La cara oculta de las canciones: ‘Ghost town’, la Inglaterra de Thatcher según los Specials

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«No solo fue el canto de cisne de los Specials; más que una canción fue una crónica de su época, una crítica social y una arenga para incitar al pueblo a responder ante los ninguneos de sus mandatarios»

 

El desempleo subía, las persianas de los comercios bajaban y las calles eran el escenario de una batalla campal. Esa era la Inglaterra gobernada bajo el puño de Margaret Thatcher y esa era la Inglaterra que los Specials describieron en ‘Ghost town’.

 

Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.

 

“Allí donde haya discordia, que traigamos la armonía / allí donde haya error, que traigamos la verdad; allí donde haya duda, que traigamos la fe / allí donde haya desesperación, que traigamos la esperanza”. El 4 de mayo de 1979, Margaret Thatcher parafraseó la “Oración de San Francisco” delante de las cámaras antes de entrar en el número 10 de Downing Street. Sin embargo, con la recesión por la que estaba pasando el país a principios de los años ochenta, la sociedad estaba sumida en la desesperación y no se presagiaba la esperanza que la Dama de Hierro había prometido.

En 1980, los Specials se encontraban de gira presentando su segundo álbum “More Specials”. La banda recorría Gran Bretaña y en cada parada podían comprobar los estragos que el liberalismo económico de Thatcher estaba causando al pueblo inglés. El teclista, Jerry Dammers, fue testigo de cómo afectó la desesperación al país: “Ibas de ciudad en ciudad y lo que estaba sucediendo era terrible. En Liverpool, todas las tiendas tenían las persianas bajadas, todo estaba cerrando. Lo veías si paseabas por ahí. Se podía ver la frustración y la ira en el público. En Glasgow había viejecitas vendiendo sus pertenencias familiares, sus tazas y sus platos en las calles. Era increíble. Estaba claro que algo iba muy, pero que muy mal”.

A la alta tasa de desempleo, los problemas económicos, la ausencia de servicios sociales y el aumento de la delincuencia había que sumarle otro conflicto más: los problemas raciales. El 11 de abril de 1981, el barrio multiétnico de Brixton, en Londres, se convirtió en el escenario de uno de los disturbios más salvajes vividos en la ciudad. El nombre que recibió aquel día, “Sábado sangriento”, es bastante signficativo. Gracias a la Operación Swamp 81, la policía tenía carta blanca para registrar a quienes ellos consideraran sospechosos y la tensión era tan grande entre el cuerpo policial y la comunidad negra que, cuando unos agentes atendieron a un joven negro que había sido apuñalado, una multitud consideró que la policía le estaba interrogando. Londres comenzó a arder. Edificios, vehículos, policías, civiles… Nada ni nadie se podía librar. El resultado fue una catástrofe con unos trescientos agentes y unos sesenta y cinco civiles heridos. Ochenta y dos personas fueron arrestadas. Los destrozos que vivió Brixton bajo las llamas y los saqueos fueron enormes. Sin embargo, Margaret Thatcher no consideró que el racismo o que el desempleo tuvieran algo que ver con el disturbio.

Pero los Specials no necesitaban ver la degradación en Londres, Liverpool o Glasgow, bastaba con que echaran un vistazo a la situación por la que se encontraba su Coventry natal. Coventry vivió en primera persona los efectos del Thatcherismo con uno de los más altos niveles de desempleo. La ciudad parecía una ciudad fantasma y para denunciar este paisaje apocalíptico, Jerry Dammers escribió ‘Ghost town’. La letra era totalmente certera con la situación de aquel momento, pero a día de hoy, parece atemporal: “Esta ciudad se está convirtiendo en una ciudad fantasma / ¿Por qué la juventud debe pelear contra sí misma? / El gobierno deja a los jóvenes sin empleo / Este lugar se está convirtiendo en una ciudad fantasma / No se encuentra trabajo en este país / No se puede seguir así / La gente se está enfadando”. Aunque la canción hacía referencia a Coventry, el club del que habla el tema es el Club Locarno, la letra podía extrapolarse a lo que estaba viviendo cualquier ciudad en el Reino Unido. Hoy por hoy, se puede aplicar a más de un lugar fuera de Inglaterra.

 

 

La canción transmitía con un coro fantasmagórico el ambiente de crisis y desesperanza. Para conseguir esta atmósfera tétrica, Dammers quiso que el grupo sonara de forma diferente a como lo había hecho en sus anteriores trabajos, cosa que no terminó de gustar a algunos de los otros músicos: “La sensación general que quería transmitir era de ruina inminente. Había acordes menores raros: a algunos miembros de la banda les molestaba la canción y preferían los acordes sencillos que solían tocar en el primer álbum. Es difícil de explicar lo poderoso que sonaba. Casi nos habían dado por perdidos y ‘Ghost town’ nos cayó del cielo”.

Si en la sociedad británica estaba viviendo un momento de tensión y dificultad, los Specials estaban pasando por algo parecido. La banda llevaba arrastrando rencillas desde el segundo álbum y, como recordó el bajista Horace Panter, la grabación de ‘Ghost town’ no fue del todo agradable: “Todo el mundo estaba de pie en diferentes partes de aquella habitación gigante con su equipamiento, nadie hablaba. Jerry salió hecho una furia un par de veces casi llorando y fui detrás de él: ‘Cálmate, cálmate’. Fue un infierno estar allí”. Una de las diferencias principales entre los miembros se debía al interés cada vez mayor de Dammers de llevar la batuta. Pero para el teclista, el problema se debía a los demás: “La gente no cooperaba. ‘Ghost town’ no fue una sesión de improvisación. Cada pequeño detalle estaba muy trabajado y compuesto, cada una de sus partes; había estado trabajando en ella por lo menos durante un año, probando cada acorde imaginable. Recuerdo largarme del ensayo totalmente desesperado porque Neville (Staple) no quería probar las ideas. Sabes que la sección de metales suena un poco a jazz, que tiene un acorde incorrecto, ¿no? Recuerdo ver a Lynval (Golding) correr hacia la sala de control mientras la estaban tocando: ‘¡No, no, no! ¡Suena mal! ¡Mal! ¡Mal!’”.

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La canción se publicó como single en el sello 2 Tone, el propio sello que Jerry Dammers había creado dos años antes para dar salida al revival de ska que acompañó al nacimiento del punk. La segunda cara del sencillo incluyó dos canciones, que no fueron denominadas como caras B, firmadas por otros dos de los músicos: ‘Why?’ fue escrita por el guitarrista Lynvan Golding y hablaba sobre el racismo, ya que él había sido víctima de ataques solo por el color de su piel, y ‘Friday night Saturday morning’, con la que el vocalista Terry Hall narraba con sentido del humor cómo es una noche de juerga. El epé salió al mercado en junio de 1981 y sirvió como banda sonora de la ola de disturbios que continuó asolando el Reino Unido.

Margaret Thatcher se mantuvo en su cargo de Primera Ministra hasta 1990, pero los Specials no aguantaron tanto. El grupo se escindió. Después de la publicación del sencillo “Ghost town”, Neville Staple, Lynval Golding y Terry Hall abandonaron la banda para formar Fun Boy Three. Jerry Dammers incorporó a los vocalistas Stan Campbell y Rhoda Dakar a la nueva formación que pasó a denominarse The Special AKA, uno de los primeros nombres que el grupo tenía en sus inicios. ‘Ghost town’ no solo fue el canto de cisne de los Specials; más que una canción fue una crónica de su época, una crítica social y una arenga para incitar al pueblo a responder ante los ninguneos de sus mandatarios. Algo que nunca viene mal recordar.

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