Joan Baptista Humet anunció hace unas semanas que padecía un cáncer de estómago, lo que motivó que diferentes compañeros de profesión se movilizaran para preparar sendos homenajes que tendrán lugar a lo largo de este mes de diciembre, sin embargo él ya no podrá asistir a ellos: falleció la pasada noche, 30 de noviembre, a los 58 años, en Barcelona.
Joan Baptista Humet había nacido en la localidad valenciana de Navarrés el 4 de enero de 1950, aunque, con su familia, se trasladó a Tarrasa (Barcelona). Cambió los estudios de arquitectura por la canción, iniciando su carrera a los 18 años, en una velada en Tarrasa en la que abrió un concierto de su admirado Joan Manuel Serrat, aunque sería como telonero de Lluís Llach como se daría a conocer, actuando durante dos años junto a él.
En 1970 grabó sus primeros singles para el sello Columbia. En 1973 llegó el primer LP, «Fulls», interpretado íntegramente en catalán. Sin embargo, al igual que Serrat, alternaría el catalán y el castellano, así, su segundo disco, ya para el sello madrileño Movieplay, Diálogos (1975), fue grabado en castellano.
En 1979 registró uno de sus álbumes menos conocidos y el más ambicioso, la cantata Fins que el silenci ve, que él mismo consideraba su mejor obra. Desde 1981, y con la grabaciones para el sello RCA, llegarían sus mayores éxitos populares, encabezados, cómo no, por «Clara», ese emocionante retrato de una yonqui.
En 1984 graba el que será su último disco durante dos décadas, Sólo soy un ser humano, y harto de la incomprensión discográfica –la puntilla fue la propuesta de grabar un disco con un productor de flamenco– decide abandonar la actividad artística.
En 2004, de forma inesperada Joan Baptista Humet, tras años dedicado a otras actividades –relacionadas con la telefonía–, regresa con el que sería su último álbum, Sólo bajé a comprar tabaco, un disco autoeditado.
Quedarse únicamente con «Clara» como ejemplo de su obra sería un inmerecido reduccionismo: Humet siempre fue un fenomenal y sensible retratista de personajes y un certero paisajista de los tiempos que le tocó vivir. Canciones como «Que no soy yo», «Cosas de allá», «Su majestad», «Terciopelo», «A ese niño», «Un barrio», «Layetana abajo», «A contraluz», «Germans, la vida se’ns va», «…Y tú disimulando» o «Tren de la vida» dan buena prueba de su excelente hacer como compositor. Un cantautor al que muchas veces se situó a la sombra de Serrat –él nunca eludió su influencia en los primeros años–, pero que, sin embargo, siempre tuvo una voz propia, su mirada era muy personal. Tal vez su retirada musical motivó que su obra no fuera lo suficientemente reconocida y cayera en el olvido. Sin embargo, las canciones de Humet –y sus discos, que siempre contaron con cuidadas producciones y arreglos–, todavía siguen vigentes y, como demostró Joe Borsani en su disco de 1996 Amigos entrañables en la oscuridad releyendo «Layetana abajo», eran perfectamente adaptables a otras voces y ámbitos musicales.
Texto: JUAN PUCHADES.