DISCOS
“Un disco igualmente indispensable, del que se degustan más incluso sus piezas más largas, esas que se enredan en lo más profundo del alma y crecen con cada nota, cada nuevo giro y cada estrofa”
Van Morrison
“It’s too late to stop now… Volumes II, III, IV & DVD”
LEGACY–SONY
Texto: XAVIER VALIÑO.
Hagan una prueba y revisen cualquier lista que se haya hecho en los últimos cuarenta años de los mejores álbumes grabados en directo del rock. Verán que, aunque no haya coincidencia en una parte de ellos, hay tres o cuatro que siempre aparecen ahí. Uno de ellos será, indefectiblemente, “It’s too late to stop now” de Van Morrison. Y, sí, su reputación está más que justificada y los superlativos por una vez no son desmedidos.
El disco se publicó en febrero de 1973 e incluía, en su edición original, dieciocho canciones sacadas de grabaciones efectuadas en ocho de los conciertos ofrecidos entre mayo y julio de 1973 con la banda The Caledonia Soul Orchestra, compuesta por once miembros: John Platania (guitarra), David Hayes (bajo), Jeff Labes (piano), Dahaud Shaar (batería), Bill Atwood (trompeta), Jack Schroer (saxofón alto, tenor y barítono), Theresa ‘Terry’ Adams (chelo), Nancy Ellis (viola) y Tim Kovatch, Tom Halpin y Nathan Rubin (violines).
Que ninguno de estos nombres sea recordado especialmente al margen de su participación en este grupo –a diferencia de otros acompañantes ocasionales de Van Morrison como Georgie Fame, James Hunter, Candy Dulfer, Pee Wee Ellis o Brian Kennedy– dice mucho de un conjunto de músicos puestos al servicio de una causa y un sonido, alejados de cualquier ego y gozando cada segundo de su participación en una gira irrepetible e histórica.
Seguramente, no podía haber mejor nombre para ellos. Caledonia, la antigua denominación de Escocia, la única parte de Britania que los romanos no pudieron conquistar, era una palabra con la que Van Morrison siempre ha estado obsesionado: si ya sus padres le pusieron ese nombre a su tienda de discos en Fairfax (California) a mediados de la década de los setenta, fue también el nombre de su primera compañía, su estudio de grabación, su editorial, dos de sus bandas de directo y es el segundo nombre de su hija Shana, además de una canción de su repertorio y una palabra clave en la canción ‘Listen to the lion’.
Lo registrado por Morrison y sus once secuaces en aquella gira se limitaba hasta ahora a aquel doble álbum de 1974. En esta época actual en que las reediciones venden más que las novedades, se lanza “It’s too late to stop now… Volumes II, III, IV & DVD”, que bien podría pasar por una reedición con añadidos. No obstante, la apariencia no tiene que ver con lo ofrecido: aquí no hay ni una sola de las dieciocho canciones de aquel trabajo, sino que son todas grabaciones inéditas de aquellos directos de 1973, sumando a lo ya conocido otras 45 canciones en los tres discos compactos o vinilos.
Este festín para aquellos que en su día quedaron noqueados por el disco original y, también, perfectamente disfrutable por quienes no llegaran a caer rendidos ante él por simple desconocimiento, bebe de las mismas fuentes, aportando quince canciones por disco de tres de aquellos conciertos, concretamente los celebrados en The Troubadour de Los Ángeles el 23 de mayo, en el Auditorio Cívico de Santa Mónica el 29 de junio y en The Rainbow de Londres el 23 y el 24 de julio de 1973.
Huelga escoger canciones destacadas porque se debería saborear íntegramente como una experiencia única en la que sumergirse durante horas y sentir como el espíritu se eleva unos centímetros por encima del suelo con su escucha. Pero, por si no fuese suficiente lo ya relatado, aquí se pueden encontrar parte de las canciones más celebradas de su autor (‘Brown eyed girl’, ‘Domino’, ‘Gloria’, ‘Here comes the night’ o ‘Sweet thing’), varias versiones (‘I just want to make love to you’, ‘Bring it on home to me’, ‘Ain’t nothing you can do’, ‘I believe to my soul’ o ‘Buona sera’, puede que la única canción prescindible del lote) y temas escogidos de sus primeros discos, especialmente de los imprescindibles “Astral weeks” y “Moondance” (‘Cyprus avenue’, ‘The way young lovers do’, ‘Moondance’, ‘These dreams of you’, ‘Caravan’ o ‘Into the mystic’).
Al triple disco se le suma un deuvedé con las únicas actuaciones de la gira recogidas por las cámaras, concretamente las de la sala The Rainbow de Londres en aquellos dos conciertos de Londres, y que en su día fue emitido por la BBC. Viendo que el número de canciones en el tercer compacto de los mismos recitales supera a las del deuvedé, solo cabe concluir que en este caso se ha decidido no presentarlo íntegramente, el único elemento evidentemente mejorable de este lanzamiento –se supone que lo han dejado para otra ocasión–.
Si el “It’s too late to stop now” original es un álbum que nadie en su sano juicio debería dejar de oír, esta nueva edición que casi triplica a aquel en duración se convierte desde ya en un disco igualmente indispensable, del que se degustan más incluso sus piezas más largas, esas que se enredan en lo más profundo del alma y crecen con cada nota, cada nuevo giro y cada estrofa. Van Morrison, amo y señor de uno de los momentos más creativos de la historia de la música, era plenamente consciente de ello. Cuando interpreta ‘Cyprus Avenue’, uno de los espectadores le grita ‘Turn it on!’ (‘¡Préndelo!’), a lo que Morrison replica: ‘It’s turned on already!’ (‘¡Ya está prendido!’). Segundos después, al final de la canción, termina el concierto diciendo: ‘It’s too late to stop now!’ (‘¡Es demasiado tarde para dejarlo ahora!’). Quedó como título del álbum y es imposible pensar en uno mejor: una vez se entra en el soul celta de la banda de Caledonia conducido por su líder Van Morrison, no hay forma de desprenderse de él. Bendito veneno.
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Anterior crítica de discos: ‘Pure’, de Paul McCartney.