«Con el paso del tiempo se ha convertido en un himno futbolístico, pero no hay que olvidar su significado histórico ante el inminente centenario de la Primera Guerra Mundial que tendrá lugar el año que viene»
El espíritu navideño invadió los corazones de los soldados que participaban en la Primera Guerra Mundial e improvisaron una tregua para celebrar las fiestas. The Farm recordó este evento en su canción más conocida: ‘All together now’.
Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.
Hace casi cien años, la noche del 24 de diciembre de 1914 fue una auténtica noche de paz en una Bélgica convertida en tierra de nadie. Las fuerzas del Imperio Alemán decidieron que, por esa noche, podían dejar de lado las armas. Los mandos alemanes eran conscientes de que la moral de sus soldados se encontraba por los suelos, por lo que intentaron incentivar su ánimo enviándoles más comida, más bebida y más tabaco. Por si esto no fuera suficiente, los soldados también recibieron abetos y adornos navideños para decorar sus trincheras y olvidar por un momento, en la medida de lo posible, la difícil situación en la que se encontraban. Lo que se suponía que sería una guerra rápida parecía alargarse y la Nochebuena era la escusa perfecta para tomarse un respiro, levantar el dedo del gatillo y no apuntar contra el enemigo. Las banderas blancas asomaron por las trincheras mientras en ellas crecían pinos navideños. El sonido de las balas y del fuego cruzado fue sustituido por el cántico de los soldados alemanes que entonaban ‘Stille nacht’ (‘Noche de paz’), el villancico que había sido compuesto en su lengua materna. Ante esta situación, y con la consecuente estupefacción, las tropas británicas y francesas podían haber sacado partido a esta clara ventaja, pero en lugar de eso, los aliados prefirieron contagiarse del espíritu festivo que estaban derrochando sus enemigos y responderles cantando villancicos en sus respectivos idiomas.
Como Papá Noel estaba demasiado ocupando repartiendo regalos entre los niños que se habían portado bien aquel año de 1914, los diferentes soldados de los dos bandos se intercambiaron sus propios presentes navideños que no eran otra cosa que cigarrillos, licores y chocolatinas. No era mucho, pero aquello era mejor que una granada inesperada. Aliados y germanos pudieron pisar la tierra de nadie sin miedo a ser acribillados. Ambos bandos aprovecharon esa oportunidad única para recuperar los cadáveres de sus caídos y darles el entierro que merecían. Las dos fuerzas celebraron ceremonias conjuntas. Pero el hecho más excepcional fue un momento en el que los oponentes decidieron volver a enfrentarse, esta vez de una manera mucho menos peligrosa, improvisando un partido de fútbol en el que unos sombreros hicieron las veces de porterías. 3-2 fue el resultado del encuentro en el que el Imperio Alemán salió victorioso; no tendrían la misma suerte en el desenlace del conflicto que llegaría cuatro años después.
Este alto el fuego no oficial se denominó la “Tregua de Navidad” y cuando la noticia llegó a los cuarteles generales, los altos mandos tomaron las medidas oportunas. Las unidades se deshicieron y muchos soldados fueron enviados a otros escenarios ya que los superiores tuvieron miedo de que esta inesperada confraternización supusiera el final del conflicto. Las cartas que los soldados escribieron a sus familiares para narrarles la sorprendente situación nunca llegaron a su destino debido a que fueron rápidamente destruidas. Una suerte parecida corrieron los negativos de las cámaras de fotos que inmortalizaron la unión de los dos bandos al ser confiscados. Asimismo, la información relacionada con esta tregua fue censurada, salvo alguna pequeña excepción. Semejante episodio no podía volver a ocurrir.
Setenta y seis años más tarde, la banda The Farm recordó este momento en el que la Primera Guerra Mundial se convirtió en una celebración navideña internacional durante la Nochebuena de aquel diciembre de 1914 frío, claro y brillante. Utilizando el grito que los sargentos británicos empleaban para arengar a los soldados, “Todos juntos ahora”, el vocalista Peter Hooton escribió el estribillo de ‘All together now’. No hay que confundir esta canción con el tema de los Beatles ‘All together now’ extraído de la banda sonora de “Yellow submarine” (1969). Lo único que tienen en común estas dos canciones, además del mismo título, es que ambas bandas son oriundas de Liverpool. No obstante, Paul McCartney también inmortalizó este acontecimiento histórico en ‘Pipes of peace’ incluida en el álbum del mismo título de 1983.
Peter Hooton definió ‘All together now’ como una canción que trata sobre la “unidad” y la “humanidad” y fue uno de los singles del álbum debut de la banda, “Spartacus” (1991). El disco estaba dedicado a los padres de Andy McVann, miembro del grupo que murió durante una persecución en coche al escapar de la policía. ‘All together now’ es la canción más conocida de la banda inglesa y fue producida por Suggs, el líder de Madness. Los acordes que la canción emplea son los mismos que los del ‘Canon en Re Mayor’ de Johann Pachelbel. The Farm no fueron los primeros en utilizar esta pieza que se ha empleado infinidad de ocasiones en el mundo del rock y el pop: desde ‘Oh Lord! Why Lord?’ (1968), de los Pop Tops, hasta ‘Eyes of the world’ (1986) de Fleetwood Mac, por citar un par de ejemplos. Tampoco fueron los últimos: ‘Go west’ (1993) de los Pet Shop Boys, ‘Cryin’’(1993) de Aerosmith., ‘Basket case’ (1994), de Green Day, ‘Don’t look back in anger’ (1996), de Oasis o el más reciente ‘Step’ (2013), de Vampire Weekend, demuestran lo adaptable que resulta esta pieza de la música barroca.
Con el paso del tiempo, ‘All together now’ de The Farm se ha convertido en un himno futbolístico, pero no hay que olvidar su significado histórico ante el inminente centenario de la Primera Guerra Mundial que tendrá lugar el año que viene. Aunque es un eslogan publicitario muy manido, la tregua demostró que en Navidad todo puede suceder. Tal vez, se si hubiera alargado un poco más aquel alto improvisado, la Historia se habría ahorrado escribir uno de sus capítulos más duros.
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