La maravillosa obsesión navideña de Phil Spector

Autor:

 

«Día y noche tenían que lidiar con el carácter de Spector, que podía mostrarse agresivo, insoportable, alocado y siempre enfermizo en su búsqueda del pop perfecto, del sonido que se introdujese en la savia navideña o lo que fuera que significase eso»

 

En 1963 el productor Phil Spector decidió celebrar la Navidad por todo lo alto (y eso que era judío), grabando un álbum que marcaría época y supondría la máxima expresión de su «muro de sonido». Fernando Navarro nos narra la epopeya de este disco recién reeditado.

 

Texto: FERNANDO NAVARRO.

 

Agosto de 1963. Phil Spector acaba de tocar el éxito con los dedos. Su grupo más querido, The Ronettes, verdadero laboratorio de sus ideas a través de la voz de esas tres chicas de Harlem, ha colocado el tema ‘Be my baby’ en la parte alta de las listas de «Billboard». Spector confirma lo que intuía: funciona su fórmula musical, conocida como Muro de Sonido. Con sus prodigiosos arreglos, ‘Be my baby’ capta la inocencia y excitación juvenil de una sociedad estadounidense que vive en el apogeo de sus años dorados. Al tiempo que acaricia el triunfo, una idea le obsesiona: quiere captar el espíritu de la Navidad en un álbum. Las obsesiones de Spector no son cosa de un día. Son verdaderas cruzadas, que podrán volverle loco y hacer enloquecer a los que le rodean.

Su maravillosa obsesión navideña ha pasado a la historia de la música como un artefacto imperecedero. Su nombre «A christmas gift for you», el espléndido disco que grabó en 1963 y que acaba de reeditarse en su formato original, el vinilo, a través de Music On Vinyl bajo la distribución de Bertus. Una oportunidad perfecta para introducirse en el universo de un álbum que propone un viaje sideral por la nostalgia y el deseo que contienen la Navidad, esa época tan amada como odiada, tan reconfortante como excesiva, tan cálida como fría, esa época especial, en definitiva, que siempre deja espacio para el recuerdo.

Como escribe el propio productor en los créditos interiores de «A christmas gift for you», el objetivo siempre fue alcanzar el concepto de la Navidad. Lo que él entendía como espíritu inocente y efusivo adornado con buenos propósitos. Y para ello Spector ejecuta su obra de arte más conceptual, donde experimenta con todos sus trucos e ideas y da forma, en todo su esplendor, a su muro de sonido. Un disco de 35 minutos y 12 segundos de impacto y exuberancia musical. 35 minutos y 12 segundos de gozo y pop en letras de oro.

 

ANÉCDOTAS
Detalles curiosos marcan el álbum. Por ejemplo, no deja de llamar la atención que Spector, que era judío, se lanzase de lleno a esta obsesión navideña. El productor adoraba la Navidad y, según sus propias palabras, era con diferencia la época del año que más le gustaba. Cuando años después se compró su mansión en Los Ángeles, esta se hizo célebre entre sus vecinos por cómo estaba decorada durante la Navidad con sus abundantes luces, muñecos y renos de plástico. Como hiciese el compositor judío Irving Berlin, autor de ‘White chritsmas’, la canción navideña por excelencia en Estados Unidos, Spector destapó las esencias de esta época y cautivó al oyente con su obra.

Fue capaz de hacerlo pese a grabar todo el disco durante el verano. A finales de agosto, Spector convocó a toda su tropa de músicos en los estudios Gold Star de Nueva York. Allí se reunió un magnífico séptimo de caballería del pop afroamericano: The Ronettes, The Crystals, Darlene Love y Bob B. Soxx and The Blue Jeans. Todos, fieles a su mentor artístico, se tuvieron que entregar a la obsesión del genio, que se tradujo en sesiones de grabación que podían durar 24 horas. Día y noche tenían que lidiar con el carácter de Spector, que podía mostrarse agresivo, insoportable, alocado y siempre enfermizo en su búsqueda del pop perfecto, del sonido que se introdujese en la savia navideña o lo que fuera que significase eso. Pero él lo tenía claro y así lo expuso en el discurso final del último corte del disco, ‘Silent night’. “Quería relatar mis sentimientos sobre la Navidad a través de la música que amo”, decía solemnemente acolchado por una melodía de cuerdas. Ese discurso, por cierto, necesitó de tijera pues en el original que se grabó llegaba a cinco minutos para luego quedarse en dos en el álbum.

 

 

EL RESULTADO

La música que amaba Spector es una fantasía para los oídos. El poder inocente de la Navidad se recrea a través un juego glorioso de instrumentos y recursos sonoros. Se abre el telón sonoro, precisamente, con el clásico de Irving Berlin, ‘White christmas’, pero se desprenden campanillas, castañuelas, cuerdas o vientos en un jolgorio pop. Como el galope en ‘Sleigh ride’ con las Ronettes, el centelleo de campanas en ‘The bells of St. Mary’ con Bob B. Soxx and the Blue Jeans, el desfile de trompetas en ‘Parade of the wooden soldiers’ con The Crystals o el nuevo amanecer de violines en ‘Marshmallow world’ con Darlene Love. Una producción adelantada a su tiempo. Nadie ni nada sonaban tan mágicos, tan pletóricos. Nadie había atravesado al oyente con esas sinfonías torrenciales. Y todo proyectado hacia las estrellas con un catálogo de voces negras que erizan la piel desde el primer instante.

En los surcos de ese elepé, la Navidad brilla en todo su esplendor. Spector convertía su obsesión en una recreación sin igual, aun estando el listón muy alto en un país que celebra estas fechas a bombo y platillo y hace de la canción navideña una tradición por la que pasan los mejores artistas. Los precedentes antes de «A christmas gift for you» así lo atestiguaban. En 1957, Elvis Presley había grabado sus primeras canciones de Navidad. En 1961, Brenda Lee había publicado su trepidante “Rockin’ around the christmas tree”, convertido ya un clásico. Incluso los Four Seasons se metieron en 1962 a grabar canciones navideñas de contagioso doo-wop. La sociedad estadounidense devoraba este material y Spector puso caviar en la mesa.

Pero el suculento plato sonoro llegó en la peor fecha a las tiendas. «A christmas gift for you» salió a la venta el mismo día que fue asesinado John F. Kennedy, el 22 de noviembre de 1963. Spector montó en cólera e hizo lo imposible para retirar el álbum de las estanterías. Nadie estaba para canciones navideñas tras el asesinato del presidente demócrata que se presentó ante la ciudadanía norteamericana como el líder de un cambio de rumbo político, más consciente de los nuevos tiempos y voluntades sociales del agitado Estados Unidos de los sesenta. La fatalidad marcó la salida de tan magno álbum, que no tuvo tanta repercusión como Spector hubiese deseado, aunque la suficiente como para que Brian Wilson tomase nota y con los Beach Boys grabase en 1964 otro excelente documento navideño llamado «The Beach Boys’ christmas album». Como Spector, Wilson, en su paranoia pop, entendió también que la magia del pop original podía alcanzar lo sublime si se hermanaba con la inocencia navideña. Unos cuantos años después, «A christmas gift for you» se reeditó y se recuperó esta obra maestra del productor más polémico.  Ahora, vuelve a estar disponible en formato vinilo. Una suerte. «A christmas gift for you» es un monumento al pop y a la Navidad. Hasta el punto de que, si eres de los que detesta esta inevitable época del año, puedes cambiar de opinión y sentir un fabuloso espíritu de grandes propósitos durante 35 minutos y 12 segundos.

Artículos relacionados