Joaquín Sabina acaba de estrena “Un último vals”, nueva canción con un videoclip dirigido por Fernando León de Aranoa. Una pieza con tono de despedida que cuenta en el vídeo, rodado en un bar, con la presencia de amigos y familiares como, entre otros, Joan Manuel Serrat, Leiva, Ricardo Darín, Ariel Rot, Alejo Stivel, Andrés Calamaro, Antonio García de Diego, Jaime Asúa, Mara Barros, Josemi Sagaste, Pedro Barceló, Laura Gómez Palma, Borja Montenegro, Jorge Drexler, Benjamín Prado, Luis García Montero, su mánager (Berry Navarro), su secretaria (Lena Demartini) e incluso sus hijas (Carmela y Rocío) y su mujer, Jimena Coronado. Al final, en la barra, se deja ver alguien que recuerda enormemente a Javier Krahe.
Con música de Leiva, la letra, escrita por Sabina y Benjamín Prado, sigue con ese aire confesional y crepuscular de las últimas canciones de Sabina:
Cuando no salga mi jeta en los diarios
ni los novios bailen ya “Noches de Boda”,
cuando solo esté de moda
si me caigo otra vez del escenario.
Cuando el otoño esté más loco que una cabra,
cuando cenes en el bar del hospital,
cuando ensayen los colegas las palabras
que dirán el día de mi funeral.
Cuando no sepa la orquesta la canción que te escribí,
cuando las casas de apuestas no den un euro por mí,
cuando cierren las cantinas y el laurel de mi corona sea de espinas…
Aún voy a guardar un último vals para ti.
Tú que corriste a rescatarme de las llamas,
tú que pusiste paz en mi ciudad sin ley,
tú que aprendiste en mis electrocardiogramas
que hace tiempo que no sigo siendo el rey.
Yo, que soy cinturón negro en pesimismo,
que me fundo en cuatro copas el jornal,
que prefiero ser cualquiera a ser yo mismo,
que prefiero ser Don Nadie a ser Don Juan.
Cuando la luna se esconda para no verme sufrir,
cuando en mis noches de ronda ni Leiva me pida un bis
y guarde luto la nieve, y no salgan las estrellas cuando deben.
Cuando ciertas mañanitas no me pueda ni vestir,
deshojando margaritas que nunca dicen que sí,
cuando agonicen las flores y los pájaros padezcan mal de amores…
No olvides guardar un último vals para mí.
Cuando enmudezcan por decreto los cantantes
y los amantes hagan huelga general
y los mejores estudiantes se doctoren con honores en el arte de ignorar.
Cuando no sepa la orquesta la canción que te escribí,
cuando las casas de apuestas no den un euro por mí,
cuando cierren las cantinas y se baile reguetón en la oficina…
Aún voy a guardar un último vals para ti.
No olvides guardar un último vals para mí.