“Dos horas y media de asuntos comprometidos, de esos que entran como cuchillo caliente en mantequilla. De cuidadísimas letras que tienen la capacidad de transmitir cierta esperanza por seguir vivos entre tanta injusticia global”
Las más de cuatro décadas de música atesorada por el estadounidense se detuvieron en el marco del Festival de Jazz de San Javier, girando con su último disco, “Standing in the Breach”. A la cita acudió Miguel Tébar A.
Jackson Browne
Festival de Jazz de San Javier
6 de julio de 2015
Parque Almansa, San Javier (Murcia)
Texto y foto: MIGUEL TÉBAR A.
Comenzar a escribir por vez primera de un nombre mayúsculo en la historia de la canción de autor como Jackson Browne es complicado. Personalmente ya le había visto anteriormente en tres ocasiones: la primera formando parte de un genial elenco que ayudó a recuperarse del hurto al místico Leonard Cohen (fue en 2006 en Lorca); la segunda actuando en el auditorio de la Región de Murcia (durante su gira de 2009, en la cual presentaba ‘Time the conqueror’, su anterior disco de estudio) y la última, casualmente cuatro meses después, mientras ambos como espectadores asistíamos a la visita granadina del mismísimo Cohen. “Voy a felicitar al maestro por este espléndido concierto”, se me excusó cuando lo abordé. “El amigo americano” iba acompañado por Kiko Veneno, quien por entonces lo presentaba de esta manera.
Tras romper el hielo, ya solo queda cómo transmitir volver a disfrutar en directo del par de docenas de canciones que el alemán de nacimiento suele ir cambiando según la ciudad, y que sin excepción suenan a clásicas. Un tercio de ellas las canta sentado al piano de cola “mignon” y el resto en pie con prácticamente una guitarra diferente durante cada tema. Él comanda una eficaz banda de cinco músicos y una prescindible corista. Al jefe lo apoya vocalmente en todo momento el organista Jeff Young y es escoltado por el asombroso elenco de guitarras eléctricas y pedal & lap steel en manos de Shane Fontayne y Greg Leisz respectivamente.
En el marco del XVIII Jazz San Javier, Jackson Browne comenzó la penúltima parada de su gira mundial reconociendo que marcaría un record en la duración de sus discursos previos a los temas más comprometidos, y lo cumplió. Olvidando la promesa que así mismo se hizo una década atrás de aprender español, tan solo aparcó el inglés al final del concierto para presentar ‘Take it easy’: “Esta canción que fue escrita por yo y Glenn Frey de los Eagles” y despedirse con un educado “Gracias por venir”. El himno que recuperó, un año después de aquel exitoso debut de la superbanda angelina, para su segundo disco “For everyman” (Asylum, 1973), el álbum más atendido del repertorio que eligió en el presente concierto tras “Standing in the breach” (Inside, 2014), su decimocuarto trabajo en estudio, de marcado tinte político y con grandes temas en sus interior.
Dos horas y media de asuntos comprometidos, de esos que entran como cuchillo caliente en mantequilla. De cuidadísimas letras que tienen la capacidad de transmitir cierta esperanza por seguir vivos entre tanta injusticia global. De historias que intentan poner justicia medioambiental. De melodías ansiadas para cualquier compositor de pop-rock. De lo mejor que la música estadounidense nos ha legado. De, por supuesto, certeras canciones de amor.
Cuando el público se comenzaba a animar, levantándose se las butacas y atreviéndose a pedir sus favoritas, el Sr. Browne decidió que ya no había aguante para más, ni siquiera para su clásica despedida con el popurrí ‘The load-out / Stay’. Eso sí, tiempo más que suficiente para dejar la conciencia agitada, la memoria ejercitada y el buen sabor de oídos que deja un repertorio tan bien ejecutado como el suyo. Elevándose así un poco más el listón del festival titular, en el que tanta querencia hay por programar artistas cercanos a la música country. Y aunque no llenara el auditorio (en lunes) ni tenga nada que ver con el jazz, buena parte de la audiencia lo agradecemos.