«Independientemente de que sea mejor o peor, está más orientado al directo y es el elepé más contemporáneo que hemos hecho, con un single que hasta se puede bailar»
La banda valenciana publica “Fue eléctrico”, un octavo álbum producido por Santi García que hace honor a su título y que marca el final de su contrato con el sello independiente Mushroom Pillow. Eduardo Guillot los entrevista.
Texto: EDUARDO GUILLOT.
Foto: ALEJANDRO DEL ESTAL.
Plenamente asentados en la frágil escena musical estatal, La Habitación Roja siguen siendo el grupo valenciano de mayor proyección. Con “Fue eléctrico”, su octavo disco, han vuelto a batir sus propios récords, tanto en lo que respecta a la calidad del material que contiene (una excelente colección de canciones) como en el aspecto de las ventas (su mejor entrada en listas hasta la fecha). El batería José Marco lo resume en una frase: «Estamos en nuestro mejor momento».
A los años de experiencia acumulada se une también la solidez de una formación que se completa con la incorporación definitiva de Jordi Sapena (guitarra, teclados), quien tampoco oculta su satisfacción ante el nuevo álbum. «Va a ser muy grato tocarlo en directo», comenta, y José está de acuerdo. «No es que ‘Universal’ no nos gustara, pero los arreglos nos obligaban a afrontar los directos de manera diferente». El guitarrista Pau Roca prefiere no establecer comparaciones: «Independientemente de que sea mejor o peor, está más orientado al directo y es el elepé más contemporáneo que hemos hecho, con un single que hasta se puede bailar. La prensa cada vez tiene menos fuerza, y lo que se pincha en las discotecas adquiere relevancia. En ese sentido, es un disco más adecuado a su tiempo». Jorge Martí (voz, guitarra) añade su intención de sonar más eléctricos, «Nos apetecía hacer un disco más rock, y nos hemos juntado con unas canciones que son como un puñetazo en la cara. Nos ha salido así sin buscarlo. También estamos bastante tranquilos. Hemos disfrutado y, a partir de ahora, lo que pase será bienvenido. El disco marca el fin del contrato con Mushroom Pillow, el negocio ha cambiado mucho y se abren muchas posibilidades».
Parte de la culpa del magnífico sonido que exhibe el álbum es de Santi García, el productor, y su política de trabajo: «El proceso de preparación y la realización de las maquetas ha sido más corto, sobre todo en comparación con el anterior», explica Marc Greenwood (bajo). «Santi ha grabado más de cuatrocientos discos. Hicimos una lista de posibles productores, él fue el primero con quien hablamos y no buscamos más. Nos motivó, porque tenía ganas de hacer un buen trabajo. Nos dio mucha confianza».
TIEMPO PRESENTE
El título, surgido de un sketch del programa humorístico “Muchachada Nui”, refleja a la perfección el contenido de un álbum que ellos mismos han explicado a los medios para evitar deslices. «La hoja promocional es importante. Pedimos que pusiera que en este disco cada canción podía servir para abrir un concierto. Y ahora todo el mundo nos lo dice en las entrevistas. Son textos que se copian habitualmente. Hay periodistas que ni escuchan los discos, y era una forma de marcar el discurso, que luego se corrobora escuchando el álbum».
Una apuesta eléctrica con reminiscencias de los ochenta, como demuestra el teclado de ‘Ayer’, que remite al final de ‘The Cutter’ (Echo & The Bunnymen) o un sonido que recuerda las producciones de bandas como James. «No lo teníamos en mente, pero es algo que está en nuestro código genético», reconoce Jorge. «Sobre todo, en el caso de Pau y mío, quizá por coincidencia generacional. La música que escuchas cuando eres adolescente te marca mucho. Santi García tiene unas referencias muy amplias, y nosotros sabíamos por dónde queríamos ir». Pau arguye razones técnicas: «Hemos usado reverbs y delays, y algunos teclados y bajos remiten a The Cure… En ese sentido, es cierto». Y Jorge aprovecha para reivindicar que en la época se hicieron cosas muy interesantes. «Simple Minds acaban de ofrecer varios conciertos tocando sus primeros discos, los que valían la pena, y suenan totalmente actuales. No hay más que escuchar a The Horrors. Grupos anteriormente denostados ahora son objeto de reivindicacicón. Hace poco, David Lynch dijo en una entrevista que Duran Duran, para quienes hizo algunos vídeos, le habían acabado pareciendo un buen grupo».
VIDAS PARALELAS
Todas las canciones del disco son de Jorge. El resto de componentes diversifica su trabajo en varios proyectos paralelos (Maronda, Litoral, Caballo Trípode, Comadreja Mambo). «Quizá ‘4’ es el disco que más canciones mías tiene», comenta Pau, «pero las canciones de Jorge definen al grupo. Yo le ayudé en una época en que tenía menos, pero no es nuestra forma de trabajar». Jorge deja claro, en todo caso, que «nunca ha habido una norma al respecto. Si alguien trae una canción que gusta, la grabamos. De hecho, hay muchas mías que no pasan la criba. En este disco hemos recuperado algunas que no grabamos en su momento y que ahora hemos cambiado. Ha sido un acierto, porque ahora lucen mucho más». Pau añade que «las canciones se eligen solas en el 90% de los casos. De inmediato se ve si un tema funciona o no».
En su caso, parece que las aventuras de algunos componentes con otras bandas, sirven para oxigenar a La Habitación Roja. «Estoy totalmente de acuerdo», admite Pau, «hoy en día es difícil encontrarse con un grupo en el que muchos de sus miembros no estén involucrados en otros proyectos. Curiosamente, en nuestro caso quienes no lo están tienen dos hijas cada uno, y eso da bastante más trabajo que un grupo paralelo». Jorge reconoce que no tiene «aspiraciones de hacer otras cosas. Si llega el momento en que La Habitación Roja no funciona, seguiré componiendo para mí. Me siento satisfecho con lo que hemos hecho hasta el momento y ahora lo que quiero es salir de gira a tocar y disfrutar con el grupo».
CRISIS MUSICAL
Con el disco recién publicado, ahora toca sobrevivir en tiempos de crisis. «Nosotros estamos en crisis desde que empezamos», afirma Pau. «Tenemos el ADN muy preparado, nos sabemos todos los trucos. Aunque suene un poco malvado, hasta reconforta ver que la gente empieza a sentirse como nos hemos sentido nosotros toda la vida. Actualmente tengo la ocupación más segura de entre toda la gente que me rodea. Frente a mis amigos arquitectos, yo era el bohemio, y ahora resulta que ellos no tienen trabajo. Hemos bajado un poco los precios de las entradas, pero nunca nos hemos aprovechado de ningún pelotazo, así que su ausencia tampoco nos afecta. Nuestra realidad no ha cambiado mucho». Jorge lo confirma: «Hemos sido bastante honestos, y cobramos en función de lo que generamos. La crisis nos va a afectar, porque la mayoría de gente joven está en paro, cada vez hay más conciertos y no se puede acudir a todo, hay que seleccionar».
La gira ya está en marcha, pero «Fue eléctrico» merece escala con honores en el FIB, un festival al que hace tiempo que no acuden: «A mí me gustaría volver. Y sabemos que nuestra oficina está trabajando en ello. Si nos llaman, estaremos encantados de ir», comenta Jorge, aunque a quien más ilusión le hace es a Jordi, que nunca ha tocado allí: «Yo lo veía en la tele, y después he ido muchos años como público, así que sería estupendo».
–
