El 24 de agosto, George Michael compareció ante un tribunal de Londres por empotrar, el 4 de julio, su coche contra un escaparate cuando conducía bajo los efectos de las drogas.
Durante la vista, el cantante sólo habló para declararse culpable de conducir bajo los efectos de las drogas y posesión de marihuana.
A la espera de recibir un informe sobre una condena anterior, de 2007, por los mismos cargos, el juez le ha prohibido conducir durante los próximos seis meses y lo ha dejado en libertad bajo fianza.
El juez también le dejó claro a George Michael que todas las opciones sobre su sentencia siguen abiertas y que, por tanto, podría acabar en la cárcel. La sentencia definitiva se conocerá el 14 de septiembre.