“The Chieftains fabulan con la música que escucharían y cantarían las tropas mexicanas a las que seguramente se unirían los irlandeses. En lo que debió de ser un claro precedente de fusión de músicas populares, hoy conocidas como World Music”
Una sección de ADRIAN VOGEL.
“San Patricio” es el nuevo álbum de los Chieftains de Paddy Moloney, quienes en esta ocasión cuentan con la inestimable colaboración del genial Ry Cooder.
El californiano es un guitarrista polifacético, de muchos registros. Su pasión por la música popular norteamericana (blues, country, etc.) no conoce limites e incluso ha ejercido de maestro para Keith Richards entre otros (hace tiempo se rumoreó que había rechazado entrar en los Rolling Stones, con los que ha grabado en diferentes ocasiones). Pero su labor no se limita a la música de su país. Cooder traspasa fronteras: con “Talking Timbuktu” –su álbum con Ali Farka Touré– se acercó a África; con “Buena Vista Social Club” “resucitó” a varios veteranos y venerables músicos cubanos; en “A Meeting By The River” la India, de la mano de V.M. Bhatt, fue el objeto de su atención. A todo esto hay que añadir su labor como productor y músico de sesión. Su nombre aparece en multitud de créditos. Y tampoco podemos olvidar sus bandas sonoras: la más conocida es la de “Paris, Texas”, la película de Wim Wenders (con quien volvería a colaborar en “Buena Vista Social Club”).
Parecía lógico que Paddy Moloney, líder de Chieftains, le llamase para “San Patricio”. Donde hemos descubierto una historia muy poco conocida. El álbum rinde homenaje al Batallón San Patricio: durante la guerra entre Estados Unidos y México (1846-48) decidieron cambiar de bando. Siguiendo los dictados de su conciencia desertaron del ejercito estadounidense y se pusieron a las ordenes del general Santa Ana. Escribe Moloney en el texto que acompaña a la grabación “aunque el batallón de los San Patricios estaba compuesto por los desplazados, los despojados y los pobres diablos de muchas naciones, entre ellos esclavos fugitivos, el grueso de la tropa eran irlandeses recién emigrados a los EE.UU… Para algunos se trataba de de una guerra religiosa; para otros, de una guerra por la libertad, y aún para otros era una aventura y una oportunidad. Finalmente para México y los San Patricios fue una guerra trágica de grandes perdidas”. Tras muchas batallas ganadas, donde el Batallón demostró su valor y destreza, su hora final llegó en el fuerte de Churubusco. Lucharon codo con codo con sus aliados mexicanos pero fueron capturados, tras agotar sus municiones. Los supervivientes fueron ejecutados por traición y unos cuantos fueron marcados con la letra D, de desertor, en ambas mejillas.
The Chieftains fabulan con la música que escucharían y cantarían las tropas mexicanas a las que seguramente se unirían los irlandeses. En lo que debió de ser un claro precedente de fusión de músicas populares, hoy conocidas como World Music.
Lila Downs, Linda Ronstadt, nuestro Carlos Núñez, Chavela Vargas, Los Tigres Del Norte son algunos de los colaboradores de esta grabación. Hasta Liam Neeson interviene, como narrador en ‘March To Battle (Across The Río Grande)’, donde aparece la Banda de Gaita del Batallón de San Patricio.
La importancia de esta obra es tanta que hasta “The New York Times” le dedicó un editorial esta semana, que coincide con la festividad del santo patrón de Irlanda. Curiosa historia la de St. Patrick, escocés de origen pero irlandés de adopción: justo el camino inverso al que siguió el whisky, el agua del diablo.
Decía “NYT”: “casi todos hemos sido mexicanos alguna vez. Esto es: los nuevos emigrantes, pobres y humillados, impulsados por la esperanza y el hambre hacía el espinoso abrazo estadounidense… Todos somos gente que tristemente ha perdido su tierra y ha encontrado una nueva. Sean lamentos o celebraciones en un pub o en una cantina, tenga o no nuestra bandera tricolor un cactus, estamos más unidos de lo que pensamos”.
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Anterior entrega de La Música de El Mundano: Cifras y cifras.
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