Keith Richards es uno de los músicos que han participado en la confección de la lista de los “101 álbumes que la gente debería escuchar antes de morir” que aparece en el último número de “NME”. El álbum elegido por el guitarrista de los Rolling Stones es “Blonde on Blonde”, de Bob Dylan, que es según él una obra maestra, “aunque sea un poco doloroso admitirlo”.
Dylan demostró que “no había que restringir el rock and roll a esa fórmula verso-estribillo-verso”, dice Richards. Y añade: “En esos días todos nos presionábamos los unos a los otros. Bob es un cabroncete desagradable. Lo recuerdo diciéndome, ‘Yo podría haber escrito ‘Satisfaction’, Keith, pero tú no podrías haber escrito ‘Desolation Row’’. Yo le dije, ‘Bien, ¡ahí tienes razón, Bob!’”.