“Nunca me ha gustado el sentido peyorativo que se le da al termino ‘groupie’. Me resulta ofensivo. Por machista y despectivo. A menudo se le ha aplicado a nuestra protagonista. Una mujer que asumió con valentía retos personales y profesionales”
Una sección de ADRIAN VOGEL.
Esta semana leo en Efe Eme que Chris O’Dell publica sus memorias. Y hasta donde sé prometen ser jugosas. Porque se ha relacionado con la aristocracia del rock desde finales de la década de los 60 del siglo XX.
Tuve la fortuna de conocerla a mediados de los 80 en Nueva York. Me la presentó Peter Asher, el de Peter & Gordon. Manager y productor de varias luminarias como Linda Rondstadt, James Taylor –a quien descubrió y produjo su debut para Apple, donde ejercía de Director Artístico–, Diana Ross, Bonnie Raitt, Cher, 10.000 Maniacs, Neil Diamond, Randy Newman, etc. Ambos habían coincidido en la oficina londinense de Apple, la discográfica de los Beatles, donde ella había aterrizado contratada por Derek Taylor, el publicista del sello. Se habían conocido en Los Ángeles. Ella trabajaba para Dot Records (Liberace y Lawrence Welk eran los artistas más destacados del elenco).
Con sus 20 años, la estadounidense cruzó el charco y se estableció en el “swinging London”. Su primer trabajo fue de ayudante de Peter Asher, quien abandonaría Apple rumbo a USA para llevar la carrera de James Taylor. Sus caminos se volvieron a cruzar cuando Asher como manager de la Rondstadt la contrató de tour manager. Si no fue la primera mujer en realizar este trabajo fue de las primeras.
En su periodo Beatles se rumoreaba de un romance con Ringo. Es conocida su amistad con George Harrison, quien compuso “Miss O’Dell” en su honor. Pero sobre todo se hizo amiga de su esposa, Patty Boyd. “Tenía un affaire secreto con Eric Clapton y nunca me dijo nada. No me enteré hasta que George y ella se separaron” declaró en una de las entrevistas que ha dado para promocionar su libro de memorias. La Boyd es “Layla”, el inmortal tema de Derek & The Dominos (la banda que Clapton formó con Duane Allman).
Pero no sólo Harrison le dedicó una canción. Su novio Leon Russell compuso “Piscis Apple Lady” para conquistarla. Y es la “woman down the hall” del tema “Coyote” de Joni Mitchell (ambas coincidieron en la gira del Rolling Thunder de Dylan).
En 1970 fue contratada por los Rolling Stones. Tuvo un breve idilio con Mick Jagger. “Es como si formase parte del contrato laboral” ironizó en ABC, la cadena de TV americana. Ese periodo Stones quedó retratado con una foto en la contraportada del “Exile On Main Street”. Anteriormente, su momento Beatles quedó inmortalizado con su participación en los coros de “Hey Jude” y su presencia, en el tejado del edificio de Apple, en lo que fue la última actuación en directo de los Beatles.
Durante diez años, desde 1974, O’Dell fue tour manager de George Harrison, Crosby, Stills, Nash and Young, el Rolling Thunder Tour de Bob Dylan, Jennifer Warnes y Linda Rondstadt. También fue copropietaria de una promotora de conciertos en Frankfurt y entre sus clientes figuraban artistas como Fleetwood Mac, Queen o Phil Collins.
En 1989 regresó definitivamente a Estados Unidos. Para criar a su hijo. En Tucson (Arizona), donde había crecido.
Cuando la conocí Chris O’Dell ya estaba interesada en asuntos relacionados con la hipnoterapia, asesoramiento personal, etc. En nuestra conversación insistía que tenía mucho terreno ganado. Por su propio historial de abuso de sustancias legales e ilegales. Y cómo había superado sus (malos) hábitos. Un par de años después finalmente inició esos estudios que con tanto fervor mencionó en nuestra conversación. Acabó graduándose, trabajó en un centro médico y actualmente rige su propia clínica.
Nunca me ha gustado el sentido peyorativo que se le da al termino “groupie”. Me resulta ofensivo. Por machista y despectivo. A menudo se le ha aplicado a nuestra protagonista de hoy. Una mujer que asumió con valentía varios retos personales y profesionales. Ha vivido intensamente en un momento irrepetible: la edad dorada del rock. Se ha relacionado profesional y emocionalmente con los más importantes del planeta Música. Ha amado y ha sido amada. ¿Por qué lo que nos parece bien en un hombre no nos parece tan bien cuando se trata de una mujer?
Para finalizar les propongo un ejercicio: comparen lo descrito en esta nota con por ejemplo las andanzas de dos de las groupies más famosas del rock: Pamela Des Barres y Cynthia “Plaster Caster” Albritton, quien junto a una amiga se dedicaba a hacer moldes de yeso de los miembros de los músicos. En el enlace pueden leer su historia, en un relato escrito por mi amigo John Echevarria en el blog (El Mundano).
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Anterior entrega de La Música de El Mundano: La música de todos los santos.