La cara oculta de las canciones: ‘Whip it’, el azote de Devo

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“No había una industria alrededor, no había vigilantes, no había jerarquía, no había inspectores de vídeos, no había portavoces que dijeran: ‘No, no puedes hacer eso, no vamos a enseñar eso’. No había dinero ni poderes suficientes como para que alguien se preocupara”.

 

Dos autores tan dispares como Thomas Pynchon o Roy Orbison fueron claves para el mayor éxito de Devo, ‘Whip it’. Una canción que no fue bien entendida por todos y que tuvo como acompañamiento un divertido videoclip que parodiaba la cultura de la América profunda y que surgió gracias a un artículo de una vieja revista usada.

 

Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.

 

Thomas Pynchon estuvo a punto de ganar el Premio Pulitzer de ficción en el año 1974 gracias a su tercera novela, “El arco iris de la gravedad” (1973), sin embargo, el jurado se echó para atrás al considerarla obscena. Quien sí que disfrutó del estilo y del carácter sarcástico de Pynchon fue Jerry Casale, uno de los fundadores de Devo, ya que sirvió como punto de partida de uno de los temas que pasarían a ser imprescindibles para el grupo: “‘Whip it’, como muchas de las canciones de Devo, tuvo un largo proceso de gestación. Escribí la letra como una imitación de las parodias de Thomas Pynchon en su libro ‘El arco iris de la gravedad’. Él había parodiado quintillas y poemas de ideas de personalidades americanas, obsesivas, de culto como Horatio Alger y poemas del estilo de ‘Eres el número uno, no hay nadie como tú’, que eran muy divertidos e inteligentes. Pensé: ‘Me gustaría hacer algo como Thomas Pynchon’, así que una noche escribí ‘Whip it’”.

La letra de ‘Whip it’ necesitaba música, y el otro fundador de Devo, Mark Mothersbaugh, había grabado varias ideas para futuras canciones en su apartamento. Cuando Casale escuchó la cinta, una de esas pruebas llamó su atención: “Tenía una cinta con unas ocho piezas grabadas, y una de ellas tenía un ritmo de batería muy interesante que acabó siendo el ritmo de la batería de ‘Whip it’”. De los bocetos musicales que Mothersbaugh había grabado, tres de ellos también pasaron a formar parte de ‘Whip it’. Con ese popurrí de ideas y un riff de guitarra prestado del clásico de Roy Orbison, ‘Oh, pretty woman’ (1964), Devo comenzó a trabajar en la nueva canción de forma satisfactoria. “Empezamos a ensayarla todos los días hasta que llegó al punto en que nos gustó y pensamos que era enérgica”, recordó Jerry Casale. “Entonces la grabamos. No nos gustaba ni más ni menos que el resto de canciones que estábamos haciendo y no teníamos ni idea de que sería un éxito”.

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Efectivamente, ‘Whip it’, incluida en el tercer álbum del grupo, “Freedom of choice” (1980), se convertiría en la canción más exitosa de Devo. Pero a base de repetir tantas veces la expresión “whip it, whip it” (“azótalo, azótalo”), los oyentes empezaron a encontrarle su propio significado: “Se extendió por todo el país. Todos los pinchadiscos y la gente que la escuchaba asumieron que era una canción sobre la masturbación o el sadomasoquismo”. ¿Y qué hizo Devo al respecto? Según Casale, dejaron crecer la bola de nieve: “Les dejamos que pensaran eso. No queríamos estropearlo y contarles la verdad, porque no les iba a encantar la realidad”. En lugar de ser una alabanza al sadomasoquismo o a la autosatisfacción, ‘Whip it’ pretendía dos cosas: por un lado, era una crítica sobre el carácter estadounidense de resolver los problemas con violencia; por el otro, era un canto a superar las adversidades, como aseguró el productor del disco, Robert Margouleff: “Hay, sin duda, una brutalidad enmascarada, pero también quiere decir que tienes que azotar las dificultades y los problemas de la vida. Vas a vencer al mundo. Vas a azotarlo bien. ‘Whip it’ duele mucho y duele bien. Se supone que el dolor es malo, pero la canción dice ‘azótalo bien’. Y la canción es buena. Es un gran tema, es perfecto. Hubo gente que no lo entendió en su momento, pero el arte vuelve para perseguirnos”. No obstante, Mark Mothersbaugh la consideraba como un tema de autoayuda para un presidente estadounidense: “Acabábamos de hacer nuestra segunda gira mundial cuando comenzamos a preparar el tercer álbum. Hubo una cosa que nos impresionó: nos dimos cuenta de que en todas partes el mundo estaba asustado por la política y la política exterior de Estados Unidos. En aquel momento, Jimmy Carter estaba en el cargo. Y pensé que ‘Whip it’ era una especie de canción de ‘Tú puedes hacerlo’ de Dale Carnegie (autor de libros de autoayuda) para Jimmy Carter”.

Para acompañar al tema, la banda reunió unos 15.000 dólares para grabar un vídeo y, más que desmentir la malinterpretación de la canción, Jerry confesó que optaron por avivarlo: “Hicimos crecer un poco el mito de que el tema trataba sobre los azotes y el sadomasoquismo. Decidimos que el vídeo alimentara ese popular malentendido y nos lo pasamos muy bien haciéndolo” Cuando surgió Devo, su objetivo era criticar la involución de la sociedad, de hecho, su nombre estaba sacado del concepto “de-volución” y sus proyectos iban un paso más allá de las simples canciones, como explicó Casale: “Desde el principio, y a propósito, Devo fue una idea multimedia. No había un nombre para el Performance Art en aquel momento. El término no existía, aunque creo que eso es lo que estábamos haciendo cuando echo la vista atrás. Era exactamente eso, Devo representaba una actitud, un punto de vista, una filosofía. Era como una combinación de realización de películas, teatro, un tipo de sintetizadores innovadores y ritmo de rock dentro de una gran performance con un mensaje de estilo de vida detrás, que era, básicamente, desconfiar de la autoridad ilegítima y pensar por uno mismo”. Cuando la banda se puso manos a la obra para trabajar en el vídeo después de grabar la canción, según Jerry, fue una forma diferente de trabajar para el grupo: “Fue una de las pocas veces que Devo trabajó así, a menudo solíamos empezar con una idea visual o una historia y escribíamos música en la que encajarla. En este caso, no teníamos la idea originaria del vídeo de ‘Whip it’, y cuando la gente comenzó a pensar que era una canción sobre cascársela o el sadomasoquismo, teníamos libros sobre charlatanes que solíamos coleccionar de tiendas de objetos usados o de tiendas de revistas antiguas que nos servían como inspiración o para reírnos”.

Entre la colección de revistas usadas, Casale encontró una historia divertida en un ejemplar de una publicación llamada “Dude” de 1962: “Había un artículo de primera plana sobre un tipo que había sido actor que estaba pasando por momentos difíciles, ya no le daban ningún papel. Se mudó con su mujer a Arizona, abrieron un rancho para turistas y cobraban a la gente por pasar el rato en el rancho. Cada día a mediodía en el corral, por entretenimiento, desnudaba a su mujer a latigazos con un látigo de más de 3 metros de largo. Ella cosía la ropa y la enganchaba con Velcro. En la revista contaban la historia sobre lo bueno que era y que nunca le hacía daño. Nos echamos unas risas con eso y dijimos: ‘Está bien, esta será la base para el vídeo. Pondremos a vaqueros bebiendo cerveza y animando a Mark mientras él está en el corral quitándole la ropa a latigazos a la mujer de un pionero mientras la banda toca en el corral”.

Para Margouleff, aquella ocurrencia fue brillante: “La idea de Jerry para el video de ‘Whip it’ fue un golpe maestro. Parecía tan de aficionado que parece un vídeo antiguo de YouTube, y aun así, se convirtió en un auténtico clásico porque estos tíos estaban al tanto de lo que sucedía. Fueron precursores del rap y de YouTube, y no fue del todo inconsciente por su parte”. Sin embargo, el productor no estaba del todo de acuerdo con que una canción se asociara a un vídeo: “La gente tiene una necesidad fisiológica de escuchar las cosas de determinada manera. Nuestros cerebros son muy interesantes. Las cosas que oíamos detrás de nosotros pueden ser consideradas como una amenaza, porque no las vemos; no podemos añadir una señal visual al audio. Sin embargo, lo más hermoso del mundo de los discos es la subjetividad. Se crea un espacio en el que se nos permite visualizar la canción a nuestra manera. Desgraciadamente, lo que ha pasado desde finales de los 80 es que cada canción se ha convertido en un ejercicio gimnástico; si ves un vídeo de rhythm and blues, todo el mundo hace el baile hula, moviendo las caderas, mientras que el vídeo de Devo cuenta una historia concreta. Tenía connotaciones psicológicas profundas. Y eso estaba bien, a pesar de que el vídeo era un anuncio para ayudar a vender el disco”.

Por otro lado, ¿qué sucedería si a día de hoy se presentara un vídeo en el que una mujer recibe latigazos por parte de un hombre? Según Casale, nadie se escandalizó con el vídeo en aquel momento: “No había una industria alrededor, no había vigilantes, no había jerarquía, no había inspectores de vídeos, no había portavoces que dijeran: ‘No, no puedes hacer eso, no vamos a enseñar eso’. No había dinero ni poderes suficientes como para que alguien se preocupara, así que sólo se nos consideraba artistas chiflados que hacían locuras. Así que hicimos el vídeo y un día empezamos a enseñarlo en los conciertos y entonces MTV comenzó a emitirlo”.

Para Jerry Casale, ‘Whip it’, condensaba la filosofía del grupo: “Creo que hay mucho de Devo en ‘Whip it’. Hay cultura estadounidense mezclada con algo amenazador, hay ironía y humor, hay un gancho y un buen ritmo para bailar, hay partes de sintetizador interesantes, letras que no son las típicas sobre echar un polvo o perder a tu pareja. Aunque no lo pretendiéramos, hay una pequeña dosis de Devo concentrada en ‘Whip it’”. Por muchos latigazos que Devo lanzaron después durante su carrera, ninguno sonó tan fuerte como ‘Whip it’.

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