DISCOS
“Un paso adelante que se intuía necesario para no quedar anclados en un solipsismo que, casi claustrofóbico, amagaba con la sombra del fastidioso callejón sin salida”
The xx
“I See You”
YOUNG TURKS / POPSTOCK!
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
Adoptando como material expresivo un severo minimalismo que evocaba por igual a Young Marble Giants, a la alargada sombra de la escuela post punk de The Cure, a las misteriosas brumas de las mejores producciones del sello 4AD y a la economía de medios de las últimas tendencias electrónicas del underground anglosajón (del 2 Step al dubstep, pasando por el r&b comercial), The xx se situaron por méritos propios, más allá del siempre ampuloso viento a favor de los parabienes mediáticos, como uno de los proyectos de referencia del pop de vanguardia en la última década. Más de cuatro años han transcurrido desde su segundo álbum, que en muy poco se defierenciaba de aquel debut homónimo que les procuró el Mercury Prize de 2010, y resulta imposible no relacionar su inédita luminosidad con la repercusión de aquel “In Colour” (2015) que encumbró a Jamie xx (Jamie Smith, vaya), uno de sus tres vértices, como una de las mentes pensantes más imaginativas del ámbito pop electrónico de su país.
Romy Madley Croft y Oliver Sim, sus dos compinches, siguen reteniendo el mojo de esa alternancia vocal que seduce como si fueran unos Everything But The Girl del nuevo milenio, pero ya no son aquellos veinteañeros embutidos en prendas totalmente negras, que sin comerlo ni beberlo se vieron compartiendo sus diminutas píldoras de desazón sentimental en recintos abarrotados por miles de personas, abrumados ante la multitudinaria recepción de un temario que se presuponía tan íntimo. Hasta la portada de este “I See You” –mismo grafismo que en los dos precedentes, pero por fin salpicado de color y reconocibles contornos humanos en la retaguardia– enmarca con precisión su operación renove, que plantea más cierta reconversión que algo parecido a una ruptura: su sinuosa sensualidad queda a salvo, pero temas como ‘Brave For You’, ‘On Hold’, ‘I Dare You’ o ‘Say Something Loving’ muestran sus estancias bien ventiladas, beneficiadas por un manojo de haces de luz filtrados a través de una colección de canciones sin fisuras, beneficiada tambien por la diversidad de sus lugares de grabación, de Los Ángeles a Londres, pasando por Nueva York y Reikiavik. Todas ellas concretan un paso adelante que se intuía necesario para no quedar anclados en un solipsismo que, casi claustrofóbico, amagaba con la sombra del fastidioso callejón sin salida. Ampliarán público, y no es para menos, porque su contenido (más funcional que nunca) tiene todas las propiedades para ser disfrutado en muy diferentes contextos, ampliando la transversalidad de su poder de atracción durante una buena temporada.
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Anterior crítica de discos: “You’re Dreaming”, de The Cactus Blossoms.