«Uno de los mensajes principales, parece decir lo siguiente: Oh, aquí está para mi dulce Satán / el único cuyo pequeño camino me entristecería / cuyo poder es Satán. / Dará el 666 a aquellos con él. / Había un pequeño cobertizo / donde él nos hacía sufrir, triste Satán”
¿La devoción de Jimmy Page por el ocultismo hizo que el cuarto álbum de Led Zeppelin contara con referencias al Diablo por todas partes? ¿Es ‘Stairway to heaven’ una alabanza a Satán que se debe escuchar al revés? Héctor Sánchez nos los cuenta.
Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.
Los cuatro símbolos que representaban a los miembros de Led Zeppelin solo fueron un primer punto de partida para buscar significados ocultos. Las interpretaciones no han hecho más que empezar. La portada tampoco se quedaba corta a la hora de teorizar sobre su significado y su personaje principal.
En la cubierta aparece un cuadro con una imagen de un anciano cargando con un fardo de ramas a su espalda. La leyenda cuenta que Robert Plant compró este lienzo en un mercadillo de Reading. ¿Quién es este curioso personaje? Erróneamente se considera que es el tenebroso Aleister Crowley, pero es más habitual que se piense que es George Pickingale, un brujo oscuro de la Inglaterra victoriana que murió aplastado por la cruz de la iglesia de Canewdon. Para darle más misticismo, hay que destacar que, según el folclore celta, el halo azul que se aprecia en el fondo del bosque está relacionado con actividades druídicas. Por otra parte, Jimmy Page declaró que este personaje era una revisión del Ermitaño del Tarot, que simboliza la sabiduría y que se encuentra en simbiosis con la naturaleza: “El viejo hombre está en armonía con la naturaleza. Extrae de ella y lo devuelve a la tierra. Es un ciclo natural… Echan su vieja finca abajo y lo meten en uno de esos agujeros urbanos…”. El hecho de que al personaje le derriben su casa se puede comprobar al desplegar la carpeta del álbum: la pared donde está colgado el cuadro es lo que queda de una casa derruida. Al fondo del barrio, se puede ver un moderno bloque de viviendas. Esta portada es una metáfora sobre el contraste entre lo viejo y lo nuevo. John Bonham fue más contundente al describir la estampa: “Prefiero vivir en una casa vieja que en un bloque de pisos”.
En la parte interior del desplegable, volvemos a encontrarnos con el Ermitaño, que, según Page, “sostiene la luz de la verdad y la iluminación ante un joven al pie de la montaña”. Esta ilustración sí es fiel a la imagen que tiene el Ermitaño en las cartas del tarot. Oculta en estas montañas hay una nueva relación entre Led Zeppelin y Satán. Para comprobarla basta con acercar la imagen desplegable del Ermitaño a un espejo. Entre la mitad de las rocas se aprecia la cabeza de una bestia cornuda, quizá un carnero, una de las encarnaciones más conocidas del Demonio. Un poco más arriba, a los pies del Ermitaño, se puede intuir el rostro de otro ser diabólico con una boca llena de dientes. ¿Es casualidad que estas imágenes estén escondidas entre las rocas? ¿O quizá el ilustrador, Barrington Colby, ocultó estos rostros a propósito?
Por último, el Diablo vuelve a hacer otra aparición estelar en ‘Stairway to heaven’, la canción más popular del grupo y la que más veces se ha emitido por las emisoras de radio. Este tema nació en la campiña inglesa de Headley Grange, delante de la chimenea, y no en la casa de Aleister Crowley, como se llegó a comentar. “Yo estaba ahí sentado con Page frente a un fuego en Headley Grange”, recordó Plant. “Page había escrito los acordes y me los había tocado. Yo sostenía un papel y un lápiz, y, por alguna razón, estaba de muy mal humor. Entonces, de repente, mi mano se puso a escribir cosas. ‘Hay una dama que está convencida de que todo lo que brilla es oro, y está comprando una escalera hacia el cielo’. Me quedé ahí sentado y observé lo escrito y casi salto de mi asiento”. El hecho de que al vocalista se le moviera la mano “sola” ha dado pie a múltiples comentarios sobre si fue el mismo Diablo que le dictaba las palabras. Nada más lejos de la verdad, a Robert Plant le sirvió de inspiración la obra “Magic arts in celtic britain” (1949), de Lewis Spence, y tomó elementos célticos y nórdicos que recordaban a la Dama del Lago, Rhiannon, Morgana Le Fay o la obra de J. R. R. Tolkien. Para Plant, el significado de ‘Stairway to heaven’ está claro: “Es el comienzo de la primavera, cuando los pájaros hacen sus nidos, cuando empiezan la esperanza y el nuevo año. Y no tiene nada que ver con esas cosas raras que se leen en América”.
“Esas cosas raras” a las que el guitarrista se refiere son el supuesto himno satánico que esconde. Hasta lo dice la propia letra del tema: “Porque a veces las palabras tienen doble significado”. Y para descubrir este segundo significado y oír la oda a Satanás, basta con reproducir la canción al revés. La primera frase de la letra escuchada al revés dice “Play backward” (Escúchalo hacia atrás) y uno de los mensajes principales, que se aprecia a mitad de la canción, parece decir lo siguiente: “Oh, aquí está para mi dulce Satán / el único cuyo pequeño camino me entristecería / cuyo poder es Satán. / Dará el 666 a aquellos con él. / Había un pequeño cobertizo / donde él nos hacía sufrir, triste Satán”. Esta es la conclusión a la que llegó en 1982 el padre Greenwald, el ministro baptista al que se le ocurrió escuchar ‘Stairway to heaven’ del revés y que acusó al grupo de grabar mensajes ocultos.
No fue la única persona en pensarlo. En abril de ese mismo año, la Asamblea del Estado de California también encontró mensajes subliminales en el tema. Aunque no era la misma letra, en esencia, el significado era muy parecido: “Canto porque vivo con Satán. / El Señor me repugna, no hay forma de escapar. / Aquí está para mí dulce Satán, cuyo poder es Satán. / Él te dará el 666, vivo para Satán”.
Ante semejantes acusaciones, Swan Song, la discográfica de los Led Zep, se pronunció: “Nuestros platos solo giran en una dirección, hacia adelante”. Robert Plant se mostró dolido al enterarse de los mensajes satánicos que la gente había encontrado: “Para mí es muy triste, porque ‘Stairway to Heaven’ fue escrita con la mejor intención, muy lejos de invertir cintas y poner mensajes al final. Ésa no es mi idea de hacer música. Hay mucha gente que está ganando dinero con esto, y si es así como necesitan hacerlo, entonces que lo hagan sin mis letras. Les tengo demasiado cariño”.
El fenómeno que nos hace encontrar mensajes ocultos o que nos hace ver al Diablo en las rocas se denomina “pareidolia”; es un fenómeno psicológico que se produce de forma inconsciente y que consiste en percibir estímulos aleatorios como formas reconocibles. Pero allá cada uno si prefiere pensar que la escalera hacia el cielo no sube, sino que baja.
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Anterior entrega de La cara oculta del rock: Led Zeppelin, un dirigible diabólico (primera parte).
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