La familia de Germán Coppini ha emitido un comunicado para reclamar justicia por el homenaje que celebró el Iberia Festival en 2018. El festival fue condenado en 2022 por el Tribunal Supremo al pago de 20.000 euros por utilizar en el cartel el nombre y una fotografía de Coppini. Sin embargo, el festival se ha abstenido del pago, según la versión de la familia.
Este es el comunicado:
En memoria de Germán Coppini, mi padre.
El pasado 13 de octubre de 2018, Iberia Festival realizó un concierto «homenaje» a Germán Coppini, habiendo puesto en marcha una campaña mediática en la que incluiría en su cartel, una foto de Germán y una clara intención de rendirle culto a su figura como vocalista de Golpes Bajos.
En él, participarían otros artistas, antiguos componentes de dicho grupo, contratados por dicho festival, como otros que abiertamente colaboraron en la celebración del mismo. En ningún momento se contó con la aprobación de la familia, ya no sólo para preguntar si estarían de acuerdo en realizar el homenaje, sino que ni siquiera tuvieron la decencia de tratar de invitar a sus propios hijos y herederos al mismo.
Bajo mi percepción de la vida, el papel que puede jugar una familia si se homenajea a un miembro de esta, es esencial y preponderante, pues yo, su hijo, no solo veo a Germán como un músico, sino también veo en él, la figura de un padre, de un marido, de un hermano… Que nos acompañó hasta su eterno viaje en 2013.
Germán nos enseñó, a sus hijos, que no todo tiene un precio, que hay algo más importante que vender tu arte por dinero a cualquier interés, por muy jugoso que pareciera el estipendio, Coppini no se vendía, y aún en vida, tomó la decisión de no colaborar con otros miembros de Golpes Bajos, que tenían otros intereses en mente no comunes a lo que Germán pensaba. Siempre se negó en rotundo a una hipotética vuelta de Golpes Bajos; ya dio, sin suerte, una segunda oportunidad. Tanto mis hermanos, como yo mismo, nos comunicamos amistosamente con representantes de los organizadores del Iberia Festival, para comunicarles que no queríamos hacer ningún homenaje a Germán, y menos de esta manera, pues ya se habían hecho otros «homenajes» a mi padre sin contar con nosotros, su familia. Dichos representantes nos instaban a que ellos querían seguir adelante y que esto lo hacían y cito textualmente «por el bien de la música», más bien, por el bien de sus bolsillos, dado el fin especulativo y comercial de dicho evento, generando el mismo, pingües beneficios.
Haciendo caso omiso de la desaprobación de sus hijos y herederos, que ya mediante un burofax se lo comunicamos al festival, el concierto finalmente se llevó a cabo, por lo que nos vimos obligados a poner en marcha la vía judicial, no solo por el malestar que esto nos causó, sino por honrar las voluntades de Germán, que si en vida se negó -en reiteradas ocasiones y hasta meses antes de su muerte- a volver con Golpes Bajos. Es macabro la vuelta de la banda aprovechando el fallecimiento del cantante y encima vestirlo de homenaje para engañar a su público. Se aprovecharon de su figura, imagen y prestigio para lucrarse ilícitamente, obteniendo grandes beneficios e hicieron caso omiso del desagrado y daño emocional que nos causó a nosotros, sus hijos, al no respetar su voluntad y estar él para poderse defender.
En casi todos los titulares de prensa, se dio una vaga explicación de los hechos, comentando que «Los hijos de Germán Coppini denuncian a un festival por utilizar una foto suya», en pocos se indagó sobre el asunto, por lo que al leerlos pareciere hacernos quedar como unos peseteros, antes que por unos hijos queriendo honrar la memoria y voluntad de su difunto padre.
Fueron varios años de proceso judicial, en el que el Tribunal Supremo, confirmando la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, nos dio la razón declarando la intromisión ilegítima en el derecho de imagen de D. German Coppini, mediante la explotación inconsentida de su nombre y imagen con fines comerciales y publicitarios. La organización ha sido condenada a pagar daños y perjuicios, así como las costas procesales y sin embargo a día de hoy, no ha cumplido la sentencia por lo que se ha tenido que instar la vía ejecutiva. De esta sentencia se hicieron eco muchos medios de prensa.
Los responsables de ese execrable «homenaje» siguen, a día de hoy, sin pagar, sin dar la cara, sin pedir disculpas ni cumplir sus obligaciones legales, y sin embargo Iberia Festival sigue realizando conciertos por toda España contratando a artistas de alto caché mientras nosotros, aún tenemos dificultades para pagar los costosos años de juicios, recursos y abogados.
Suplicamos justicia y que la memoria y voluntad de Germán Coppini, nuestro padre, no acabe siendo utilizada por personas codiciosas que lo único que quieren es llenarse los bolsillos sin escrúpulo alguno. Germán fue siempre un músico comprometido y solidario con sus compañeros; apelamos por tanto a la ética profesional y generosidad de artistas y patrocinadores que siguen participando con dicha organización.
Daniel Coppini.