James Taylor ha presentado una demanda, en Los Ángeles, contra Warner Bros Records por el uso indebido de sus canciones. Entre 1969 y 1979, Taylor estuvo en contrato con Warner y, según él, Warner ha hecho un uso indebido de sus canciones en recopilatorios y no le ha pagado por las ventas internacionales. Warner habría tratado las ventas digitales como físicas, al tiempo que licenciaba a Amazon e iTunes canciones en descarga.
Taylor dice que las discográficas firman un acuerdo de licencia con las tiendas online por el que las canciones están a la venta por tiempo indefinido y no tienen que estar presionando continuamente para su distribución y comercialización, como ocurre con los CDs. La mayoría de los contratos de grabación dan al músico el 10%, que llega al 60% en el caso de una licencia digital. Por lo que reclama la diferencia del 50% en las canciones que han sido vendidas en descarga y computadas como venta en soporte físico. Por su parte, Warner niega los hechos y asegura que Taylor no puede reclamarle un porcentaje tan alto.
