Una sección de ADRIAN VOGEL.
Harps and angels es el primer álbum de nuevas canciones de Randy Newman en ¡nueve años! Desde Bad love en 1999. Son 10 temas con esa peculiar visión irónica y ácida de uno de los genuinos “malditos”. Porque antes de Tom Waits existían Captain Beefheart y Randy Newman.
Hace poco más de un mes, un lector de mi blog y crítico de música en Barcelona, me alertaba –en el artículo para EFE EME sobre Hanna y la crítica– de la inminente edición de esta pequeña obra maestra que es Harps and angels. Poniendo fin a “un silencio” que ya duraba demasiado.
¿Y qué ha hecho Newman durante todo este tiempo? Dedicarse a su oficio, que no es otro que el de componer. Especialmente bandas sonoras, la pasión de muchos músicos, porque es ahí donde pueden desarrollar su afición a crear, arreglar y orquestar piezas musicales que recogen las esencias de muchos sentimientos humanos (miedo, temor, amor, odio, angustia, ira, alegría, risa, llanto, euforia, etc.).
Las producciones de Pixar (ambos Toy story, Monstruos S.A., etc.) y otras películas infantiles le han mantenido ocupado. Pero esta afición no es nueva. Se remonta a The natural (El mejor) y sobre todo a Ragtime, donde se volcaba en el Nueva Orleans de su infancia.
A pesar de haber nacido –y residir– en Los Ángeles, estuvo viviendo desde que era un bebé hasta los 11 años en la ciudad cuna del jazz. Y esta influencia –como en Beefheart o Waits– siempre ha estado presente en su música. El que sus tíos, Lionel y Alfred Newman, fueran destacados compositores para películas de Hollywood también se antoja como otro factor decisivo.
Una curiosidad es que su único disco de platino lo recibió el año pasado por la BSO de Cars (2006). Pero este tardío primer millón de unidades vendidas no es la única singularidad en su carrera. Sus canciones han obtenido el éxito y el reconocimiento de la mano (y voces) de otros como Ray Charles (“Sail away”), Three Dog Night (“Mama told me not to come”), Linda Rondstad (“Leave your hat on”, popularizada años después por Joe Cocker en la famosa escena del strip-tease de Kim Basinger en 9 semanas y media) llegando al punto que el gran Nilsson, olvidó sus propias obras, y grabó en 1970 un álbum con canciones solamente de Newman. Quien había iniciado su carrera como compositor con 17 años. Sus primeras canciones fueron grabadas por Gene Pitney, Jerry Butler, The O’Jays, Cilla Black o la nueva banda del ex Animals Alan Price, The Alan Price Set que llegaron a grabar ocho canciones suyas, incluyendo el hit británico “Simon Smith”.
Su primer disco, Randy Newman, de 1968, marcó la pauta que sería una constante a lo largo de su carrera: a las excelentes criticas no le correspondían las ventas y los temas que formaban este debut –que ni siquiera entró en listas– fueron versionadas por Alan Price, Judy Collins, Everly Brothers, Claudine Longet, Dusty Springfield, Nina Simone, Pat Boone y Peggy Lee. Y “I think it’s going yo rain today’” se convirtió rápidamente en un clásico.
Harps and angels incluye “A few words in defense of our country”, a ritmo de country-vals, disponible en iTunes desde el año pasado y cuya letra fue publicada como un editorial del The New York Times (con la salvedad de las menciones al Tribunal Supremo de EE.UU. omitidas por el periódico). Un asunto polémico y espinoso. Pero válido desde el punto de vista crítico de alguien dolido con los ocho años de la Administración Bush II y el daño producido en la imagen de su país en Europa. También compara el declive del imperio USA con el Romano y el nuestro, el español. Y para dejar las cosas claras, en la siguiente canción, “A Piece of the pie”, desmenuza con su habitual ironía la realidad social y sanitaria de su nación (“if you lived in Norway, you’d be fine right now. Get sick there, you make the doctors wait”) y alaba a Jackson Browne como la única voz preocupada con el deterioro que están sufriendo.
Coproducido por Mitchell Froom (Elvis Costello, Los Lobos, Sheryl Crow, Crowded House, su ex Suzanne Vega, Richard Thompson, Bonnie Rait, Pearl Jam, Paul McCartney, etc.) y su mentor de siempre, Lenny Waronker, una leyenda viva de la música californiana (tanto de productor como de ejecutivo discográfico) Harps and angels tiene ese ambiente dixieland de la “atacada” Nueva Orleans, con el piano de Newman al frente de una pequeña formación de club. Pero sin olvidar en algunos temas esos característicos arreglos de metal y cuerda, que son marca de la casa.
Si tenéis mas de catorce años Harps and angels puede ser vuestra banda sonora perfecta para este final de verano…