DISCOS
«Un trabajo excitante y sugestivo con el que pisan el acelerador en trances salvajes»
Grande Amore
III
ERNIE RECORDS, 2025
Texto: SARA MORALES.
Hay belleza en la entropía, claro que sí. Y muescas de placidez en el ruido. Cuando se acierta generando un artefacto potente capaz de detonar todos los estímulos, la incomodidad que parece asomar al principio termina convirtiéndose en una cómoda cama desde la que dejarse soñar para lanzarse a la acción.
Así lo han hecho Grande Amore con su tercera entrega, este III, que insiste en la fuerza de su naturaleza guitarrera, a veces colindante con el punk, otras con el post punk y siempre con el nervio y la fuerza. Por algo se han ganado la definición de «la banda más ruidosa de su generación», por algo también alcanzan con este álbum la cúspide de un arte, de un sonido, que impacta y atrapa de un modo arrollador, sin tregua.
El gallego Nuno Pico, junto a Clara Redondo y mariagrep, ha cosido y descosido el alma del directo para trasladarlo al estudio. Y juntos lo han logrado con tal fidelidad que, al escuchar los temas de este nuevo repertorio, te trasladas, sin querer, a dónde ellos quieran llevarte. Y da igual el destino porque, allá donde acabe uno, la distorsión, el rock and roll intenso y este noise salvaje tan suyo ya, hacen de guías y compañeros durante el trance. No estás solo.
La actitud es uno de los valores en alza en estos tiempos tibios de clonación, y a Grande Amore les sobra. Les sobra actitud y les sobran ganas de innovar, arriesgar y disfrutar trascendiendo los cánones a conciencia, pero también a toda velocidad, a un ritmo vertiginoso. Pisan el acelerador en casi la totalidad de estas once canciones (diez propias más una versión), y mientras se acercan al metal y al éter industrial, al tiempo que el pogo se convierte en un abrazo masivo, han encontrado un reducto propio desde donde expresar esta cantidad de sensaciones y emociones tan extremas como humanas.
Un trabajo excitante y sugestivo con joyas como “Ontes fun moi malo”, la psicótica “Lonxe dos homes”, la imparable versión de “Maldita sea mi suerte” de Los Suaves o el rollo pseudoonírico de “Flor dun día”, por nombrar solo unas cuantas. En definitiva, un disco sin desperdicio para paladares fuertes y cañeros.
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Anterior crítica de discos: Nyron Higor, de Nyron Higor.