«Con este tema, la banda pretendía ironizar sobre la manipulación por parte de la industria discográfica empleando como título una expresión utilizada por su representante tras una reunión con Malcolm McLaren»
Aunque los Clash habían firmado con una de las compañías discográficas más potentes, no todo fue un camino de rosas. Las decisiones que CBS tomaba provocó que los Clash criticaran abiertamente al funcionamiento de la industria discográfica en ‘Complete control’.
Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.
Los fans más acérrimos se echaron las manos a la cabeza cuando el 27 de enero de 1977 los Clash firmaron un contrato con la compañía discográfica CBS. ¿Cómo era posible mantener unos ideales punk formando parte de una de las mayores industrias de la música? Mark P, en su fanzine “Sniffin’ Glue”, fue más exagerado al catalogar aquel momento como “el día en que murió el punk”, pero Joe Strummer vio aquello de diferente manera: “Mark P quería que continuáramos siendo un grupo casero, que prensáramos nuestros propios discos, cosa que hace la gente, pero nosotros queríamos salir de allí, llegar a Estados Unidos y ser globales. Alguien tenía que coger aquel toro por los cuernos y darle un meneo”. Pero quien de verdad manejaba el capote para acceder a uno de los gigantes discográficos era el representante del grupo, Bernie Rhodes. “No importaba con quien firmaras”, aseguró Mick Jones. “Confiábamos en Bernie y ese tipo de cosas se las dejábamos a él”. Aunque la cantidad parecía sustanciosa, según Strummer, aquel contrato resultó ser un arma de doble filo: “Firmamos por 100.000 libras, y en aquel momento nos pareció una fortuna, pero luego descubrí que lo que en principio era un acuerdo por cinco discos en realidad era un contrato por diez álbumes cuando mirabas la letra pequeña, como ocurre en todas las historias sensibleras”.
Ahora que ya estaban dentro, la compañía podía tomar decisiones a su antojo. La primera dificultó el interés de expansión global de Strummer al no lanzar el álbum debut de la banda, editado en 1977 bajo el título “The Clash”, en Estados Unidos. Según Jones, la compañía no estaba segura de que fuera a funcionar: “CBS no publicó el primer disco en Estados Unidos porque en aquel momento no consideró que fuese adecuado para el consumo humano. En comparación con el resto de la música, no estaba muy pulida ni era demasiado profesional, así que no lo veían claro”.
La segunda decisión estuvo relacionada con el lanzamiento del segundo single de la banda. ‘White riot’ fue publicado como el primer sencillo y aunque el grupo consideraba que ‘Janie Jones’ cumplía todos los requisitos para ser el segundo, CBS no estaba de acuerdo, por lo que optó por tomar esa decisión a sus espaldas y publicó ‘Remote control’ como siguiente sencillo sin consultarlo con los músicos. Mick Jones compuso esta canción sobre la opresión después de la desastrosa gira junto a los Sex Pistols, llamada «Anarchy tour», en la que o bien las autoridades locales o bien los organizadores cancelaron la mayoría de los conciertos. Aunque el tema apenas duraba unos tres minutos, los miembros del grupo la consideraron como una “mini-ópera”. A pesar de contener todos los tópicos del punk, como la crítica al estado de gobierno imperante, el vocalista no creía que ese tema fuera el mejor para convertirse en el segundo single de la banda: “Columbia consideraba que ‘Remote control’ era la canción más apropiada para la radio, así que la editaron. A nosotros nos parecía una de las peores, pero prensaron el single mientras estábamos de gira, así que no pudimos hacer nada al respecto”.
El hecho de que la discográfica hiciera con sus canciones lo que le viniera en gana molestó a los músicos, que se sentían como marionetas bailando bajo los hilos de CBS. Paul Simonon manifestó su descontento pero aclaró que aquello no quedaría ahí: “Nos cabreó mucho que la compañía discográfica editara ‘Remote control’, porque, en nuestra opinión, gozábamos de libertad artística. Tuvimos que dejarles claro que sabíamos lo que hacíamos”.
El tercer single que los Clash publicaron fue ‘Complete control’ (“Control absoluto”) y sus primeros versos no se andaban con chiquitas: “They said, release ‘Remote control’, but we didn’t want it on the label” (“Nos dijeron publicad ‘Remote control’, pero nosotros no la queríamos en el sello”). Con este tema, la banda pretendía ironizar sobre la manipulación por parte de la industria discográfica empleando como título una expresión utilizada por su representante tras una reunión con Malcolm McLaren, el mánager de los Sex Pistols. Así reaccionó Joe Strummer cuando escuchó esa expresión por primera vez: “Bernie y Malcolm se habían unido y decidieron que querían controlar a sus grupos. Bernie convocó una reunión en el pub The Ship en el Soho después del «Anarchy tour» y empezó diciendo que quería un control absoluto, pero Paul y yo nos echamos a reír. A Paul le dio un ataque al oír aquella frase. Cuando quisimos darnos cuenta, Mick había compuesto la canción y era perfecta”. Con frases tan explícitas como “They said we’d be artistically free when we signed that bit of paper” (“Nos dijeron que seríamos libres artísticamente cuando firmamos aquel trozo de papel”) resulta curioso que la propia multinacional pasara por el aro al editar este tema».
‘Complete control’ tuvo un productor especial. El jamaicano Lee “Scratch” Perry se encontraba en Londres y los músicos le invitaron al estudio. No hacía mucho, los Clash habían grabado una versión de un tema escrito y producido por él, ‘Police and thieves’, por lo que contar con uno de sus héroes era un honor. Sin embargo, Paul Simonon no pudo disfrutar de su presencia tanto como le hubiera gustado: “Para mí fue muy emotivo conocer a Lee Perry. Era como conocer a mi ídolo de toda la vida. Lamentablemente, yo estaba muy constipado y lo único que pude hacer fue tocar la canción y salir del estudio, así que me lo perdí todo. Pero debo decir que, al escuchar la canción, no reconozco las aportaciones de Lee Perry. Quizá se remezcló cuando él se marchó, no lo sé”.
Mick Jones resolvió el interrogante planteado por el bajista: “Volvimos y lo retocamos un poco. Lo que hizo Lee estaba bien, pero sonaba como si lo hubiese grabado bajo el agua, ese sonido suyo con reverberación. Dimos mayor relevancia a las guitarras, lo hicimos un poco más duro, pero aun así es su sonido”.
Aparte de la colaboración de Lee Perry, este tema fue el primero que los Clash grabaron con el batería Topper Headon. El anterior batería, Terry Chimes, abandonó el grupo, según Simonon, por tener intereses diferentes al resto de miembros: “(Terry) Estaba allí y tocaba la batería, pero teníamos muchas discrepancias sobre nuestra vida y sobre lo que nos afectaba. Le preguntamos a Terry qué quería hacer si ganaba algo de dinero, y él respondió: ‘Comprarme un Lamborghini’. ‘No sé qué es eso de un Lamborghini’, le dije. Pensaba que se trataba de un periquito o algo así”. No obstante, Headon también tuvo algunas diferencias al antes de enrolarse en el grupo: “Cuando me uní a los Clash, Mick, Joe, y Paul odiaban el funk, el jazz y cualquier cosa que no fuera el punk. Me presenté a la prueba con otros cinco baterías y estos coincidían con todo lo que decían Mick, Joe y Paul. Cuando me preguntaron cuáles eran mis baterías preferidos, respondí que Buddy Rich y Billy Cobham. Ofrecí todas las respuestas erróneas”.
Con Topper en sus filas, ‘Complete control’ fue el primer tema grabado por la formación clásica de los Clash. La canción se incluyó en la versión norteamericana de “The Clash”. Gracias a la cantidad de discos importados que cruzan el Atlántico y al boca a boca, CBS decidió editar el álbum en Estados Unidos en 1979, dos años después, bajo en el sello Epic. Sin embargo, la versión americana fue diferente de la original ya que se eliminaron cuatro canciones y fueron sustituidas por varios de los singles editados hasta ese momento.
La discográfica se equivocó y resultó que el público estadounidense sí estaba interesado en aquellos punk ingleses. Por su parte, los Clash, combativos como siempre, seguirían desafiando a su compañía editando un disco doble, “London calling” (1979), a precio de disco sencillo, y repetirían la jugada con el triple “Sandinista!” (1980). Esta fue su forma de demostrar que la banda no se había vendido a una multinacional. Y al mismo tiempo, una manera muy rápida y efectiva de solventar la letra pequeña de su contrato.
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