El pasado 17 de marzo murió en Mallorca, a los 65 años, Agustín “Chango” Abellán, uno de los históricos de la rumba catalana. Nacido en Madrid el 11 de mayo de 1952, Chango (el nombre artístico con el que fue más conocido), instalado en el barrio de Gracia de Barcelona, formó parte como músico, desde 1968, de Los Amaya y su Combo Gitano y grabó también acompañando a Moncho.
En 1971 se estrenó en solitario con el nombre de Juncal y sus Calistros, dejando dos únicos singles en la discográfica madrileña Movieplay. En 1972 comienza a grabar como Chango para el sello Mayo, donde registra varios singles, hasta que en 1974 ficha con Discophon, dejando otro par de discos pequeños. Pero realmente Chango adquiere renombre con “La rumba y la marcha”, su único elepé, registrado para la multinacional CBS en 1978 y producido por José Luis de Carlos, productor de, entre otros muchos, Las Grecas, Los Chorbos y Manzanita. Un disco imponente que actualmente es muy buscado por los coleccionistas pero que, sin embargo, supuso su abandono de las grabaciones. Posteriormente Chango se trasladó a Mallorca, cantando únicamente en la Iglesia Evangélica de Filadelfia. En 2010, su hijo, el también rumbero Kiki Maya, le produjo el disco “El yayu Chango entre hermanos”, integrado esencialmente por temas religiosos. Su hermano era el también rumbero Sisquetó Abellán, como él retirado hace décadas y también dedicado a cantar únicamente en la iglesia.
