«Las películas son un vivero extraordinario para las músicas que voy produciendo o descubriendo»
El incombustible Gonzalo García Pelayo acaba de poner en marcha la Serie Gong Productores, en la que rescata el espíritu la legendaria Serie Gong que tantas joyas editó en los setenta. Luis Lapuente habla con el inquieto productor.
Texto: LUIS LAPUENTE.
Foto en blanco y negro: ÓSCAR FERNÁNDEZ ORENGO.
Foto en color: PACO MANZANO.
En 1974 Gonzalo García Pelayo fundó el sello Gong, dentro de la compañía discográfica Movieplay, y lanzó su primera referencia, el álbum Fulgor y muerte de Joaquín Murieta, firmado por Olga Manzano y Manuel Picón. Un anagrama que clausuró en 1983 con el doble elepé Entre amigos, de Luis Eduardo Aute, publicado por Fonomusic. Ahora, casi cuatro décadas después, coincidiendo con una de las muchas resurrecciones artísticas de García Pelayo, el legendario sello reaparece con vocación transgresora y vanguardista a la contra, santo y seña de su creador, ese heterodoxo impenitente que solo tiene nostalgia del futuro.
No por casualidad, Gonzalo García Pelayo publicó en 1976 “Déjame vivir con alegría”, la mejor canción de Vainica Doble en el álbum “Contracorriente”. Le han dejado vivir así, o no han podido prohibírselo, y él nos invita permanentemente a hacerlo, y en su magistral película Nueve Sevillas, en todas sus nuevas películas (siete en 2021), en sus ambiciosos proyectos editoriales bibliográficos y discográficos. Lo grita en silencio una y otra vez, para que nadie pueda decir nunca que no le escuchó: déjame vivir con alegría.
No hay de qué asombrarse por este renacimiento comercial de una(s) nueva(s) serie(s) Gong; de algún modo, ya lo vaticinó el propio Gonzalo al final del libro Conversaciones con Gonzalo García Pelayo. Nostalgia del futuro (Efe Eme, 2019): «He impulsado muchos proyectos distintos, he ganado y he perdido mucho dinero, he vivido muchas aventuras, he triunfado y he fracasado, he aprendido a reinventarme muchas veces pero no tengo nostalgia de nada, nunca miro para atrás, solo tengo nostalgia del futuro, esa es mi única nostalgia».
Primero fueron los libros…
En realidad, primero fue mi investigación sobre los números primos, lo que me llevó a las criptomonedas, a la vuelta discreta a las apuestas y a ganar otra vez el dinero suficiente como para embarcarme en distintas aventuras editoriales que siempre habían estado bullendo en mi cabeza, proyectos dormidos que han despertado felizmente. Ya tenía el nombre, claro, serie Gong, ¿cuál mejor?, y la primera jugada fue la edición de libros con vocación de convertirse en referenciales en España y fuera de España. Así nació la Serie Gong Editorial, formato libro y audiolibro, «una editorial en busca de la autenticidad y el talento literario por descubrir». Ahí están publicadas las memorias de mi hermano Javier, Sobre la marcha, y mil cosas más, novela, ensayo, Serie Gong Nueva Picaresca (De puro milagro, las memorias del mítico Harry), o esa joya titulada Las picardías de nuestros abuelos (La pulga y otros cuplés sicalípticos), de Antonio Gómez.Todos nuestros libros se traducen a cuatro idiomas (inglés, francés, italiano y alemán) y se publican simultáneamente en varios países de Europa, y todos llevan el marchamo de la heterodoxia, el atrevimiento, la cultura sin cinturón de castidad.
Libros relacionados con la llamada contracultura, pero también cine, muchas películas simultáneas, y música.
Todo tiene relación, era ineludible empezar con la música. Estamos siempre rodeados de artistas y en todas mis películas hay mucha música con un sabor extraordinario. En la película que estoy montando ahora, Así se rodó Carne quebrada, llevamos a José de los Camarones y de ahí surgió el disco (“Ave María Magdalena”) y el videoclip, que no es mío, no es mi estilo, no tengo nada contra el clip, al contrario, pero es otra cosa, ahí están mis imágenes y la canción de José vistas de otro modo. De esta película también salió el disco de Andrés Olaegui & Cuatro por dos (“Rumbicato”), una barbaridad, mezclando cuarteto de cuerda con una impresionante base de jazz rock de aires flamencos.
Como si fueran parte de un making of…
No exactamente, es solo otra visión para otro público. Por cierto, si te gustan mis películas, es interesante ver los making of, que también tienen alguna construcción, algún montaje, no mucho pero sí alguno; y suelen durar el doble que cada una de las películas. Este clip de José de los Camarones se montó a partir del making of. La canción me parece un salto adelante del flamenco de los gordos. En la película está cantado a capela, pero en el single hay instrumentos, esa trompeta maravillosa y unos arreglos magníficos de mi sobrino Josema García Pelayo [corresponsable de la serie Gong Productores]. El resultado es fantástico, vanguardista, no sé si suena a Miles Davis o a qué, pero es un salto parecido al que dimos con Gualberto, aquí hay historia…
Estás recuperando también a viejos conocidos y colaboradores.
Sí, como Gualberto, con quien preparamos un álbum titulado Concierto de los olivos, y Andrés Olaegui, que sabes que fue guitarrista de Guadalquivir, con una portentosa fusión de jazz y flamenco clásico, otro resultado de la película Así se rodó Carne quebrada. Las películas son un vivero extraordinario para las músicas que voy produciendo o descubriendo, en realidad los discos nacen de las películas, que a su vez han tomado forma con la música. Es el mismo arte.
«Preparamos un disco de cantautores que nace de la película Alma quebrada, reviviendo de algún modo el viejo espíritu de la primitiva serie Gong»
Siempre fue así, ya desde Manuela.
Sí, claro, siempre fue así, pero ahora mucho más y con mayor riqueza. Ahora estamos grabando músicas muy concretas, definidas, para mis próximas películas. Me gusta empezar un rodaje con la música ya preparada, primero tengo la música y luego hago la película en torno a ella y vamos aprovechando la inspiración. Además, por lo que me preguntabas antes, ya se sabe que estamos regrabando el disco mítico de Goma [14 de abril] con Manuel Imán, una de mis producciones más queridas, y ahora suena que es una maravilla. Lo comentamos hace tiempo, con Manuel ahora ya sí suena aquello como si fuera King Crimson.
Esta Serie Gong en realidad tiene dos cabezas, Serie Gong Música y Serie Gong Productores.
Sí, ahora le hemos dado un matiz nuevo, un matiz que siempre estuvo ahí pero ahora lo recalcamos dando al productor la importancia que tiene, el porcentaje que sea, pero reconociendo su valor. Quiero que todos nuestros discos tengan el sello inconfundible del productor, por ahora somos tres, pero llegarán más, y creo que es algo que nunca se ha hecho en la música española. Además, preparamos un disco de cantautores, que nace de la película Alma quebrada, de algún modo reviviendo el viejo espíritu de la primitiva serie Gong, donde había una fuerte presencia de cantautores.
Y veo por ahí, recién horneado, uno de tus grandes amores musicales: la copla.
Claro, una preciosidad de Rocío Durán, la cantante que salió del programa de coplas de la televisión de Castilla La Mancha. Lo he coproducido con Manolo Toro y lo he disfrutado muchísimo, conocí a Rafael de León y le tengo un enorme aprecio a sus creaciones. Además, el álbum de Rocío [Rocío Durán canta a Rafael de León] es pura copla, muy elegante, embellecido con los mejores músicos y los mejores arreglos posibles, muchas cuerdas.
¿Qué proyectos nos aguardan para los próximos meses?
Hay cosas ya en la bandeja de salida como La Tarambana, Chipi de León, Manuel Imán… Y quizá aquel disco que guardo desde hace años y que grabó la mujer de Garci con una orquesta sinfónica, ya sabes que lo tengo en recámara y le tengo un cariño muy especial, hablamos sobre él en el libro Nostalgia del futuro. Y otro de Maika Rodrigo, con arreglos de Andrés Olaegui, también de copla, que quizá piense en sacarlo el año que viene. Me gustaría desempolvar algunas cosas que tengo en el cajón, y algunos interesantes proyectos que nos están presentando, siempre con marchamo de productor, pero poco a poco porque sigo con el rodaje y montaje de las siete películas [entre abril de 2021 y abril de 2022] que me ocupan casi todo el tiempo, pero esto no ha hecho más que empezar.