“Fey y Poehler tienen una química cómica casi inigualable en el show business contemporáneo, pero son lo único que se puede rescatar de la película”
“Hermanísimas”
Jason Moore, 2015
Texto: ELISA HERNÁNDEZ.
“Hermanísimas” es la nueva comedia protagonizada por Tina Fey y Amy Poehler (y, por razones que quedarán explicadas a continuación, no vale la pena mencionar quién escribe ni quién dirige). Se trata de la reunión cinematográfica de dos de las mejores intérpretes (y guionistas y productoras) de la comedia norteamericana actual, tras coincidir en la recomendable “Chicas malas” (escrita por la propia Fey y dirigida por Mark Waters en 2004) y protagonizar la menos recomendable “Mamá de alquiler” (Michael McCullers, 2008), y, por supuesto, haber coexistido en algunos de los más hilarantes sketches del “Saturday Night Live” de mediados de los años 2000 y copresentado magistralmente la gala de los Globos de Oro en 2014 y 2015. Si, como ocurre con una servidora, no os podéis resistir a nada en lo que cualquiera de las dos haya participado, adelante: Tina y Amy, grandes amigas en la vida real, demuestran que tienen una química cómica casi inigualable en el show business contemporáneo, pero son lo único que se puede (y debe) rescatar del naufragio de dos horas de duración que es “Hermanísimas”.
Dejando de lado la excesiva “suspensión voluntaria de la incredulidad” que requiere la consideración de que Tina Fey y Amy Poehler puedan ser hermanas, los personajes que encarnan resultan absurdos y simplificados en exceso. Maura (Poehler) es demasiado amable e inocente, llegando a rozar la vergüenza ajena, y Kate (Fey) es irresponsable hasta un extremo ridículo. El resto de secundarios no mejoran mucho la situación y, de hecho, en ocasiones desaprovechan el enorme talento de otras estupendas actrices salidas también de la cantera de SNL, como Maya Rudolph o Rachel Dratch.
El punto de partida podría tener cierto potencial si lo vemos como una especie de nostálgica trasposición a la edad adulta del modelo de comedia de fiesta universitaria que va más allá del control de los anfitriones y termina de manera demencial o incluso una revisión de las típicas historias adolescentes coming-of-age (crecimiento personal y madurez). Sin embargo, no hay demasiada originalidad aquí: “Hermanísimas” es simplemente una sucesión de gags y chistes obscenos y repetitivos con un argumento hilado de manera chapucera que sirve sólo de excusa. La mayoría no tiene demasiada gracia, pero hay alguna escena que sí provocarán una verdadera carcajada. En concreto, aquellos momentos en que aparecen solamente Tina Fey y Amy Poehler, complementándose la una a la otra con un ritmo y sentido del tiempo espectaculares.
“Hermanísimas” es pues una comedia sencilla (por no decir simple) y, sobre todo, muy poco memorable. Recomendada casi exclusivamente para los fans del tándem Fey-Poehler, quienes, casi seguro, la iban a ver de todas formas.
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Anterior crítica de cine: “Batman v Superman. El amanecer de la justicia”, de Zack Snyder.