Elton John tiene carácter: El hombre, tras su actuación en el concierto de homenaje a Diana de Gales se dirigía en coche a la zona vip donde se reunían los músicos y donde estaba su camerino, cuando un policía ordenó que el coche en el que se desplazaba parase ya que tenía órdenes de no dejar pasar a ningún vehículo. El chófer le dijo que llevaba a un «cantante importante». A lo que el policía replicó: «No me importa a quién lleve dentro. No puede seguir por esta carretera». En esas que el bueno de Elton bajó la ventanilla y furioso se dirigió al mortal policeman: «¿No sabes quién soy yo? Fuera de mi jodido camino. He estado trabajando todo el jodido día y necesito ir a mi jodido camerino». Finalmente, Elton John, jodido, tuvo que recorrer a pie la distancia de 45 metros que le separaban de la zona vip.
El productor del próximo disco de la rehabilitada Britney Spears, Sean Garrett, defiende bien su nuevo producto: «Britney ha creado otra obra maestra del pop. Garantizo que este álbum conmocionará al mundo. No os puedo dar el título, pero el disco está ya listo y sin duda alguna es lo que la gente quiere escuchar de ella». ¡¿Será, por fin, un disco mudo?!
Últimamente Enrique Iglesias habla mucho de su padre: que si se llevan bien, que si no se hablan, que si viven juntos, que si esto, que si aquello, que si patatín, que si patatán… Lo último ha sido declarar que sus fans no saben quién es su padre. Y puede ser, claro que sí. Pero que no olvide que sin su padre, el mundo tampoco sabría quién es él. Y eso que nos ahorraríamos.
Kate Moss ha echado al pobre Pete Doherty de la casa en la que vivían. La modelo, harta de sus problemas con las drogas, ha cambiado la cerradura de la casa y el chavalote se ha ido a vivir a una caravana (¿?). El propio Doherty ha confirmado estar «oficialmente en la calle». Algún medio asegura que las declaraciones se produjeron entre un llanto desconsolado. Nosotros también lloramos, pero hastiados de este culebrón que se llevan los dos y que, estamos seguros, todavía no ha terminado.
Son de sobras conocidas las cuitas que enfrentan a Alberto Ruiz Gallardón (Alcalde de Madrid) y a Esperanza Aguirre (Presidenta de la Comunidad madrileña) ya que ambos se perfilan (o perfilaban, tras la reaparición sorpresa de Rodrigo Rato) como sucesores al trono de Mariano Rajoy. Su máxima parece ser aquella de que en el amor y en la guerra todo vale. Así, el pasado viernes el cantante Diego Torres actuaba en el Patio del Conde Duque, que depende del Ayuntamiento, y a eso de las doce de la noche encaraba el final del concierto con «Color esperanza» cuando los técnicos cortaron el sonido y Torres acabó cantando la canción con un megáfono que le pasaron y con el coro del público asistente. Se da la circunstancia que «Color esperanza» la usó Esperanza Aguirre en la campaña de las segundas elecciones autonómicas de 2003 (las posteriores al «Tamayazo»). Según leemos en la prensa, fuentes de la Concejalía de las Artes del Ayuntamiento atribuyen a la «mera casualidad» que se cortara en ese preciso instante el sonido ya que, según ellos, todos los conciertos deben terminar a las 00 horas. Demonios, con las casualidades, ¿no será que alguien ha decidido cambiar aquello de «al enemigo ni agua» por «al enemigo ni canciones»?