El momento surrealista de la semana lo protagoniza Sting, que ha instalado un cable en el jardín de su casa para «andar por la cuerda floja» y así practicar e imitar a su ídolo, el maestro de la cuerda floja Philippe Petit. Si Sting quiere andar por la cuerda floja, que desmonte otra vez a Police y publique uno de esos discos-ladrillo con los que nos castiga cuando se pone serio.
La muy poco rapera Mariah Carey se ha casado con el rapero y actor Nick Cannon, en una «ceremonia íntima» en las Bahamas. El novio le regaló a la novia un anillo valorado en 2,5 millones de dólares. Los que sólo entendemos de bisutería-todo-a-cien, nos hacemos una pregunta: ¿Pesa mucho un anillo de ese precio?
Definitivamente, los medios serios andan muy despistados, o muy malitos, porque de otro modo no se entiende que se le dedique espacio a una salida nocturna de Christina Aguilera en la que se pasó un poco con el alcohol y su marido tuvo que ayudarla a llegar al coche. ¿Y si el domingo próximo come alcachofas estofadas, también será noticia?
No es ningún secreto: Miguel Bosé, cuando no canta, y en las distancias cortas, es un verdadero seductor. Que se lo pregunten al presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien tras un encuentro con «Papito» declaró: «Fue fascinante conversar con Miguel, una persona extraordinaria, muy sensible, muy comprometida con causas sociales, ecológicas». Bosé triunfa allí donde va.
Amy Winehouse no sale de un lío y ya está metida en otro: Desde hace días se rumorea que quiere abandonar su discográfica y montar su propio sello, para controlar sus finanzas y editar sus propios discos y los de sus amigos. Y tiene toda la razón, porque después de ver cómo dirige su vida, no tenemos ninguna duda de su capacidad para llevar las riendas de una empresa. Ánimo, Amy, que tu puedes.
