El pasado viernes, Kings of Leon tuvieron que suspender el concierto que ofrecían en Dallas por el estado de embriaguez del cantante, Caleb Followill.
“Lo siento … ¿Sabéis qué? Voy a beber cerveza y voy a beber un poco de tequila y voy a pasar un buen rato, y, para que conste, no estoy borracho, tengo un jodido calor”, dijo Caleb dirigiéndose al público. “Estoy a punto de caerme porque tengo un gran puto calor. No tengo idea de qué coño está pasando”.
Y añadió que iba a los camerinos “a vomitar, voy a tomar una cerveza y regreso para tocar otras tres canciones”. Pero ya no volvió.
Su hermano Jared tuvo que pedir disculpas: “Lo sentimos mucho, no, no hay palabras en este momento, sinceramente está fuera de nuestro control. Caleb no está en condiciones de tocar el resto del concierto. Lo sentimos chicos, os queremos a todos mucho. Sé que nos odiáis jodidamente, no puedo disculparme lo suficiente. En realidad no es culpa nuestra. No puede tocar el resto del concierto. Regresaremos lo antes posible. Odiad jodidamente a Caleb, no a nosotros”.