DISCOS
«Eric Clapton nos brinda con Happy Xmas un disco que pasa, desde ya, a formar parte de los mejores trabajos del género»
Eric Clapton
Happy Xmas
SURFDOG RECORDS, 2018
Texto: David Pérez.
Cada vez nos bombardean antes con el espíritu navideño, y aunque seamos alérgicos al turrón y a los rencuentros con suegros y cuñados, es imposible escapar. Pero, si este año es Eric Clapton el que se adelanta y se escurre por nuestras chimeneas, vestido de Papá Noel y empapado de blues… ¡Bienvenidas sean las fiestas!
Happy Xmas es el álbum número veinticuatro de su carrera, el primero desde el sobresaliente I still do (2016, Surfdog Records), donde volvió a unirse con uno de los grandes productores que le guiaron a finales de los setenta, Glyn Johns, proporcionándole una calidez extra a los estándares de blues que atraviesan sus surcos, junto a un par de ases de JJ Cale, el “I dreamed I saw St. Augustine” de Dylan, más dos composiciones propias, “Spiral” y “Catch the blues”. Esa sencilla y mágica formula que viene practicando desde el magistral Unplugged (1992, Reprise Records), la de degustar a fuego lento cada canción junto a sus músicos tirando de raíces, es la que volvemos a disfrutar en estas trece adaptaciones de clásicos navideños, más la deliciosa “For love on Christmas Day”, único tema original del lote. Clapton, además de producir la obra junto a Simon Climie, firma la ilustración de la portada.
Este nuevo trabajo es su primera oda completa a la Navidad, aunque ya se acercó al género contribuyendo en varias canciones de A very special Christmas live (1999), del que rescata para la ocasión el blues “Christmas tears”, que popularizó Freddy King, y el clásico de Charles Brown “Merry Christmas, baby”, en dos nuevas versiones que ya justifican por sí solas este trabajo y la propia Navidad.
Cuenta Slowhand que fue “Have yourself a merry little Christmas” la canción con la que encontró el tono blusero del disco, pista que cierra y rezuma swing a borbotones. Con esa clase marca de la casa, comienza meciéndonos en la pegadiza “White Christmas”, en la que su Stratocaster derrite hasta el último copo de nieve, para proseguir en ese soleado atardecer que nos trae “Away in a manger (once in Royal David’s City)”, con unos coros que paran las manecillas del reloj.
El soul vuelve a desbordarse en el estándar de William Bell “Everyday will be like a holiday”, con Clapton cantando a corazón abierto, fundiéndose de nuevo con unos coros Montown y celestiales que nos despegan del suelo. Y de repente, nos atropella la única canción que chirría del disco, una sorprendente versión tecno house (no es broma) de “Jingle bells”, dedicada al fallecido DJ y productor Avicii. Tema que le pasaremos por alto a manolenta por la buena intención del tributo.
Cogemos aire y seguimos flotando en el éxito navideño de Sonny James “Christmas in my hometown”, al que Clapton le saca brillo y le inyecta un extra de puro New Orleans, dejándonos con ganas de más. Bajamos la guardia en la jazzística versión de “Sentimental moments”, con un slide muy marcado y elegante, para volver a servirnos blues en vena, acelerándonos las pulsaciones con un “Lonesome Christmas” que es veneno y antídoto a la vez.
A muchos grandes se les ha ablandado el corazón cuando se acercaba diciembre, desde Mr Presley en Elvis Christmas album (1957), al bailongo Funky Christmas (1995) de otro rey, James Brown, pasando por el árbol de navidad que montaron en la playa de su verano eterno los Beach Boys, con Beach Boys Christmas album (1964), o la reunión estelar del imprescindible A Christmas gift for you from Phil Spector (1963), hasta llegar a los singles navideños recopilados de Cash en Christmas with Johnny Cash (2003). Sin olvidar al prodigo ayudante de Santa Claus número uno, el rompe caderas Brian Setzer con Rockin’ Rudolph (2015), o la delicatessen de Zooey Deschanel y M. Ward en A very She & Him Christmas (2011), y el no menos disco gourmet de Nick Lowe, Quality street: A seasonal selection for all family (2013) y su maravillosa versión en directo, The quality holiday reveu (2015), junto a los Straitjackets. Ahora, tras la nueva veda que abrió su compadre Bob Dylan en la travesura Christmas in the heart (2009), Eric Clapton nos brinda con Happy Xmas un disco que pasa, desde ya, a formar parte de los mejores trabajos del género. Canciones para escuchar antes, durante o después de un copioso almuerzo o cena navideña entre amigos, para alzar las copas (mientras te muerdes la lengua tras algún comentario fuera de lugar de ese familiar que nunca falla) y brindar, con la tele apagada y un buen villancico blues de fondo (la música amansa a las fieras), por todo lo bueno que está por llegar y que no tarde demasiado. Pues eso, suerte, felices fiestas y rock and roll.
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Anterior crítica de discos: The prophet speaks, de Van Morrison.