Una sección de: ADRIAN VOGEL.
El milagro está a punto de consumarse: la unión de los distintos sectores que forman la Industria de la Música. El primer paso ya se ha dado. Y no sólo es el más importante sino también el más difícil e ingrato. Y lo digo por experiencia propia (desde varios intentos frustrados del pasado hasta la fundación de UFI). Una vez puesta en marcha la iniciativa lloverán las adhesiones. Como de hecho está sucediendo: así nos informaron el pasado martes en la rueda de prensa celebrada en Madrid –que pronto se celebrará en otras ciudades– donde presentaron una propuesta para la regulación cultural de la música popular.
¿Y quienes son estos esforzados héroes que han trabajado tan eficientemente? Los mismos que convocaron la rueda de prensa y presentaron su “libro blanco”: ARTE (Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo), ACCES (Asociación Estatal de Salas de Música en Vivo), APM (Asociación de Promotores Musicales), ARC (Associació de Representants, Managers i Promotors de Catalunya), ROAIM (Red de Organizaciones de Artistas e Interpretes Musicales) y UNIPROM (Unión Independiente de Promotores de Música de la Comunidad de Madrid). De igual modo suscriben y apoyan la Asociación Galega de Empresas Musicales, UFI (Unión Fonográfica Independiente) y ECSA (European Composers & Songwriters Alliance). Asimismo nos informaron de una larga lista de Artistas que ya se han sumado a la iniciativa. Que van desde Boikot, Reincidentes, Pereza, Siniestro Total hasta Labordeta, Luis Pastor, Javier Álvarez pasando por Carmen París y un largo etcétera. También se han sumado dos sociedades de gestión (AIE y SGAE) y es clamorosa la ausencia de Promusicae (la asociación donde mandan las discográficas multinacionales). Quizás estén ocupados difundiendo mentiras y falacias, a través de su gabinete de prensa, como hicieron en el caso de Pablo Soto. Otorgándoles el beneficio de la duda igual se han apuntado al carro, en el tiempo transcurrido desde el martes hasta hoy.
Las organizaciones que nos convocaron en el Círculo de Bellas Artes de Madrid expusieron las líneas maestras de actuación. El Manifiesto por una Ley de la Música en su primer punto incidía en los agravios comparativos que sufre la música (ese concepto del que tantas veces he escrito en estas paginas) con otros sectores culturales. Para a continuación afirmar que “la música popular no está considerada cultura ni existe una regulación cultural de la misma”.
Inspirada en la de Francia (vigente desde hace 25 años) y en unos trabajos previos efectuados hace unos años en Cataluña, la propuesta de Ley es una oferta integral. Y abarca desde la formación escolar (¡qué importante es la enseñanza de música!) hasta el usuario final, que no es otro que el público. En el turno de preguntas y respuestas se plantearon asuntos muy interesantes como el del IVA (otro clásico de mi repertorio) y la supresión de la prohibición de menores de edad asistiendo a conciertos (otro agravio respecto a hoteles o restaurantes donde se despacha alcohol en presencia de menores).
Espero que esta ola de adhesiones se convierta en un tsunami y el Manifiesto recoja el número suficiente de firmas para que la ley salga adelante. Y también para que los técnicos de sonido, por ejemplo, se den cuenta de la necesidad de asociarse. Porque los técnicos del teatro si están agrupados y los de la música no. Es increíble como de siempre en la industria musical cada uno ha (hemos) hecho la guerra por su cuenta. ¿Están cambiando los tiempos? Personalmente confío en ello y como escribía al principio el milagro está a punto de producirse. Desde aquí –emocionado- quiero agradecer a las organizaciones y personas que han puesto en marcha tan noble iniciativa. Me apunto y aquí si que se puede contar conmigo. ¡Felicidades amigos!