“La vida es un camino, y avanzas hasta donde puedes, o vas hacia atrás y cada vez está más lejos. Pero tampoco me suicido en cada decepción”
Sin efemérides redondas, pero con un disco crucial, Joan Manuel Serrat se echa a la carretera para recuperar en directo su célebre “Mediterráneo”. Así será su gira. Por Marta Sanz.
Texto: MARTA SANZ.
“Da capo” es un término musical italiano utilizado en los estudios de grabación. Cuando se quiere repetir alguna pista esta es la señal para volver al principio. Joan Manuel Serrat la conoce bien, porque en 1971 grabó allí uno de sus discos más representativos, en los Fonit-Cetra de Milán. Y ahora, casi medio siglo después, regresa a esas diez canciones que marcaron su camino, con una gira ambiciosa en geografía y calendario: “Mediterráneo Da Capo”.
Una nube de fotógrafos ha recibido al cantante en una pétrea sala del Círculo de Bellas Artes de Madrid, y a sus bulliciosas exigencias ha resistido quebrando cintura para sonreír a cámaras y móviles por igual. Un taburete y una mesita le esperaban en el escenario para dar la gran noticia: su mejor disco, o como poco el más popular, “Mediterráneo”, será el eje de su próxima gira. Lo rescata con honores cuando se cumplen 47 años de su publicación, una cifra, como él ha reconocido entre risas, muy redonda. Cuenta que se echa a la carretera — “o en este caso a los mares” — con una ilusión renovada y un equipo magnífico. “Es bastante natural que yo esté ilusionado porque tengo 74 años”, reconoce, “y cada vez el plazo se va a acortando. Lo que hace cincuenta años parecía infinito, la vida se ha encargado de demostrarme que es sumamente finito y muy delicado. Por tanto el hecho de que pueda volver a salir en esta gira, con los medios que lo voy a hacer y con la alegría y el soporte de la gente me ilusiona muchísimo”.
Hasta aquí la brevísima presentación, porque el sonido falla, y a Serrat le molesta el eco y la distancia, así que baja a mezclarse con los periodistas recorriendo la sala para contestar cada una de las cuestiones que le propongan. La primera persona en romper el hielo, que llega de México, le pregunta si ha superado ya la resaca del “tema catalán”. Serrat contesta que “no hay resaca porque sigue la fiesta”, aunque su concisa respuesta no será suficiente para muchos medios que seguirán hablando de política durante toda su comparecencia, dejando el tema que nos ocupa como marco anecdótico para preguntar lo de siempre. Pero si hay un disco que se merezca focos a pesar de la actualidad ese es el “Mediterráneo” de Serrat, así que obviemos titulares uniformes y vayamos a lo importante. Esta ronda de conciertos comenzará el próximo 22 de abril en Almería, y terminará en marzo del próximo año en Latinoamérica. Cada espectáculo tendrá como hoja de ruta las diez canciones de ese álbum, del resto no ha querido desvelar nada, salvo que no son todas conocidas, y habrá alguna sorprendente.
Es un proyecto ambicioso, y muy exigente, por lo que varios periodistas le preguntan cómo afronta este reto. “Si no creyera que lo puedo hacer, no lo haría”, asegura. Y a diferencia de los últimos años, en los que sus grandes viajes los realizaba escoltado por compañeros como Joaquín Sabina o la maravillosa corte de “El gusto es nuestro”, esta vez estará solo al micro. Quizá por ello los recitales allende los mares los hará espaciados, en dos o tres bloques, para no perder de vista a sus nietos, que viven repartidos entre Madrid y Barcelona, ni al resto de su familia. “Me gusta que mi mujer me reconozca cuando regreso”, bromea.
Cuando grabó “Mediteráneo”, Serrat no había cumplido aún 30 años. A pesar de su juventud, el disco es de por sí un mar de melancolía y repaso. Cuando se vuelve a él tantos años después, es imposible evitar la nostalgia, aunque él la afronta con franca alegría: “Si echo la vista atrás lo que encuentro es cariño por parte de la gente”. Si mira al presente, un abanico de generaciones que le brindan inmensa admiración. “Me gusta cuando la gente joven se acerca y me dice que he sido la música de la vida de sus padres, y también de la suya porque se la han hecho escuchar toda”, ríe.
A pesar de que sus letras, sus temas han sido himnos no intencionados por parte del músico catalán. “Yo no hago canciones para dar mensajes, sino para hacer compañía”, asegura. Y a pocas semanas de partir de visita, a Serrat no le preocupa que la música haya cambiado en estos cincuenta años, “tanto como ha cambiado el mundo”. Aunque brillen inmensamente sus éxitos, Serrat no teme los rincones oscuros. La vida, con todas sus orillas, le ha enseñado a convivir con tropiezos y desencantos. “Hace tiempo que comprobé que lo que soñamos está más allá de donde llegamos. La vida es un camino, y avanzas hasta donde puedes, o vas hacia atrás y cada vez está más lejos. Pero tampoco me suicido en cada decepción, ni prescindo de ellas como si no existieran. Es un aprendizaje en el camino. Lo importante es poder levantarte, que las piernas vuelvan a funcionar como antes. Volver a tener la capacidad de emocionarte, de caminar, de hacer. Pero las decepciones siempre están, de un tipo o de otro. Junto con las ilusiones, siempre van de la mano”, reflexiona.
Fechas de la gira:
22 de abril, Roquetas de Mar (Teatro Auditorio)
6 de mayo, Donostia (Kursaal)
12 de mayo, París (Olympia)
18 de mayo, Burgos (Fórum Evolución)
19 de mayo, Logroño (Rioja Fórum)
9 de junio, Pamplona (Baluarte).
17 de junio, Sevilla (Fibes)
21 de junio, Zaragoza (Sala Mozart)
26 y 27 de junio, Madrid (Botánico)
8 de julio, Murcia (Auditorio V. Villegas)
14 de julio, Huelva (Foro Iberoamericano)
20 de julio, A Coruña (Palacio de la Ópera)
8 de agosto, Marbella (Starlite)
10 de agosto, Jerez de la Frontera (Tío Pepe Festival)
15 de septiembre, Valladolid (Auditorio M. Delives)
16 de septiembre, Bilbao (Palacio Euskalduna)
22 de septiembre, Mérida (Teatro Romano)
25 y 26 de septiembre, Valencia (Palau de les Arts)
30 de septiembre, Granada (Palacio de Congresos)
18 y 19 de diciembre, Barcelona (Auditori Fórum)
Octubre a diciembre: Argentina, Chile y Uruguay
Enero a marzo de 2019: resto de países de Latinoamérica