En la foto, lo que no se verá de Beyoncé en Malasia.
• Marilyn Manson tiene la gripe A y ha escrito sobre ello en su Myspace: «las mujeres que elegí en el pasado no han contribuido de ninguna manera a que yo haya cogido esta misteriosa enfermedad. Desafortunadamente, voy a sobrevivir». No hay imágenes de Manson enfermo, pero si ya de habitual presenta un aspecto penoso y enfermizo, «gripado» no queremos ni imaginárnoslo.
• Que Courtney Love se vale por sí misma ya lo sabemos, pero lo que no sabíamos, y ella misma nos ha aclarado, es que no le debe nada a nadie –a Visa hace unos meses unos dinerillos gastados a cuenta de la tarjeta–, sólo a Johnny Depp: «He estado a punto de morir en varias ocasiones; en una de ellas Johnny Depp me tuvo que hacer una reanimación cardiopulmonar». Lo que no cuenta la viuda de Cobain es cómo se dio tal circunstancia, aunque con el pasado que ha tenido, quizás preferimos no saberlo.
• El asunto, de ser cierto, tiene miga: el libro «The Michael Jackson Tapes: A Tragic Icon Reveals His Soul In Intimate Conversation» se basa en treinta horas de conversaciones entre Michael Jackson ¡y un rabino! En ellas, el difunto habría destapado –no usemos el verbo confesar, que en este caso no es muy adecuado– sus pensamientos más íntimos, sus «tormentos». En estas charlas, Jackson decía que se sentía atraído por las mujeres, en especial por Brooke Shields y desconfiaba de Madonna (claro, demasiado crecidita para Jacko, y muy lagarta), de la que creía que estaba enamorada de él. Todo tiene un tufo a mentirijilla que asusta, pero no deja de tener su punto atractivo, por chusco, bizarrón y marujón.
• Ahora vamos con una buena y una mala noticia: La buena es que Papito Bosé está lejos de España, en Latinoamérica. La mala es que, desde tan lejos, sigue abrasándonos con sus noticias: que si la semana pasada está en el momento adecuado cerca de Juanes en el concierto de La Habana para que lo veamos en todos los telediarios, que si esta semana inaugura una escuela para niños indígenas en la sierra de Juárez, en el estado mexicano de Oaxaca. Ay, qué cruz de hombre, y es que Papito Solidario casi que resulta más cargante que Papito Frivolón.
• Hay cosas que no entendemos, como que Beyoncé esté dispuesta a «rebajar el tono» en sus trajes y movimientos de baile en el concierto que piensa ofrecer en Malasia, para no ofender a las autoridades islamistas que gobiernan allí, que entendían que los bailes y vestidos de la cantante resultaban «demasiado sensuales» para el público local. ¿No es esto una forma de aceptar la censura? ¿No es más digno abstenerse de ir a actuar allí? Beyoncé, quienes no quieran verte el escote ni mover el culo, no son dignos de ti.
• Nos hizo gracia que Rosana invitara a desempleados a su concierto madrileño en el Palacio de Deportes. Eso es solidaridad inmediata y directa. Hasta ahí todo perfecto, pero cuando recibimos un mail diciendo que Rosana estaba disponible «para ampliar la notica»… uy, qué mal rollo que nos dio. Pero sobre todo por ella, porque, veamos, invitando parados quedas como Dios de estupenda, pero ofreciéndote a ampliar la noticia (que tampoco sabemos qué hay que ampliar: Los parados que demuestren que lo son, entran gratis. Fin de la noticia), es decir, a que TÚ hables de las entradas que vas a regalar, pues como que para gente mal pensada y con malos sentimientos –que no es nuestro caso, desde luego; que a nosotros hasta nos mola mogollón verte con el símbolo de la paz pintado en la cara–, puedes pasar por ser una oportunista de mil demonios, y quedar como el culo de mal, ¿no? Cuidado con estos gestos, Rosana, que la gente es muy mala.
• Ronnie Wood ha alquilado –por el módico precio de 4.500 euros a la semana– un castillo en Surrey, en el sudeste de Inglaterra y se ha trasladado a él junto a Ekaterina Ivanova, también conocida como «La Rusa». Quizás de este modo, el guitarrista de los Rolling Stone y pintor aficionado pretende eludir a los chismosos de sus anteriores vecinos o, simplemente, poder discutir con ganas con La Rusa sin que nadie les moleste y llame a la policía en mitad de la trifulca.
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