Una sección de ADRIAN VOGEL.
El otro dia tomando el aperitivo noté una diferencia en el local respecto a anteriores visitas: estaba repleto de gente comiendo. Y no eran extranjeros. Me resultó sorprendente ver a conciudadanos comiendo sobre la una y cuarto del mediodía. No tardé en averiguar el motivo. Se trataba de una oferta por la que daban un descuento de un 10% en el menú del día si terminabas antes de las 14.00 horas. El resultado de la promoción saltaba a la vista. Habían generado una nueva fuente de ingresos, añadiendo un turno más de comidas. Y todo gracias a una gestión inteligente del precio.
Es obvio resaltar que en tiempos de crisis prestamos más atención a la hora de rascarnos el bolsillo. Es por eso que algunas decisiones de Promusicae (la patronal española que agrupa a las discográficas multinacionales y algunas indies) son difíciles de entender en estos tiempos. Y más aún en un sector dinamitado en constante cuesta abajo desde hace años.
Las compañías han mantenido el precio de sus novedades en lo que va de siglo. Algunas tiendas han competido entre sí con ofertas tanto para fondo de catalogo como nuevos lanzamientos. Y la recién finalizada “Semana de la Música” es siempre atractiva para los cazadores de gangas (FNAC por ejemplo ha estado ofertando 3 CDs al precio de 2).
Hace tres años algunas disqueras llegaron incluso más lejos. Adoptaron la técnica del “libro de bolsillo” a sus ediciones: pasados unos pocos meses reducían el precio (y el empaquetado, simplificando la presentacion). Esta iniciativa de Universal, la líder mundial de ventas, tuvo su impacto que inmediatamente se reflejó en las listas de ventas. Y también fue una herramienta eficaz para la introducción y desarrollo de nuevos artistas.
La destronada Sony afrontaba un problema. Su fusión con BMG no funcionó y acabó en absorción, a un precio prefijado anteriormente y acorde a otra realidad de mercado. Y una fiera herida siempre resulta más peligrosa.
Hace unas semanas en una reunión de Promusicae se produjo un hecho sorprendente. Ante la ausencia del Presidente de la compañía líder, el máximo responsable de Sony Music promovió una moción –que fue aprobada– por la cual sólo aparecerían en el TOP 100 de álbumes aquellos discos con un precio de lista superior a siete euros. Una pequeña nota aclaratoria: el precio de lista es aquel al que las compañías venden a tiendas y mayoristas.
Esta medida (defensiva) pretendía cercenar la penetración de la competencia en el “hit parade”, eliminando la influencia de los “slide packs”. El problema es que los perjudicados somos los consumidores y por extensión el mercado discográfico. Porque la respuesta ha sido subir el precio de lista de los “discos de bolsillo”. Ya son un euro más caros en el punto de venta. ¿En qué beneficia esto al sector? ¿Qué tipo de sensibilidad tienen algunos de los ejecutivos hoy en dia? ¿A qué se dedica Promusicae? ¿A mejorar o empeorar las condiciones de mercado? Quizás por eso el camino emprendido hace un año por una independiente sea el más correcto.
No parecería que subir los precios de productos económicos sea la medida más razonable en estos difíciles momentos. Deberían aprender del local cuyo ejemplo iniciaba esta nota.