El guitarrista de blues Johnny Winter ha logrado alejarse de las drogas y el alcohol, en una lucha que ha durado años. Actualmente, a sus 68 años, se encuentra en condiciones de continuar su carrera musical, que sus adicciones estuvieron a punto de arruinar. “La heroína es lo más duro por lo que he pasado. Valió la pena pasar por ello y acabar limpio”, dice Winter en una entrevista. “No tomo ningún medicamento y no bebo. Ya no fumo cigarrillos y no hago nada malo. Nunca pensé que esto sería posible. Nunca pensé que vería el día en que no tendría ningún vicio”.
Winter culpa en parte a su exmanager por haber contribuido a su caída en las drogas y mantenerlo alejado de las personas importantes en su vida, como su hermano, el también músico Edgar Winter. El manager “murió justo después de que lo despidiera. Él no podría haber hecho otra cosa porque era un horrible alcohólico. No había ninguna razón para que siguiera vivo”.
“No quiero retirarme de algo que me gusta hacer. Si estuviera mal de salud y no pudiese tocar más, entonces pararía, pero eso es lo único que podría hacer que parase”, añade.
Cuando hace seis años contrató a su nuevo manager, Paul Nelson, este se impuso como prioridad alejar a Winter de las drogas. El primer fruto de esta nueva etapa fue el disco de 2011 “Roots”, en el que Johnny Winter recreaba clásicos de blues en compañía de John Popper, de Blues Traveler, Sonny Landreth, Warren Haynes, Vince Gill y Susan Tedeschi. Winter prepara un segundo “Roots”, en el que espera contar con Mark Knopfler, Billy Gibbons, Eric Clapton y Gregg Allman.
