La historia del Rock-Ola a través de sus carteles

Autor:

Pepo Perandones (ilustrador de los carteles): «Hacía todo eso con urgencia y pasión, solo con un objetivo: que fuera no solo un grito, sino un alarido en las paredes»

 

La Fundación Club 45 muestra la historia de la sala Rock-Ola a través de los carteles de los conciertos que acogió, en una exposición ubicada en Santa Colomba de Somoza (León), hasta el próximo 22 de septiembre. Una recomendación de Àlex Oró, que acaba de publicar el libro Quadrophenia. The Who y la epifanía mod de Pete Townshend.

 

Texto: ÀLEX ORÓ.

 

Un viaje en el tiempo, hasta el Madrid de 1981-85, para visitar la mítica sala Rock-Ola, la que fue considerada como “El templo de la Movida”, a través de los carteles de los conciertos que acogió el local de la capital española. Esta es la propuesta de la Fundación Club 45, que ha abierto las puertas en la localidad leonesa de Santa Colomba de Somoza el pasado mes de junio y que está dirigida por Alejandro Díez Garín, el que fuera líder de Los Flechazos y Cooper. La exposición se puede visitar hasta el 22 de septiembre.

Rock-Ola convocaba a lo más granado de una escena cultural que pivotaba alrededor de la música pop, un catálogo de escritores, artistas plásticos, actores y figuras del diseño y la publicidad que cada noche bebían, vivían, bailaban e inventaban acodados a la barra de la discoteca más vanguardista del país.

Los carteles proceden de la colección privada de Lorenzo Rodríguez, responsable de la sala, y estaban custodiados hasta ahora por la Fundación Huerta de San Antonio, de Úbeda, localidad natal de Rodríguez. Casi todos los carteles fueron concebidos y materializados por Pepo Perandones que, además de diseñador de la sala, fue pinchadiscos y relaciones públicas del local madrileño.

En este contexto, Perandones explica que «nunca fui un “ilustrador” al uso: cortaba, pegaba, maquetaba, fotocopiaba, ensuciaba rasgaba… (Mr. Mac no había llegado por aquí. Letraset era la opción más tecnológica)… Y hacía todo eso con urgencia y pasión, solo con un objetivo: que fuera no solo un grito, sino un alarido en las paredes».

 

Lorenzo Rodríguez (responsable del Rock-Ola): «No hay más que ver la repercusión y la huella que en la sociedad española dejó la sala»

 

Por su parte, Lorenzo Rodríguez recuerda que el origen de Rock-Ola fue consecuencia de la gran explosión de la nueva ola que tuvo lugar en 1979 y «los que, un día sí y otro también, pululábamos por garitos como Pentagrama, Vía Láctea, Susie Q o Club 42, nos dimos cuenta de que estos se habían quedado pequeños para atender la marea que se venía encima». Así, se abrieron locales como El Jardín, donde dieron sus primeros pasos grupos como Aviador Dro, Parálisis Permanente, Glutamato Ye-Ye o Los Elegantes, y el Marquee, que acogió conciertos con lleno absoluto de Nacha Pop, Mama y Los Secretos. Ambos locales eran del mismo grupo empresarial, que apostó por abrir una tercera sala en 1981, Rock-Ola. Rodríguez afirma que «los siguientes tres años fueron de una actividad frenética: conciertos y eventos a diario. No hay más que ver la inmensa relación de grupos nacionales e internacionales de primer orden que se subieron al escenario de Rock-Ola, y ver la repercusión y la huella que en la sociedad española dejó la sala».

 

Mucho más que los carteles

Además de la imponente colección de cartelería, la exposición cuenta con la colaboración de importantes figuras de la época que han querido sumarse aportando recuerdos. El fotógrafo Miguel Trillo, el gran retratista de la calle y las tribus urbanas, rememora el concierto de Los Elegantes en Rock-Ola. Edi Clavo, batería de Gabinete Caligari y autor de muchos libros imprescindibles para los aficionados al rock como Electricidad revisitada y Viva el rollo, desmenuza la visita de Spandau Ballet a Madrid. Joaquín Rodríguez, bajista de Los Nikis /Los Acusicas y autor de NPI de Música, narra cómo le deslumbraron los Revillos mientras que Mariví Ibarrola, fotógrafa y autora del inmenso Yo disparé en los 80 recuerda el moño de Mari Wilson. Emilio López, de Los Elegantes, que ya revisitara esta época en su libro ¡Ponte ya a bailar!, nos muestra su admiración por Los Secretos y Beatriz Alonso Aranzábal, realizadora del documental De un tiempo libre a esta parte, añade el guiño sentimental alrededor de la actuación de Depeche Mode en los tiempos en los que ella tecleaba en Los Monaguillosh.

 

«La Fundación Club 45 acoge la colección privada de discos, partituras, revistas, carteles y memorabilia del pop de los años sesenta, que Alejandro Díez Garín ha reunido durante más de cuarenta años»

 

En este sentido, Alejandro Díez Garín muestra su satisfacción por esta primera exposición temporal de la Fundación Club 45 y resalta: «debo ser el único de mi generación que no estuvo nunca en Rock-Ola. El nombre de la sala es evocador de un tiempo en el que me limitaba a leer las reseñas en el ABC de mis padres y en algunas revistas especializadas que alimentaban mis ganas de sumarme a todo aquello. Recuerdo analizar la crónica de la actuación de Echo & The Bunnymen, que tocaron en línea, con la batería a la altura de los demás, y de pensar que sería ser como Ian McCulloch… o al manos tener su pelo y su abrigo de tweed. Ahora los carteles lucen en la sala Pop Corner, en el espacio para las exposiciones temporales de la fundación, y yo vuelvo a sentir esa extraña nostalgia por un tiempo que no viví. He reunido a una banda de flipar: Edi Clavo, a la batería; Emilio Elegantes de guitarra y voz, Joaquín Nikis al bajo y Beatriz de Los Monaguillos al teclado. Solo falta que se pongan a ensayar y que en la primera actuación posen para Trillo y Mariví Ibarrola. Soñar es gratis».

 

Un museo único

La Fundación Club 45 acoge la colección privada de discos, partituras, revistas, carteles y todo tipo de memorabilia del pop de los años sesenta, que Díez Garín ha reunido durante más de cuarenta años. Es, probablemente, la mejor colección del mundo sobre el tema que se puede visitar. Hay espacios dedicados al pop español, a los grupos mod o al beat. Además, la fundación acoge actividades todos los fines de semana: desde conciertos a conferencias, pasando por pinchadas con los mejores dj de la escena sixtie.

Su ubicación en la pequeña y bellísima localidad de Santa Colomba de Somoza, en la comarca de la Margatería, no es baladí. Es una apuesta del propio Díez Garín para luchar contra el despoblación de las zonas rurales, en este caso de la provincia de León.

Estas son las actividades de la Fundación Club 45 en septiembre: https://fundacionclub45.com/programacion/

Artículos relacionados