“Sus álbumes no están en el cuarto de la música, donde almaceno miles de discos y un par de guitarras, sino en el salón, luciendo sus pintorescas portadas junto a algunos favoritos como Nick Lowe, Georgie Fame, Leon Russell, Rubén Rada y Geraint Watkins”.
Entre los miles de discos que tiene Sergio Makaroff en casa, solo los merecedores de un puesto de honor pasan al salón. Entre ellos, la discografía entera del llamado Rey del Country Swing.
Una sección de SERGIO MAKAROFF.
Si te preguntas por qué los Rolling Stones cantan ‘Bob Wills is still the king’ cuando actúan en Texas… la respuesta es fácil: ¡porque Bob Wills todavía es el rey!
¿El rey de qué?
Pues del country swing, un subgénero que, como su nombre indica, consiste en cantar melodías camperas con un ritmo de swing.
Puede que hoy suene deliciosamente anticuado y anacrónico, pero hace unas décadas era lo más de lo más y Bob Wills and His Texas Playboys recorrían Norteamérica llenando recintos, animando bailongos y triunfando por todo lo alto.
Os lo digo sin tapujos ni rodeos: en mi casa su discografía ocupa un puesto de honor.
Eso quiere decir que sus álbumes no están en el cuarto de la música, donde almaceno miles de discos y un par de guitarras, sino en el salón, luciendo sus pintorescas portadas junto a algunos favoritos como Nick Lowe, Georgie Fame, Leon Russell, Rubén Rada y Geraint Watkins.
Para este servidor pocas canciones se deslizan de un modo tan dulce, alegre y reconfortante como las del repertorio de Bob Wills.
Y este es un tesoro que quiero compartir con el mundo.
James Robert Wills (1905-1975) nació en una granja de Texas, hijo de un violinista y algodonero. Siguió sus pasos en ambas disciplinas, aprendió a tocar la mandolina y a los 16 años se escapó de casa, se montó en un tren de carga y estuvo unos años vagabundeando, haciendo trabajos eventuales por aquí y por allá y metiéndose en problemas como un personaje de Mark Twain.
Estudió peluquería, se casó –nunca paró de tocar– y a los 29 ya era el líder de su banda.
Fue tremendamente popular en los 30’s y los 40’s; en los 50’s el advenimiento del rock and roll fue relegándolo a un segundo plano.
Pero antes de eso vivió en Hollywood, protagonizó películas y vivió la vida loca de una estrella integral del show business.
¡No en vano era el líder de los playboys de Texas!
Es interesante remarcar que de pequeño cantaba y bailaba con los niños negros de la plantación, de quienes siempre reconoció haber aprendido mucho de lo que sabía.
Unos años más tarde recorrió 50 millas a caballo para no perderse una actuación de Bessie Smith: en esa época si eras blanco y del sur tenías que tener el coco muy abierto para no ser racista.
Su propia discografía es vasta y muy recomendable, aunque suena del modo arcaico que es de esperar en las grabaciones de la época.
El grupo Asleep at the wheel editó una serie de álbumes fabulosos celebrando el repertorio del Rey del Country Swing, con colaboradores como Willie Nelson y una pléyade de luminarias de esa parte del cielo.
No pienso perderme la buena música del futuro, del presente ni del pasado.
¡Bob Wills is still the king!
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