DISCOS
«El gran trabajo de madurez de Santi Campos»
Santi Campos & Herederos
La alegría
ROCK INDIANA
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
La alegría es el gran trabajo de madurez de Santi Campos. Sin rodeos. Un temerario –en estos tiempos– doble álbum que supone una monumental reflexión en torno al pasado que todos arrastramos, al amor, a la deriva de nuestra sociedad y nuestras grandes ciudades (no dejen de escuchar “Barcelona”), al rol del músico en la sociedad, al paso del tiempo y a la muerte. Podría haber sido un tostón autoindulgente, pero el segoviano, creador de trabajos que son historia viva de nuestra música pop al frente de Malconsejo o acompañado de Los Amigos Imaginarios, se ha superado a sí mismo –junto a Javi Extremera, Joel García, David Martínez y Álex Vivero– componiendo algunas de las mejores canciones de su carrera (“Cartas”, “Ruido de fondo”, “Los torpes”, “Tatuaje”, “Pasajeros”, “Casa de arena y niebla”, “La alegría”), alejándose del trazo individualista y los devaneos electrónicos de Cojones (2016) y vistiendo sus composiciones con unas hechuras recias –el piano adquiere mayor protagonismo que nunca– que le emparentan con Nick Cave o alguno de nuestros epígonos, como el mejor Julio De La Rosa.
Se nota que es un disco amargo pero no cenizo, de esos que se gestan tras hacer tabula rasa y emprender nueva etapa con fe renovada, dientes apretados y expidiendo verdades como puños. Veinte canciones (diez en cada volumen; son cuatro bloques temáticos, aunque cada una puede funcionar individualmente) de gozosa resituación creativa, que alimentan el apetito por ver cómo se desenvuelven sobre un escenario, a ser posible (por pedir, que no quede) en un recogido teatro.
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Anterior crítica de discos: 15 canciones de amor, barro y motocicletas, de Miqui Puig & ACP.