«La ciencia ficción nos contaba y nos avisaba ya de lo que iba a pasar»
Afincado en casa, la misma que dio título a su último disco de canciones nuevas: así está Iván Ferreiro mientras arrecia el coronavirus. Coqueteando con sus próximas canciones y flirteando descaradamente con su nueva pasión: las plantas.
Texto: ARANCHA MORENO.
Fotos cedidas por IVÁN FERREIRO.
¿Qué haría un buen lector de ciencia ficción para prepararse ante una posible pandemia vírica? Para descubrirlo, lo mejor es coger unos prismáticos muy potentes y enfocar hacia Pontevedra, concretamente a Chaín, un pequeño pueblo que pertenece a Gondomar, en el Valle Miñor. Allí se esconde Iván Ferreiro, que después de tres intensos años de viajes y conciertos constantes disfruta de un merecido descanso. Así le ha pillado el desembarco del coronavirus en nuestro país: «Estoy de vacaciones, había acabado la gira y la verdad es que me pilla sin ningún problema, en casa, en mi momento de vacaciones. Sí trabajo un poco, a veces, pero me dedico a procrastinar, básicamente».
Ferreiro no ha tenido que cancelar su agenda de trabajo porque su plan este 2020 era descansar e ir dándole forma a sus nuevas canciones. «En mi trabajo no me ha influido porque ya estaba preparado para estar parado un año, o un par de años, si puedo. Lo que tarde en escribir el disco, que cada vez soy más lento», revela. Componer lleva su tiempo, y de momento está en una fase muy inicial: «Unos días no hago nada, otros días voy a dar una vuelta. Bueno, ahora ya no voy a dar una vuelta, sí que bajo al estudio algunos días a la semana y trasteo con mis aparatos, y reviso cosas que tengo, pero todavía no estaba metido a muerte con la composición, aún estoy tonteando con ella».
Además de flirtear con sus nuevas canciones, y bajar a trastear en un estudio repleto de cables y organeles, Iván lleva unos meses dedicado a su nuevo hobbie: las plantas. Como se ve en las fotos, están protegidas por una especie de caseta de plástico que nos recuerda al logo de su último disco, Casa. «Mis condiciones de encierro son muy buenas porque tengo jardín, soy una persona con mucha suerte, un privilegiado, y me pilla dedicándome a la huerta, a mi jardincilllo y a mis plantas de interior, que es a lo que me dedico prácticamente todo el rato, a la botánica», confiesa. En alguien tan hiperactivo puede resultar divertido, pero en el fondo también es muy consecuente: si hay que vivir encerrados, ¿qué mejor que generar más oxígeno y cultivar tus propios alimentos?
Estos días, Iván reconoce que no ha hecho grandes descubrimientos musicales, pero sí tiene una recomendación: «Sigo con mis libros de ciencia ficción. No sé qué estoy leyendo, la verdad… uno de Martha Wells, una escritora de ciencia ficción, recomiendo cualquier libro suyo a quien se anime a leer ciencia ficción; recomiendo a (N.K.) Jemisin, que es la de La quinta estación, una trilogía que me gusta mucho». Siempre ha devorado el género, pero ahora aún tiene más sentido: «Recomiendo que la gente lea ciencia ficción, sobre todo porque, en estos tiempos, los que leemos ciencia ficción no estamos tan sorprendidos con todo lo que está pasando, porque llevamos leyendo predicciones sobre nuestro futuro mucho tiempo, y creo que realmente la ciencia ficción nos contaba y nos avisaba ya de lo que iba a pasar». Las respuestas a todas nuestras preguntas de estos días, seguramente, estén en los libros.
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Anterior entrega de La otra vida: Guille Milkyway (y las canciones que le salvan)