Una sección de ADRIAN VOGEL.
“Muerdeme flojito” Zenet porque con Los mares de China, tu álbum de debut, te vas a comer el mundo. Es “Un beso de esos” –que “ponen contento” y “valen por toda la química de la farmacia”– con tus “dientes de rata” que te van a consagrar, como has ido demostrando, lento pero seguro, por los escenarios musicales de la capital. Porque de los otros sabes un rato largo. Y así lo atestiguan tus trabajos en cine y televisión (Picasso en El joven Picasso, de Juan Antonio Bardem; Morirás en Chafarinas, de Pedro Olea; El camino de los ingleses, de Antonio Banderas; Mensaka, La forja de un rebelde, Camarón o Padre Coraje).
Toni Zenet, malagueño de Pedregalejo, es polivalente como los buenos futbolistas. Juega en varias posiciones (actor, poeta, artista plástico y músico) y en todas destaca. Con una habilidad que me gustaría destacar por encima de todas: saber rodearse. Lo cual implica saber jugar en equipo.
Su deslumbrante primer CD, Los mares de China –del mismo título que la película de 1935 dirigida por Tay Garnett con Clark Gable, Jean Harlow y Rosalind Russell y vestuario de ¡Adrian!– es fruto de la mencionada labor de equipo. La misma formación que actúa –o más bien arrasa– en directo: José Taboada (guitarra), Joshua Edelman (piano), Lucho Aguilar (contrabajo), Jimmi Castro (batería), el ex Irakere Manuel Machado (trompeta), Ove Larson (trombón) y Kamala (coros), aparte de algunos ilustres invitados. Las letras son todas de Javier Laguna y la mayoría de las músicas son de Toni Zenet y José Taboada a medias.
“Cuando la gente lo escucha piensan que no son canciones originales”, cuenta el propio Zenet, “sino versiones de clásicos”. Una buena señal. Otra es como le oí por primera vez. Hace un par de semanas. Estaba escuchando “Como lo oyes”, el programa de Santi Alcanda (Radio 3) en el coche. Y de pronto sucedió: empezaron a tocar en directo y mi atención se desvió de la carretera. En cuanto Toni Zenet entró a cantar, con esa voz y esos textos, no me quedó más remedio que parar el coche. Y disfrutar atentamente.
Una semana después estaba con Rubén Caravaca en el Bonnano, un bar del barrio. El suyo habitual según he descubierto después. Se acercó a Rubén y le contó lo de la presentacion en el Infanta Isabel del pasado 2 de diciembre. Por educación y cortesía también me dio una invitación. Me gustó su forma de abordar. Lo vendió de película. Sin perder ni el sitio ni la compostura. Al llegar a casa me di cuenta que era el mismo a quien había oído en el programa de Alcanda. Llamé rápidamente a RC para contarle lo que acabo de escribir y urgirle a que fuésemos a verle. Como así hicimos. Y sólo puedo añadir que el concierto fue espectacular. Ademas compartí asiento con Seju Monzón, quien ante mi manifiesto entusiasmo me presentó a todos los músicos. Y lo mejor, al día siguiente, tenía un email con todos los datos, nombres y apellidos, para ayudarme a escribir esta nota. ¡Gracias, Seju!
Chet Baker, Billie Holliday, Scorsese, Edith Piaf, Bola de Nieve, Chavela, la Piquer o Kamala son las influencias citadas en la nota de prensa de su sello. Pero hay más. Al menos por lo que vi y he podido escuchar. Gato Pérez, Juan Perro, Kiko Veneno, un aire escénico entre porteño y de chanson française, Sinatra o Albert Pla son alguno de los nombres que también me vienen a la mente. Y por encima de todo destacar la enorme presencia de Toni Zenet, un gigante sobre el escenario. Que domina, sin sobreactuar. Sin histrionismo. De una sencillez y eficacia impresionante. Su voz, su estar, te captura. Te hace suyo. Te posee. Y cuando un artista te folla desde el escenario, eso es dinero en el banco.
¡Qué lejos quedan aquellos tiempos de su primer contrato profesional, siendo menor de edad, para el ballet Zoom de Valerio Lazarov!
Si por “Estela” “los malos van al cielo”, por Zenet las malas también irán. Así que igual ese sitio se pone divertido… pero mientras llega el momento me quedo surcando “Los mares de China”.
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