“Me dolió mucho que le dijera al mundo que lo único que me gustaba era tirarme a distintos tíos. Él sabía que no era verdad, era algo que dijo cuando estaba enfadado”
El álbum superventas “Rumours” demostró que Fleetwood Mac estaba en uno de los momentos más creativos de su carrera. Con todos los corazones de los miembros despedazándose, no les resultaba difícil expresar cómo se sentían. ‘Go your own way’ fue uno de los despechados ejemplos de este culebrón musical.
Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.
El álbum homónimo “Fleetwood Mac”, (1975), el décimo dentro de su discografía, supuso un lavado de cara para el grupo. Aquellos Fleetwood Mac de mediados de los setenta nada tenían que ver con los Fleetwood Mac de Peter Green de los sesenta. El grupo había dado un giro de 180 grados al mutar de una banda británica de blues a una de pop orientado a un público adulto. La entrada de los estadounidenses Lindsey Buckingham, guitarra y vocalista, y Stevie Nicks, vocalista, influyó en esta transformación. Pero a pesar de la buena acogida de “Fleetwood Mac” de los nuevos Fleetwood Mac, ninguno de los músicos se encontraban en su mejor momento personal. De hecho, aquello más que un grupo de éxito parecía una olla a presión. Y por algún sitio tenía que estallar.
Para empezar, el batería Mick Fleetwood, había descubierto que su mujer y madre de sus dos hijos, Jenny Boyd, hermana de Pattie Boyd (primero esposa de George Harrison y después, de Eric Clapton), había tenido una aventura extramatrimonial. Por otro lado, el matrimonio formado por el bajista John McVie y la teclista Christine McVie también terminó en divorcio después de ocho años. Como consecuencia, se retiraron la palabra y solo hablaban entre ellos para comentar temas relacionados con la música. Por último, Buckingham y Nicks, que también eran pareja, no hacían otra cosa que tirarse los trastos a la cabeza cada vez que tenían ocasión hasta decidir que era mejor que cada uno siguiera por su lado. A pesar de este incómodo ambiente de trabajo, la banda reunió las fuerzas suficientes para enfrascarse en la grabación de un nuevo disco. Pero si los problemas internos no eran suficiente traba, la prensa también contribuyó aportando su granito de arena al publicar noticias falsas y chismes varios para adornar el culebrón musical. Lindsey Buckingham explicó que todo este caldo de cultivo sirvió a John McVie para encontrar un título para su undécimo álbum, acorde con la situación por la que estaban pasando: “John nos habló sobre una reciente lluvia de ideas que había tenido: ‘Con los rumores circulando sobre este nuevo material, ¿por qué no llamamos al disco ‘Rumours’?”.
“Rumours” salió al mercado en 1977, con un retraso más largo del esperado, pero rápidamente se convirtió en uno de los álbumes mejor vendidos. Las letras sinceras sobre desamor y el hecho de que los músicos airearan sin tapujos sus sentimientos en un momento de sus vidas tan turbulento fomentaron el éxito. De hecho, parece mentira que la banda fuera capaz de concluir un trabajo tan perfecto en un ambiente tan violento; ni siquiera el propio Buckingham se lo creía: “En retrospectiva, es un milagro que pudiéramos terminar ‘Rumours’. Después entendí que ‘Rumours’ probablemente tuvo éxito porque era una brillante terapia de grupo”.
También Stevie Nicks estuvo acertada al decir que “la devastación lleva a escribir cosas buenas”; sin embargo, ser la protagonista del primer single del álbum no le hizo mucha gracia. ‘Go your own way’, escrito por Lindsey Buckingham, era la carta de despedida que el guitarrista dedicaba a la cantante para regodearse de que ya había superado su ruptura y que no le importaba que ella hiciera lo que le viniera en gana. La letra era el resultado de una combinación de nostalgia y rencor y uno de aquellos versos cargado de resentimiento disgustó especialmente a Nicks: “Me dolió mucho que le dijera al mundo que lo único que me gustaba era tirarme a distintos tíos. Él sabía que no era verdad, era algo que dijo cuando estaba enfadado”. A pesar de lo mal que le sentaron aquellas palabras dirigidas a ella pero gritadas a todo el mundo desde un micrófono, Stevie Nicks se encargó de hacer los coros en la canción. Algo que no le resultó plato de buen gusto: “Cada vez que esas palabras salían al escenario quería matarle. Él lo sabía, así que me provocaba con ello. Era en plan: ‘Te haré sufrir por haberme dejado’. Y lo hizo”.
“Rumours” no solo fue el disco clave de Fleetwood Mac, sino que también fue una demostración de la profesionalidad de sus componentes. “Tuvimos que pasar por un elaborado ejercicio de negación y mantener nuestros sentimientos personales en una esquina de la habitación mientras intentábamos ser profesionales en la otra”, declaró Buckingham. A pesar de que la olla ya había estallado, a pesar de que la caja de Pandora ya había perdido su tapa y todos los males estaban fuera, el quinteto aguantó con esta formación una década y tres discos más, hasta la salida de Lindsey Buckingham en 1987. Después de “Rumours”, aunque Fleetwood Mac ya no estaban unidos en lo sentimental, sí lo estaban en lo musical.
–