«Me veo como una tía que hace canciones, que intenta que cada día sean mejores. Y desde luego, me siento más cercana a los ‘songwritters’ americanos que a como se ven los cantautores aquí»
Lleva tres discos, pero parece que empieza, es la última cantautora rock de raíces norteamericanas. Detrás de la producción de su nuevo álbum, “En el fondo de los mares”, está Carlos Raya. Conozcámosla más de cerca.
Texto: EDUARDO TÉBAR.
Admira la actitud y las canciones de Lucinda Williams. No deja de asombrarse cuando escucha a Patty Griffin, Rickie Lee Jones y a Antonio Vega. Cada día la comparan más con Quique González. Lee biografías, libros de filosofía y devora con pasión los textos de García Márquez y Benedetti. Se llama Vicky Gastelo. Entiende mucho de carreteras: demasiados viajes Santander-Madrid. Rubén Pozo (Pereza) asegura que lo suyo es cuestión de ovarios y madera. Ahora presenta su tercer disco, “En el fondo de los mares”, producido por Carlos Raya.
Ya hay quien te identifica como el sosias de Quique González, pero sin barba.
Yo admiro mucho a Quique, su obra y la manera en que ha llevado su carrera. Si me respetan y valoran como a él, entonces sí me siento cómoda, muy cómoda.
De verdad, ¿te ves tan americana como lo pintan?
Yo me veo como una tía que hace canciones, que intenta que cada día sean mejores, igual que el directo. Y desde luego, me siento más cercana a los «songwritters» americanos que a como se ven los cantautores aquí.
Pues acabas de repetir en un certamen de cantautores en Granada, «Abril para vivir», donde te hemos visto crecer.
Y me fue muy bien. En Granada hay un público que sabe escuchar. Toqué con Rebeca [Jiménez] en el teatro de la universidad y mola mucho. Ver a la gente escuchando en silencio es una maravilla.
Entre vosotras hay química. ¿Para cuándo un compuesto en forma de disco compartido?
Nos lo pide mucha gente, pero, igual que decidimos nosotras solas tocar juntas, el día que nos apetezca hacer un disco, lo haremos.
Ahora te sumerges “En el fondo de los mares”. Un álbum en el que mandan tu voz y tus relatos emocionales. Y la banda te sigue…
Esa era la idea. Es que yo hago las canciones. Gastelo no es una banda, soy yo sola y Carlos [Raya] creía que así es como mejor sonarían los temas. De nada sirve que me mate a escribir un buen texto si después se pierde entre arreglos de guitarra o los platos de una batería.
¿Qué te ha aportado Carlos Raya?
Muchas cosas, pero, sobre todo, una manera de cantar. Antes cantaba de una forma más afectada, que no beneficiaba a las canciones. Luego, el grabar en directo ha sido todo un aprendizaje.
¡Y cuánta confesión! ¿Te sonroja desnudarte tanto en las canciones?
No. Yo las hago para mí. No me avergüenzo de mí, así que tampoco de mis canciones. Sólo canto lo que después sé que puedo defender con toda mi alma.
El trabajo destila desencanto. ¿Con el mundo?, ¿con los hombres?
Con unas personas y con unas circunstancias en un momento determinado. Con el disco anterior me llevé más de un disgusto musical, de ahí canciones como ‘Me equivoqué contigo’, ‘Sola’ o ‘Mi amor’.
¿Qué me dices del efecto Tulsa? A ella también se le vincula con lo americano. Según Bunbury, ha abierto un camino interesante para escribir desde el prisma femenino con la contundencia de un tío.
Eso de que la comparen con un tío, ya no me gusta, la verdad. Una tía escribe igual de contundente que un hombre. La mayoría de las ventas en mi web son a chicos.
¿Aceptas, entonces, la definición de cantautora rock?
Sí. Para mí, el rock and roll es más una actitud. Supongo que llevar en la furgo de un amigo yo misma los discos a la Fnac es rock and roll. Conducir 1.500 kilómetros a la semana para hacer la promo yo sola es rock and roll. Coger toda tu pasta y meterla en tu proyecto, contratar absolutamente a todos los profesionales que trabajan en mi disco es para mí totalmente rock and roll.
Has metido música en publicidad, en series televisivas, saliste en «Crónicas Marcianas». ¿Te parecen cauces adecuados para llegar a un público, como a ti te gusta, abierto a escuchar?
Toda oportunidad es útil, o casi toda. Trabajé en publicidad para pagar el alquiler. Lo de «Crónicas marcianas» fue parte de la promo que hice cuando estaba en Sony. Pero también tengo que decir que he dejado de ir a algún programa, aunque perdiera la oportunidad de un pantallazo.
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