«Mi consejo es tirarse a la piscina siempre. Que solo tenemos esta vida y hay que vivirla. Saltar por el precipicio con los ojos cerrados»
Acaba de ver la luz el sexto trabajo de La Bien Querida, Brujería, en el que todo el cancionero orbita alrededor del amor. Antes de que inicie la gira para presentarlo en directo, David Pérez Marín charla con Ana Fernández.
Texto: DAVID PÉREZ MARÍN.
Fotos: ALFREDO ARIAS.
“Love and only love will endure…”. Si lo sigue cantando Neil Young, habrá que hacerle caso. El amor es el epicentro de la obra de Ana Fernández, La Bien Querida, y palpita muy fuerte en Brujería, su sexto y flamante álbum de estudio. Aquí nos desvela algunos de sus hechizos mágicos y aprovechamos para que nos dé consejos amorosos.
Al final, queramos o no, y por suerte, ¿el amor manda?
Para mí es muy importante, es el motor de mi vida, pero cada uno o una tiene sus prioridades. Por ejemplo y sobre todo, las mujeres conectan con mis canciones porque yo también soy mujer y vivimos el amor de una forma un poco diferente que los hombres en general, y esto es así, lo tengo comprobadísimo.
¿Cómo has encarado la composición de Brujería? ¿En qué se diferencia más el resultado final de este nuevo disco con Fuego (2017) y los trabajos anteriores?
He intentado hacer un disco conceptual que gira en torno a la brujería que parece que sentimos cuando nos enamoramos. Todo esto lo he tejido con unos hechizos que he creado para cada canción que aparecen en el formato físico del disco, cedé y vinilo. Fuego era quizá más un disco de canciones y en Brujería siento que todas las canciones están encadenadas unas con otras. También he contado con la producción de [Carlos] René, que me ha hecho el diseño sonoro del disco, que quería que destilara mucho misterio y magia.
Esa claridad y verdad sin aditivos que suele palpitar en tus canciones se desborda más que nunca en Brujería. ¿Es tu disco más “a corazón abierto”?
En otros discos igual tenía alguna canción más hermética, pero en este son bastante claras, casi pornográficas, como “Te quiero”. No sé si es mi disco más a corazón abierto, necesitaré perspectiva para contestarte.
¿Has sentido alguna vez que te desnudabas demasiado en una canción?
No, porque al fin y al cabo nadie sabe lo que es real y lo que me he inventado. Soy la dueña de mis canciones, pero una vez hechas las lanzo al mundo para quien las quiera y le sirvan.
¿Cuál dirías que es, hasta el momento, tu letra más transparentemente sentimental?
Todavía no la he hecho. Quizá para el próximo disco.
Tu nuevo trabajo comienza con un “Hechizo protector” como intro. El amor es imprevisible y no está de más una ayuda extra, ¿no? ¿Podrías explicarnos las claves de este conjuro inicial?
Escuché la banda sonora que hicieron Broadcast para la peli Beberian sound studio y me dio la idea mi amigo Enrique Lavigne, el productor de cine. El “Hechizo protector” es una máxima que me he inventado, pero que encaja muy bien con el concepto del disco. La escribí pensando en un amuleto protector contra las penas de amor.
En relación al tema que abre el álbum, ¿qué consejo darías a esas personas que no terminan de dar el salto al vacío y vencer así los miedos que no dejan que “La verdad” fluya y les electrifique del todo?
Mi consejo es tirarse a la piscina siempre. Que solo tenemos esta vida y hay que vivirla. Saltar por el precipicio con los ojos cerrados.
¿Cómo fue la creación de esta estructura conceptual y cíclica que pasa por las diferentes etapas del amor y el desamor?
Tengo la sensación de que en todos mis discos hablo de lo mismo y se encadenan unas canciones con otras, pero quizá en este está todo más claro. Supongo que es un problema que tengo y debo de solucionar dentro de mí. Me pareció interesante ordenar las canciones de esta forma para que contaran una historia.
¿Crees que la recaída en un nuevo hechizo amoroso es el único veneno y antídoto posible para «curar» las heridas del desamor?
Que «un clavo saca a otro clavo» es la verdad más verdadera que conozco.
¿Cuáles son tus cinco canciones favoritas sobre el desamor?
Cinco canciones de los Cure.
¿Y tus cinco de amor preferidas?
Cinco canciones de Cigarretes After Sex.
Parece que la conexión con Axolotes Mexicanos y Carolina Durante ha sido total. ¿Cómo fue trabajar con estos músicos?
Muy bien, muy majos todos. Además ya les conocía, ya que la mayoría son de Axolotes y compartimos sello discográfico y batallas. A Diego también le conozco hace bastante. Le envié la canción para ver si le gustaba y me dijo que le molaba mogollón, que le parecía un hitazo y que encantado. Diego lo hizo super rápido y super bien. Yo tuve que inventarme una armonía para mi voz, porque si no su voz es tan potente que me tapaba.
Sí que es un hitazo. Y aparte de Diego en “¿Qué?”, la voz de David Rodríguez te acompaña en la emotiva y sincera “Déjame entrar” y J en la nostálgica “Domingo Escarlata”. ¿Por qué Diego, David y J en cada uno de esos temas?
A David le gustaba mucho esa canción porque le recordaba a “Calm After de Storm”, una canción de eurovisión que cantaron los The Common Linnets hace unos años y quería cantarla. A J me cuadraba todo en “Domingo Escarlata”, que es como una balada clásica de los 90. Y a Diego lo vi claro en “¿Qué?”, por la temática, la frescura y el fraseo.
«A mí me dieron ganas de hacer música cuando escuché música indie y me pareció que no podía ser muy difícil»
¿Qué bandas/discos has tenido de cabecera durante el proceso compositivo de Brujería?
Sobre todo Cigarrettes After Sex, que los he desgastado
¿Qué nuevos grupos te han sorprendido más últimamente?
Carolina Durante y Confeti de Odio.
He leído que Brujería tiene su germen en los Ángeles fósiles de Allan Moore, que dice lo siguiente: «El arte es magia y la magia es arte».
Escribir es un acto mágico de invocación y transformación, de alquimia en acción. A raíz de eso pensé que cualquier manifestación artística es un microhechizo que lanzas al universo, así que las canciones realmente son hechizos… De ahí vino todo.
Hablando de arte y magia, otra cosa que destaca y mucho en Brujería es el cuidadísimo diseño del mismo. Cuéntanos un poco el trabajo realizado por Mario Rivière y por qué lo elegiste a él.
Me gustaban mucho las portadas de la editorial La Felguera y vi que las hacía un tal Mario Rivière. Le escribí por Instagram y quedé con él en mi casa para contarle toda mi idea del disco, el altar, los hechizos… Le gustó mucho y se nota en el trabajo tan maravilloso que ha hecho en el formato físico, con un montón de dibujos preciosos.
Ese gusto por el esoterismo y los poderes extraños, que salpica también tus trabajos anteriores, te viene de lejos, ¿verdad? En gran parte por tu padre.
Sí, mi padre era un flipado del esoterismo… fue mago, le dio por la telequinesia, la imposición de manos, la ouija, los ovnis… Vamos, que tocó todos los palos. Yo lo vivía con mucha naturalidad.
¿Qué música escuchaban tus padres? ¿Y qué discos te influyeron y empujaron a querer hacer música?
A mi madre le gustaban Mecano y Miguel Bosé, y mi padre escuchaba música brasileña. A mí me dieron ganas de hacer música cuando escuché música indie y me pareció que no podía ser muy difícil.
Una década ya de tu debut Romancero (2009). ¿Cómo viviste la gran acogida que tuvo?
Lo viví como un sueño, estaba alucinada, y así hasta ahora.
Te he visto en varios conciertos, y recuerdo con especial cariño uno de 2014 en la sala Siroco de Madrid, en el que tocaste Romancero integro en acústico. La sala estaba a reventar cantando cada letra, tan metidos en el concierto que, tras el «y dijiste que sí, que tú te venías conmigo», que fue coreado por todos al unísono de “9.6”, tararearon hasta la base electrónica que faltaba en directo. ¿Qué se siente cuando calan tanto tus canciones y el público te transmite tanto amor?
El público de Madrid es el mejor de España, lo digo siempre. Me dan ganas de llorar, de verdad. Mucha emoción. Un regalazo para mi corazón.
Y ese amor se extiende al presente: has colgado el cartel de “no hay entradas” en el concierto de presentación de Brujería en la Joy Eslava (16 de noviembre), semanas antes de que salga el disco y con más de dos meses de antelación al show. ¿Qué se te pasa por la cabeza?
Es muy emocionante. Voy a llorar seguro. Tocaremos también el 4 de diciembre en la sala But.
¿Qué nos puedes adelantar de ese primer concierto tan especial? Algún invitado habrá, ¿verdad?
Sí, pero es sorpresa.