«En los 90 vivía en una disciplina casi monástica y no tenía mucho tiempo para tonterías. Recuerdo que en la radio del Land Rover dijeron que un tal Kurt Cobain se había matado y yo no tenía ni idea de quién era»
El gerundense Isaac Ulam presenta “Murtra”, un segundo disco a la búsqueda del folk-rock mediterráneo más psicodélico. Àlex Oró ha conversado con él.
Texto: ÀLEX ORÓ.
Foto: TANIT PLANA.
“Murtra” es el segundo disco de Isaac Ulam tras su prometedor debut con “Els prats llunyans” (2009). Ulam es un cantautor afincado en Blanes (Gerona) que juega con los aromas mediterráneos y la psicodelia artesanal. Hemos conversado con Isaac Ulam para conoce los secretos que esconde «Murtra», un magnífico ejemplo de folk artesanal a la vieja usanza.
La primera pregunta es obligada, aunque suponemos que ya debes estar harto de contestarla, ¿qué es «Murtra»?
Murtra es mirto, una planta aromática del Mediterráneo. Los piratas la utilizaban para hacer licor y los griegos la ofrecían a Cytherea, la diosa del amor. También en las Olimpiadas, los ganadores eran coronados con murtra. Pero yo no me la he puesto nunca en la cabeza ni la he bebido, pero si la he tocado y olido.
El disco se abre con ‘Viure amb tu’, una soberbia muestra de psicodelia mediterránea y un arrebatador canto al amor. ¿Qué influye más en tu obra, la lisergia sonora o la tradición mediterránea?
Simona. Ella fue mi mujer durante ocho años. Ella fue lo mas influyente en mi obra sin lugar a dudas. Todo lo otro para mí es anecdótico. Resulta inconcebible para mí no homenajear mi amor a ella a través de un disco. «Murtra» es un disco dedicado a nuestro amor.
Notamos una fuerte influencia de Pau Riba en tu obra. No eres el único músico de la nueva generación de artistas catalanes que reivindica a Riba. ¿Crees que fue un autor incomprendido en su momento?
Yo no reivindico a Riba pero sí me gusta. Creo que a Riba le influenciaron los mismos músicos que a mí también me influenciaron y por eso hay esta conexión y, sobre todos porque nos expresamos en la misma lengua. Tengo que decir que evidentemente me identifico más con él que con cualquiera de mi generación. Pero no me gustaría saber qué piensa Riba de mi disco. Me lo imagino diciendo “yo ya hacía esta mierda mucho antes que él y no me gusta”. O tal vez puede que simplemente pase de mí, me ignore y me permita campar a mis anchas…
Pero también se nota la influencia de compositores anglosajones de los sesenta y los setenta como Nick Drake, Tim Buckley e incluso Leonard Cohen en algunos coros femeninos…
Sí. Los coros femeninos son por Cohen. Cuando tenía 14 años mi padre me lo ponía todo el día, bebía cerveza con él y jugaba todas las noches a dardos con él y Cohen estaba siempre ahí, de fondo. Me traumatizó tanto que a mi primera novia, el día que hizo 18 años, la torturé borracho poniéndole el disco de «Songs of love and hate» hasta que no pudo mas y se fue a dormir. «Escucha que cosa tan auténtica. Es la hostia», le decía mientras ella se iba.
«Murtra» no sólo tiene aires mediterráneos, también campestres pero sin caer en un bucolismo empalagoso…
Es por el lugar en donde vivo y por cómo me crié. Por un lado siempre salí a pescar, tengo una barca y conozco a muchos marineros y por otro lado he tenido caballos, perros, cerdos, jabalíes, patos, cabras y viví años en el campo con los gitanos y los viejos.
¿Te sientes o te defines como un hippie? ¿Se debe reivindicar la herencia hippie en el siglo XXI?
Yo no soy hippie y no reivindicaría nada que no fuera un cambio interior. No puedo definirme porque estoy en constante cambio. Aprender es lo que más me importa y una definición para mí es igual que un tatuaje, no me interesa.
Tus composiciones suenan naturales, como si las canciones te fluyeran con cierta facilidad. Suponemos que no es así, que hay un trabajo durísimo detrás de cada una de ellas, pero, ¿cómo trabajas habitualmente, compones primero la letra o la música? ¿Hay algún poeta que te influya a la hora de escribir?
La verdad es que las canciones me fluyen con cierta facilidad. Cojo una guitarra, la rasco hasta que saco una melodía y la grabo. Luego escribo una letra que encaje con la métrica. Normalmente no corrijo ni retoco nada, me fluye bastante bien, tengo mucha imaginación. No sirvo para hacer sentencias, dejo muchas cosas abiertas. No soy para nada meticuloso en mi día a día, soy mas bien como un vómito imprevisible.
‘Hawaii’ es uno de esos temas en los que la influencia de Riba está muy presente pero también tiene una cierta visión escapista de la vida, como si se tratara de una “road movie”, ¿eres una persona de espíritu aventurero o más bien sedentario? Lo pregunto porque en cambio en otros temas, da la sensación que te gusta contemplar con calma todo aquello que te rodea.
Durante muchos años hacía cualquier cosa para no estar en casa. Sentía que estaba muerto cuando estaba en casa. Me pasé una temporada viviendo en pueblos. Conocía alguna chica y me quedaba un tiempo. Nunca he entendido por qué huía tanto, creo que realmente no me gustaba o no sabía estar conmigo mismo. Pero no me odiaba, solo me castigaba. Creo que soy todo lo contrario que representan mis canciones, pero ellas me ayudan a alcanzar un poco de paz. Y creo que la mejor parte de mí se manifiesta en ellas como en una herida luminosa.
¿Cómo ves el actual panorama musical catalán? ¿Cuáles son tus artistas preferidos? ¿Por qué crees que ahora el folk, el rock y el pop cantado en catalán ha roto barreras y es capaz de llegar a más público? ¿Por qué no pasó en los noventa?
No escucho demasiada música catalana actual así que no puedo opinar. Lo que sí diré es que respeto a todo aquel que es capaz de exponerse a los demás en cualquiera de las disciplinas artísticas que elija. Ahora estoy metido a fondo con Franco Battiato y siempre que puedo lo menciono. Yo en los noventa tampoco escuchaba música en catalán y no tengo ni idea de qué hacía esa gente. Yo vivía en una disciplina casi monástica y no tenía mucho tiempo para tonterías. Recuerdo que en la radio del Land Rover dijeron que un tal Kurt Cobain se había matado y yo no tenía ni idea de quién era. Me interesaba más Milarepa o Alze Negro.