«Si alguien era lo suficientemente vanidoso para pensar que la canción iba sobre él, este era otro de los amores de Carly Simon, Warren Beatty, que no se cortó un pelo al reconocerlo: ‘Seamos honestos. Esa canción era sobre mí»
En ‘You’re so vain’ (1972), Carly Simon se despachaba a gusto con uno de sus antiguos amantes. Son muchos los candidatos que podían estar en el punto de mira de la cantante, desde Mick Jagger hasta Warren Beatty, pasando por James Taylor, Kris Kristofferson o David Geffen. ¿En quién estaba pensando Simon cuando compuso esta canción? ¿Tiene respuesta este interrogante?
Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.
Siempre resulta halagador que te dediquen una canción. A no ser que quien lo haga sea Carly Simon. Cuando ‘You’re so vain’ se publicó en noviembre de 1972, inmediatamente el tema planteó una incógnita a los oyentes: ¿De quién estaba hablando? Aunque el álbum en el que estaba incluida la canción se titulaba “No secrets”, este tema es uno de los grandes secretos del rock. Simon lanzaba sus dardos envenenados contra un hombre de identidad desconocida, de quien solo se sabía que era “vanidoso” como quedaba constancia en el estribillo: “You’re so vain, you probably think this song is about you” (“Eres tan vanidoso que probablemente pienses que esta canción trata sobre ti”).
Uno de los primeros candidatos para ser el sujeto de la canción fue James Taylor, con quien Carly Simon se había casado el 3 de noviembre de 1972, el mismo mes en el que lanzó el tema. Sin embargo, en una entrevista para la revista “Rolling Stone” publicada en 1973, la cantante desmintió que se tratara de él: “No, en absoluto habla sobre James, aunque James sospechaba que podía ser sobre él porque es muy presumido. No, no lo es, pero pasó por la desafortunada experiencia de coger un jet a Nueva Escocia después de que yo escribiera la canción. Le salvó el hecho de que no fuera un Lear”. El jet al que Simon menciona hace referencia a uno de los versos de la canción, en el que cita a una compañía de jets privados: “Then you flew your Lear jet up to Nova Scotia / to see the total eclipse of the sun” (“Entonces volaste en tu jet Lear a Nueva Escocia / para ver el eclipse total del sol”).
Aunque ya se sabía que James Taylor no era, el público aún no tenía una respuesta. Como recordó Simon, el enigma despertó tanto interés que hasta organizaron concursos para averiguar la identidad del desconocido: “Un hombre de Los Ángeles llamado Winkler organizó un concurso en el que los oyentes tenían que llamar para votar sobre quién creían que hablaba la canción. Kris Kristofferson iba ganando”. Aunque Kristofferson, que había mantenido una relación con Simon, encabezara el ranking, otro nombre sonaba mucho más fuerte y éste era el de Mick Jagger.
Independientemente de que el vocalista de los Rolling Stones colaborara en esta canción de forma indirecta, Jagger sí que lo hizo de forma directa encargándose de los coros. Así recordó Simon la participación de Mick: “Supongo que fue una oportunidad. Estaba en Londres, era 1972 y llamó al estudio donde estaba haciendo los coros con Harry Nilsson. Mick dijo: ‘¿Qué hacéis?’. Y le dije: ‘Estamos haciendo los coros de una de mis canciones… ¿Por qué no te vienes y cantas con nosotros?’. Así que Mick, Harry y yo nos pusimos alrededor del micrófono y cantamos ‘You’re so vain’ y Harry se comportó como un caballero. Él sabía la química que había entre Mick y yo, y se retiró de los coros diciendo: ‘Vosotros dos tenéis una combinación auténtica, deberíais hacerlo vosotros solos’. Y eso es lo que ocurrió”. Eso sí, sobre si Jagger era el destinatario, la cantautora no soltó ni prenda: “Mucha gente piensa que habla sobre Mick Jagger y que le engañé para que cantara en ella, que organicé esa treta (…). Pero no puedo decir sobre quién habla porque no sería justo”.
Si alguien era lo suficientemente vanidoso para pensar que la canción iba sobre él, este era otro de los amores de Carly Simon, Warren Beatty, que no se cortó un pelo al reconocerlo: “Seamos honestos. Esa canción era sobre mí”. Según Simon, el actor se puso en contacto con ella después de escucharla: “Parece que hablaba sobre Warren Beatty. Él pensaba que iba sobre él. Me llamó y me dijo: ‘Gracias por la canción’”. Beatty era uno de los candidatos que más papeletas tenía para ser el elegido, hasta el productor del álbum, Richard Perry, apostó por él: “Se trata de una recopilación de los hombres que Carly había conocido, pero principalmente Warren Beatty”. Como no podía ser de otra manera, Simon volvió a hacer mutis y tampoco aclaró si se trataba del actor.
¿Existe alguien en el mundo, aparte de Carly Simon, que conozca la verdadera identidad del tipo vanidoso? Sí. Aunque parezca mentira, existe. En 2003, la cantante participó en una subasta benéfica en la que ofreció resolver el misterio y dar el nombre a la persona que hiciese la puja más alta. 50.000 dólares fue la cantidad que Dick Ebersol, responsable del canal de televisión “NBC Sports”, ofreció para conocer el susodicho secreto, no sin antes firmar una cláusula según la cual no podía revelarlo. Como Simon era consciente de la responsabilidad que Ebersol había obtenido, fue benévola con él y le permitió dar un pequeño detalle: “Carly me dijo que podía ofrecer a todo el mundo una pista de lo que me dijo y la pista era que la letra ‘e’ estaba en el nombre de la persona”. Con el tiempo, a la compositora le gustó jugar a esta especie de “Cifras y letras” y acabaría dando otra vocal más y una consonante: la ‘a’ y la ‘r’.
Para rizar más el rizo, en 2009, Simon lanzó el álbum “Never been gone”, en el que volvió a grabar versiones de sus canciones clásicas. No podía faltar ‘You’re so vain’ y su correspondiente polémica. En febrero de 2012 volvió a liar la madeja en la revista “Uncut”: “Voy a decírtelo. La respuesta está en la nueva versión de ‘You’re so vain’, dentro de mi nuevo disco “Never been gone”. Hay un pequeño susurro y esa es la respuesta al enigma”. Este susurro parecía sonar como “David” y todas las miradas apuntaron a David Geffen, por entonces propietario de Elektra, el sello con el que fue lanzado el álbum. Rápidamente, la cantante se pronunció al respecto: “¡Qué alboroto! ¡No tiene nada que ver con David Geffen! ¡Qué error tan divertido! A alguien una pista errónea le llevó a otro error”. Simon y Geffen no se conocerían hasta 1974, dos años después del lanzamiento de la canción.
Simon parece pasárselo en grande con este juego que ella misma creó: “La gente lleva mucho tiempo preguntándose sobre quién habla, es decir, sobre quién escribí la canción. Siempre me ha parecido divertido que la gente estuviera tan interesada en lo que estaba pensando, es algo que a cualquiera le sube el ego, que estén tan interesados en lo que estabas pensando cuando escribiste una canción”. Y como siempre ha indicado, no tiene ninguna intención de resolver este rompecabezas para no perder el misticismo: “Fue un enigma hace mucho tiempo y es mejor así. Los enigmas son mejores sin resolver”.
Será mejor que nunca revele la identidad secreta del destinatario de la canción porque si lo hiciera, ¿de qué hablaría en las entrevistas?
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Anterior entrega de La cara oculta del rock: Judas Priest y el juicio final.
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