Quizás ser recompensada con tres premios MTV haya ayudado a Britney Spears a llevar mejor su último disgusto: el libro A través de la tormenta, escrito por su madre en el que revela datos sobre su hija de los que agradecen los biográfos más incisivos. Mamá Spears cuenta que Britney tuvo su primera relación sexual a los 14 años (con un conocido jugador de fútbol americano, lo cual tiene su punto patriótico), que a los 12 comenzó a beber, que al llegar a Los Ángeles para grabar su primer disco comenzó a tomar drogas o que a los 16 fue capturada con cocaína y cannabis en un jet privado. Pero que nadie piense que mamá es una hermana de la caridad: ella misma ayudó a engañar a Justin Timberlake haciéndole creer que su retoña era virgen para así animarle a pasar una noche con ella. Con tal argumentario –que es sólo lo que se ha avanzado– no parece que con A través de la tormenta vayamos a encontrar en Mamá Britney a una nueva Emily Brontë.
Damos por hecho que Michael Jackson no está muy bien de la azotea, ¿pero qué podemos pensar de una imitadora suya que anda operándose la cara para lograr un parecido mayor con él? Que está muy enferma, claro. La señora se llama Mikki Jay, tiene 39 años, es madre de tres niños y, sí, se gana la vida imitando a Jako. Lo cual, no nos parece mal (allá ella), pero gastarte catorce mil dólares en «arreglarte» la barbilla, las mejillas y ¡la nariz! según el modelo experimentado por el cirujano de Michael Jackson sobre éste, nos parece no sólo muy fuerte, sino de un enorme mal gusto.
Otro obsesivo es Liam Gallagher, el vocalista de Oasis, cuya fijación con John Lennon alcanza límites preocupantes: Ahora planea mudarse al edifico Dakota (en el que mataron al beatle) ya que «quiere estar lo más cerca posible del espíritu de John Lennon». Gallagher visitó hace poco a Yoko Ono en el Dakota, donde todavía vive, y asegura que se sintió de lo más inspirado y que luego no podía parar de escribir canciones. Pues, nada, dale.
Ron Wood ha concluido la primera parte del tratamiento contra sus adicciones y lo primero que ha hecho ha sido irse a vivir con «la rusa», Ekaterina Ivanova. Bueno, eso fue lo segundo que hizo, lo primero –así se cuenta– fue ir a comprar una cama gigante… ¡Este Wood no pierde el tiempo! Pero quizás lo de la cama gigante tiene que ver con que en la segunda parte de su tratamiento tendrá que vivir con un «consejero de adicciones» que le ayude a reintegrarse en su vida cotidiana. Lo cual nos lleva a pensar que Wood tal vez pretende que su vida cotidiana con la rusa transcurra en la cama… así que la quiere grande –la cama– para que también se sume a ella el consejero… Ya nos enteraremos, seguro.
Un momento bizarro en Argentina lo protagonizó algún bromista que publicó en internet que Charly García había muerto y que el gobierno quería ocultar la noticia. Tan singular teoría de la conspiración no obtuvo demasiado eco, aunque algún fan del rockero se llevó un buen susto.
Buena pelea la que protagonizaron Lily Allen [en la foto] y Elton John en la gala de entrega de los premios GQ Men of the Year. Ambos eran los mantenedores del evento y Allen parece que se dedicó a pimplar con alegría y en sus salidas a escena siempre llevaba un vaso o una botella en la mano y pasaba bastante de todo lo relacionado con la gala, ante el enfado de Elton. Llegó un momento en el que Allen comenzó a sudar abundantemente, a arrastrar las palabras y a improvisar sobre el guión y, Elton, que ya había hablado con ella en privado sobre su estado, le dijo en escena «¿Qué? ¿Te vas a tomar otra copa?». A lo que Lily respondió: «Que te jodan Elton, soy 40 años más joven que tú y tengo toda mi vida por delante». Pero el viejo Elton, que se las ha visto de todos los colores, replicó: «Todavía podría dejarte tirada debajo de la mesa». El público no daba crédito. Que sepamos, este no es el inicio de una gran amistad…