Il disco del sole, de Jovanotti

Autor:

DISCOS

«Un álbum que termina conformando el mosaico de un improbable sonido mediterráneo ideal»

 

Jovanotti
Il disco del sole
UNIVERSAL, 2022



Texto: FELIPE CABRERIZO.


Cuando hace unas décadas este país decidió colocarse una venda en los ojos ante cualquier sonido alejado del eje Londres/Los Ángeles/Miami, terminó no solo despreciando una tradición musical imbricada con la nuestra desde hacía ya más de cien años, sino condenando a la invisibilidad a muchos, muchísimos artistas que nunca alcanzarían consideración por el mero hecho de llegar desde otras latitudes.

Uno de los abocados a este agujero negro ha sido Jovanotti, un músico italiano de dimensiones colosales que, pese a haber grabado con varios artistas españoles e incluso completado discos en castellano, nunca conseguiría romper esta invisibilidad a la que parecía destinado de antemano. No por ello debemos minusvalorar el solidísimo trabajo que ha ido elaborando desde hace ya casi cuatro décadas y que lo ha convertido en una de las figuras más respetadas por la crítica italiana.

Es posible que los dotados de buena memoria —también de alguna cana— recuerden a Jovanotti participando en Rockopop, como parte de aquel asalto al mercado hispano que intentó a finales de los ochenta. Era, por entonces, un chavalito de apenas veinte años salido del bullicioso entorno de los Dj’s radiofónicos italianos, que buscaba erigirse en alternativa local a los Run DMC y no sin ambición: ya en su primer elepé, Jovanotti for president (1988), colaboró con Afrika Bambaataa y sampleaba por igual a James Brown que a AC/DC.

 

 

Los años hicieron que Jovanotti sustituyera a Run DMC por A Tribe Called Quest, y que no tardara en conjugarlos con la entrada por la puerta grande de la gran tradición de la música italiana. Con el cambio de milenio, el músico alcanzaría una etapa de plenitud en la que los experimentos sonoros y los singles infalibles lo convirtieron en una de las figuras más queridas por el público de su país. Valga como muestra esa celebración continua que es su propio festival itinerante, ese Jova beach party que recorre cada verano las playas transalpinas, donde Jovanotti lleva a su punto culminante ese buen rollo que transmite con cada uno de sus movimientos, en un ambiente de fiesta colectiva como solo los italianos saben celebrar. Apunte para darnos una idea de la dimensión faraónica del fenómeno: no han sido raras las noches en las que Jovanotti ha reunido a cien mil personas entre el público.

Siguiendo esta progresión, Jovanotti publicó en diciembre de 2022 un nuevo álbum doble, este Il disco del sole, que parece llevar a su culminación todo lo experimentado en su carrera. En realidad, no es un disco nuevo, sino una compilación de veintiún temas que ha ido publicando el pasado año en formato epé, con algún corte rebooteado, y el añadido de dos nuevos singles para impulsar la edición conjunta. Para los completistas, existe también una edición que contiene un bootleg que revisita el disco desde el prisma de outtakes, remixes, inéditos e interpretaciones en directo.

Il disco del sole se mantendría perfectamente en pie por su vía puramente italiana, esa que busca la piedra filosofal de la melodía perfecta y que Jovanotti alea al milímetro en un puñado de singles, donde se apoya directamente en sus referentes mayores: si el loop de “Tirannosauro Rex” parece salido de uno de los últimos discos de Celentano, en “Un amore come il nostro” se intuye la sombra de Fabrizio de André, el crescendo de “Se lo senti lo sai” es puro Battisti y en el radiante “La primavera” la referencia a Franco Battiato muta ya en homenaje directo.

Claro que no solo esto ofrece Il disco del sole, un álbum que añade a esta vertiente otra, torrencial, con la que termina conformando el mosaico de un improbable sonido mediterráneo ideal. Pasma la diversidad de los featurings que acompañan a Jovanotti en la aventura: bandas de la Europa meridional, músicos centroeuropeos, rappers italianos y colectivos de música electrónica de ambos lados del océano. Con todos conforma un conjunto donde brillan los sonidos africanos, la música balcánica, los ritmos magrebíes, el hip hop, el funk y, en fin, prácticamente cualquier elemento reconocible de su discografía.

 

 

Brillante la labor del encargado de dar unidad a un disco compuesto no con sentido único, sino realizado a impulsos, siempre con el peligro de terminar resultando un cajón de sastre de sonidos e influencias sin conexión interna. Claro que el responsable de soldar el engranaje ha sido Rick Rubin, el productor estadounidense que, en un arco que va desde Lady Gaga hasta los American Recordings de Johnny Cash, ha definido el panorama musical del cambio de milenio. Y, no olvidemos, responsable también del sonido de aquellos Run DMC que tanto influyeron a Jovanotti.

Que Rubin haya alternado la dedicación a este Il disco del sole con la grabación de los últimos trabajos de Red Hot Chili Peppers y Neil Young, más el peso de llevar adelante el documental McCartney 3, 2, 1…, habla a las claras de la importancia que ha dado a este álbum en el que Jovanotti parece alcanzar el punto álgido de su carrera. Al menos, por el momento; porque apenas dos meses después de su publicación, Il disco del sole parece ya historia para el cantante, embarcado estos días en un documental donde recoge el viaje que ha realizado a Nigeria para colaborar con diferentes músicos del país. A fin de cuentas, hablamos de un músico que figura en una órbita muy por encima del resto de sus coetáneos: no olvidemos que el triunfo de la selección italiana en el último europeo de fútbol fue celebrado con la afición cantando a voz en grito uno de sus singles, antes de dar paso al auténtico himno extraoficial del país, el “Azzurro” de Celentano. Y a ver dónde puede encontrar un artista un mayor reconocimiento de cariño popular que ese.

Anterior crítica de discos: Boys and girls (deluxe edition), de Alabama Shakes.

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