La hermosa madurez de Rosanne Cash

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COMBUSTIONES

“Un disco formidable, espigado y oscuro, esperanzado y chispeante”

 

Julio Valdeón analiza con detalle “She remembers everything”, el nuevo disco de Rosanne Cash, en el que han colaborado T-Bone Burnett, Kris Kristofferson y Elvis Costello, entre otros.

 

Una sección de JULIO VALDEÓN.

 

La única cosa por la que merece la pena luchar. “The only thing worth fighting for”. Así se titular la primera canción del nuevo disco de Rosanne Cash. Hija mayor del matrimonio de Johnny Cash y Vivian Liberto, primera esposa de Johnny, de la que se divorció en 1966. Palabras mayores. Realeza musical. Su padre, gigante indiscutible del country, figura totémica. Su segunda madre, o sea, la mujer con la que Cash contrajo matrimonio después de Vivian, fue June Carter, hija de Maybelle, de la Carter Family, padres del género junto a Jimmy Rodgers. Pero contar su vida y milagros a través de su noble pasado resulta equívoco. Rosanne es una estrella por méritos propios.

“Seven year ache”, su disco de 1981, el primero en Columbia, vendió generosamente y cosechó buenas críticas. La racha continuó, ampliada, con “Rhythm & romance”, del 84, y “King’s record shop”, del 87, e “Interiors” del 90. Desde entonces hasta ahora, problemas de salud, regresos triunfales, un matrimonio que muere, otro, con el músico, compositor, arreglista y productor John Leventhal, que dura hasta hoy y que forjará su más importante alianza musical. En compañía del productor de William Bell y Jim Lauderdale, entre mil, abandonará Nashville para vivir en Nueva York, fundará una familia y publicará, amén de varios libros, una serie de discos, “10 song demo”, “Rules of travel”, “Black cadillac”, “The list”, “The river & the thread”, que la consagran como una de las autoras más personales e interesantes de la llamada Americana.

Exploraciones que van de lo muy doloroso y personal, las muertes de Johnny, Vivian y June, al viaje panorámico por el sur y a un hermoso ajuste de cuentas con algunas de las canciones esenciales del granero folk, country, blues y góspel. Nombre indisputable, que supo descubrirse a sí misma y sin renunciar al cofre del tesoro familiar, ahora regresa con el muy sugerente, maduro y acrisolado “She remembers everything”. Si en anteriores entregas reflexionaba sobre el pasado, en su nuevo disco replantea algunas las deudas que ahogan, abre ventanas y busca y fórmulas de emancipación, caminos de libertad. Lo hace en compañía de Leventhal y, en casi la mitad de las canciones, de otro productor, Tucker Martine, colaborador de Neko Case, The Decemberists, My Morning Jacket y Sufjan Stevens.

El resultado, a caballo del tenso clasicismo de sus anteriores discos y la creación de ambientes más impresionistas, es un disco formidable, espigado y oscuro, esperanzado y chispeante, a veces, y otras ocre, en el que Cash medita sobre la violencia y las armas, los frutos de una relación, la dignidad y perdida, a caballo de la primera persona y el comentario descarnado y la creación de otras voces y otros personajes, digamos, más literarios. Hay country estilizado, hay toneladas de folk, hay pop con frac luminoso y rock de alta graduación, y sobre todo, una mujer, una artista, que a sus sesenta y dos años canta y escribe mejor que nunca. Colaboran, con voces, con letras, T-Bone Burnett, Sam Phillips, Kris Kristofferson, Lera Lynn y Elvis Costello. Merece mucho la pena.

Anterior entrega de Combustiones: Whitney no fue Nina Simone con sintetizadores.

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