Como estaba previsto, Iván Ferreiro la lió anoche en Valencia, en el concierto con el que daban comienzo los tres shows programados por el XV aniversario de EFE EME. Y no es que la liara por asuntos extramusicales, no, es que la lió porque su capacidad para meterse al público en el bolsillo y llevarlo al punto exacto que él quiere y transformar aquello en una gran fiesta musical, es algo digno de verse. De disfrutarse. No solo sale armado con un arsenal de canciones que están entre las más sembradas y personales que ha dejado el rock español en la última década, es que sabe cómo manejar los tempos y dominar el escenario.
Arrancar con un emblema como ‘Turnedo’ para poner desde el minuto uno al público en ebullición podría ser una jugada arriesgada, pero a Ferreiro y a su completísima banda –imprescindible Amaro Ferreiro en la guitarra, con el histórico Pablo Novoa (Golpes Bajos) en los teclados, el perfecto Ricky Falkner al bajo (productor del nuevo disco) y los certeros Emilio Saiz en guitarra y Xavi Molero en batería–, le funciona a la perfección. Tanto como dedicar gran parte del repertorio a “Val Miñor-Madrid. Historia y cronología del mundo”, su disco más reciente, que de eso se tratan las giras, de tocar los temas del disco que se presenta. Canciones que, por cierto, el público conocía y recibió con entusiasmo, al igual que esos temas ya clásicos que sí o sí, tienen que formar parte de su repertorio cada noche (por supuesto que con ‘Años 80’ a la cabeza). A ello se une su magnetismo escénico, sus dotes de showman elegante pero simpático y próximo que hace del escenario su casa, y que el público agradece.
Mención especial a ese solitario y muy emocionante set a piano en el que tiene el detalle de versionar temas de compañeros de generación como Xoel López y Quique González. Además de enlazar con la historia recordando a El Último de la Fila. Un gesto realmente hermoso que le engrandece como artista.
La noche, desde luego, fue una fiesta. Una fiesta dedicada a la buena música, no podía ser de otro modo.
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