 100 de servicio comunitario por conducir bajo los efectos de las drogas. Y no deberá conducir durante dos años. Parece que el hombre asume la pena. Por cierto, que el mes que viene se casa con su novio, Kenny Goss.
En la sección rosa, destacamos que Paul McCartney y Heather Mills, como ya anunciamos hace unas semanas, van a pasar juntos, el próximo 18 de junio, el cumpleaños del primero en compañía de la hija que tienen en común. Pero es que, además, ahora se llaman por teléfono, no como antes que sólo se comunicaban a través de los respectivos abogados, y no tienen prisa por agilizar el divorcio. Detrás de este cambio radical de actitud, parece estar el que Mills se ha cansado de ser apreciada (es un decir) por la población de medio mundo, como la enemiga número uno. Vamos, que no quiere ir de Yoko Ono. Probablemente, algún malpensado creerá que todo tiene que ver con que el lanzamiento del nuevo disco de Paul no se vea ensombrecido por las habituales declaraciones de Mills. Pero, seguro que no.
Nunca pensamos que nuestra querida Chavela Vargas pasaría por esta sección, pero es que el tono fúnebre que maneja desde hace un tiempo, comienza a ser un tanto cargante. Así, a esas extensas giras de despedida en las que se embarcó hace unos años, a los comentarios que acompañaban el lanzamiento de su último, y excelente, disco («un testamento», se venía a decir), se suma ahora una entrevista en la que confiesa que quiere morirse en martes «para no ‘fregarle’ el fin de semana a nadie». A la vez, asegura padecer «una enfermedad nueva, que no está de moda: haber llegado a los 88 años con una vitalidad inagotable». A ver si nos aclaramos, porque si tiene tanta vitalidad que se deje de mensajes mortuorios y de despedidas, ya que acabaremos por pensar que son una excusa para vender más entradas de conciertos y discos.