«Sabíamos quiénes éramos antes de que el foco mediático nos alumbrara»
Adalides de la escena alternativa mundial, desde hace ya veinte años, la banda escocesa continúa incombustible. Acaban de lanzar un recopilatorio con las canciones más emblemáticas de su catálogo, más alguna novedad; su formación ha sufrido cambios, su entorno, con el Breixit, también lo ha hecho; así que es un buen momento para charlar con ellos. Carlos Pérez de Ziriza aborda a Alex Kapranos y a Bob Hardy.
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
Fotos: DAVID EDWARDS.
Duran y duran. Y cualquiera diría que Alex Kapranos tiene un pacto con el diablo, tal y como lucen sus espléndidamente llevados 50 años. Franz Ferdinand han publicado un recopilatorio de veinte canciones, Hits to the head (Domino/Music As Usual, 2022), en el que figuran dos canciones nuevas ya publicadas, “Curious” y “Billy goodbye”; y era una oportunidad espléndida para charlar con Kapranos y con el bajista Bob Hardy, los dos únicos miembros de la formación original, por vía telemática. Además, prometen visita a España, el 25 de octubre tocarán en el Sant Jordi Club de Barcelona y el 26 de octubre en el Wizink Center de Madrid.
Casi todo el mundo aprovechó el confinamiento para componer como locos. Vosotros, apenas un par de canciones para un recopilatorio.
Bob Hardy: Bueno, esta recopilación ya estaba pensada antes de la pandemia. Un par de años antes ya pensábamos juntarnos de nuevo, pero todo esto se ha retrasado mucho. Y simultáneamente hemos estado trabajando en música nueva también. Empezamos a ensayar en mayo de 2021, grabamos esas dos canciones y, desde entonces, estamos trabajando también en las nuevas.
¿Cómo habéis vivido todo este tiempo?
Alex Kapranos: Para mí fue difícil porque creo que, en los últimos treinta años, desde que era un adolescente, lo máximo que he estado sin tocar en directo han sido un par de meses. Dos años sin hacerlo es un shock a mi sistema. Pero hemos sabido adaptarnos, tomarlo con calma, sabiendo que no podíamos hacer nada para cambiarlo. Yo he escrito más, por ejemplo.
Sois los dos únicos músicos de la formación original. ¿Os resulta fácil mantener la ilusión tras más de veinte años?
Alex Kapranos: Es fácil, no se fuerza, simplemente has de estar ahí. Y el día que desaparezca, no lo hagas. Si no sientes esa excitación… mi primera actividad favorita es escribir canciones, y la segunda es tocarlas en directo. Si eso cambia, lo dejo. Lo amo de forma genuina, no me supone un esfuerzo.
Entiendo que no habrá sido igual para todos los miembros de la banda, ya que Nick McCarthy (guitarra) y Paul Thompson (batería) lo dejaron en los últimos años. El primero en 2016 y el segundo en 2021.
Alex Kapranos: Sí, para Paul era muy complicado, no estaba por la labor de seguir saliendo de gira. Tiene hijos y se le hacía muy difícil. Somos amigos, y lo entendimos y apoyamos. Y con Nick fue por la misma razón.
«Hemos tenido mucha suerte de crecer como grupo durante los últimos veinte años, antes del Brexit»
Me gustaría saber cómo os veis dentro de esa tradición de bandas escocesas que empieza con Orange Juice, continúa con The Pastels, The Jesus and Mary Chain, BMX Bandits o Teenage Fanclub, y se alarga con Mogwai, Arab Strap y todos los grupos del sello Chemikal Underground, hasta pasar por vosotros y llegar hasta ahora. Tengo la sensación de que, en este momento, nos llega menos el eco de vuestra escena.
Alex Kapranos: Pues es una pena, porque la escena en Glasgow tiene mucha salud ahora mismo, hay un gran sentimiento de comunidad y muchas bandas nuevas. Nosotros nos vemos como un grupo muy de Glasgow. Creo que el trabajo de Orange Juice, de Alan Horne y de su sello Postcard, con un enfoque muy independiente a principios de los ochenta, es algo que ha pervivido hasta ahora. Glasgow siempre ha sido una ciudad muy independiente del resto del mundo, siempre ha hecho las cosas a su manera; pero es curioso, porque todas las bandas que has mencionado son muy diferentes entre sí. Justo al contrario de lo que ha ocurrido siempre en Manchester, donde sí había un sonido común, ya fuera el del sello Factory o luego la generación baggy. Aquí The Delgados no sonaban como Mogwai, y estos no sonaban como Belle & Sebastian, ni como nosotros, ni como Simple Minds u Orange Juice. Lo que nos une es el sentimiento de comunidad y la actitud independiente.
Bon Hardy: Yo creo que la escena de Glasgow es igual a cuando yo llegué aquí, desde West Yorkshire, en 1999. Un montón de gente organizando conciertos y montando bandas, pero sí que es posible que en la segunda mitad de los noventa les fuera más fácil a los músicos de aquí girar por el extranjero, yo creo que había más ayudas oficiales también.
Alex Kapranos: Sí, creo que tiene que ver con eso, con que había más ayudas. O puede que también tenga algo que ver el aislamiento que el Reino Unido se está imponiendo a sí mismo, culturalmente, después del Brexit.
Entiendo que el Brexit va a entorpecer esa proyección, si no lo está haciendo ya.
Bob Hardy: Sin duda. Cuando estábamos en la Unión Europea, podías alquilarte un coche, subirte en un ferry en Newcastle, bajarte en Hamburgo y recorrerte el continente. Ahora, solo con los visados, se hace carísimo. Nosotros hemos tenido mucha suerte de crecer como grupo durante los últimos veinte años, antes del Brexit, forjándonos un público fiel y numeroso en Europa, que pagará por vernos y con el que cubriremos los gastos. Pero no quiero ni pensar si nos hubiera tocado empezar ahora. Sin un gran soporte financiero, debe ser imposible.
En vuestro caso, supongo que todo será más fastidioso siendo escoceses, y habiendo tenido la ocasión de independizaros del Reino Unido hace unos años mediante un referendo.
Alex Kapranos: Hay un sentimiento independentista aún muy fuerte, porque además la situación aquí es específicamente distinta a la de 2014, cuando el referendo. Reino Unido formaba parte de la Unión Europea entonces, y es lógico pensar que una Escocia independiente se ahorraría fronteras con el resto de Europa; pero al mismo tiempo tendríamos un problema de frontera con Inglaterra, tanto si entrásemos en la Unión Europea, como si no. Y yo tampoco quiero una frontera entre Escocia e Inglaterra.
Bob Hardy: Es que también la pertenencia a la Unión Europea fue algo que utilizaron quienes no querían que Escocia fuera independiente, se nos decía lo terrible que sería quedarnos fuera de ella si votábamos por la independencia. Era un argumento de persuasión. Que no había ninguna garantía de que permaneciéramos en la Unión Europea, algo que se veía como esencial a nivel comercial para nosotros. Y dos años después, Inglaterra, y recalco que fue Inglaterra, es quien vota por abandonarla. Y Escocia tiene que ir detrás.
«Hay algo de nuestra energía en directo que cala de verdad en el público español, y algo de su energía que también destaca por encima de otros países»
Y ya no solo Inglaterra: fue la Inglaterra de más edad. Que todos los votos son igual de respetables y hay que obedecer el dictamen de la mayoría, pero fue así.
Bob Hardy: Claro, es que la mayoría de esa gente ya no trabaja en el siglo veintiuno, como nosotros. Algunos puede que pensaran en jubilarse en España, pero no en trabajar allí, por ejemplo. Su visión del mundo es distinta. Yo mismo tengo familiares que piensan así, cuyo mundo no va mucho más allá de su vecindario; pero no es así como funciona el planeta hoy en día. Es como si hubieran votado por la jubilación de nuestro país. Retirémonos del mundo y sentémonos junto a la chimenea. Ese es el planteamiento.
Volviendo al estado actual de la banda: ¿ha cambiado algo con el cambio en la guitarra y la batería, al irse Nick (McCarthy) y Paul (Thompson) y entrar en su lugar Dino Bardot y Audrey Tait?
Alex Kapranos: Creo que ya hubo cambios a lo largo de la historia del grupo. Muchos cambios del primer al segundo del disco, y del segundo al tercero. Una evolución constante, una necesidad de cambio y, al mismo tiempo, de retener tu identidad. Los cambios son bienvenidos siempre que sepas quién eres y no tengas miedo a reconocerlo. Si escuchas “Curious” o “Billy goodbye”, nuestras dos nuevas canciones, creo que suenan nuevas pero, al mismo tiempo, suenan muy a Franz Ferdinand, pese a contar con tres miembros nuevos (N. del R.: Kapranos suma al teclista Julian Corrie, quien se unió en 2017, junto a Dino Bardot). Paul (Thompson) era un batería extraordinario, aún somos buenos amigos, pero creo que la incorporación de Audrey (Tait) nos ha dado energía y frescura. Y groove, una palabra que me parece horrible. Ella tiene el ritmo.
Bueno, el ritmo siempre ha sido una de vuestras claves, de un modo o de otro. No sé si una de las principales, para que hayáis prosperado en el tiempo con bastante más salud creativa y más público que otros compañeros generacionales, como Maxïmo Park, Kaiser Chiefs o The Futureheads. Quizá también estar lejos de Londres os hace menos rehenes del hype mediático, ¿no?
Alex Kapranos: Ese factor de sobrexcitación puede estar presente siempre sobre determinadas bandas, y ahora mismo lo veo con Wet Leg, por ejemplo; que hay como un gran revuelo en torno a ellas. Lo que creo que nos diferencia es que las bandas de Londres están justo en el medio de la industria de la música, y se les reconoce su trabajo en una fase demasiado temprana en su evolución. La gente se da cuenta, les presta atención, pero son grupos que aún no han reunido muchas canciones en ese momento. Entrar en ese mundo cuando aún no tienes una personalidad creativa formada, y con tanto público pendiente de ti… Las cosas fueron también muy rápidas con nosotros, pero creo que durante nuestro primer año y medio ya teníamos mucho recorrido y muchas ideas claras antes de que nadie supiera aún, en Londres, quiénes éramos. Tuvimos tiempo, y ojalá muchos grupos lo hubieran tenido también. Sabíamos quiénes éramos antes de que el foco mediático nos alumbrara. El hype está muy bien si lo puedes respaldar. Pero puede destruirte si no es así.
También es verdad que vosotros ya no eráis unos veinteañeros cuando empezasteis a tener fama, en 2004.
Alex Kapranos: Cierto, yo tenía 31. ¿Tú cuántos tenías, Bob?
Bon Hardy: Yo 33.
Alex Kapranos: También ayudó que nuestra actitud era buena, porque ninguno de nosotros esperaba tener esa repercusión. Bob nunca pensó que tocaría el bajo, y menos aún que le pagarían por ello. Y yo pensaba que era demasiado mayor. Tras cumplir los 27, tenía esa sensación de no saber qué iba a ser de mí [risas]. Paul (Thompson) pensaba que era demasiado cool para ser famoso, y Nick (McCarthy) pensaba que era demasiado estúpido para serlo [risas]. La verdad es que nadie nos tomaba en serio. Nos reíamos mucho con todo esto.
«Los cambios son bienvenidos siempre que sepas quién eres y no tengas miedo a reconocerlo»
¿Podéis decir algo sobre cómo será el próximo disco?
Alex Kapranos: Creo que muy diferente a Always ascending (2018). Muy variado. Con instrumentos que nunca hemos utilizado. Las dos canciones nuevas te pueden dar una idea. Pero no lo hemos terminado, y nos cansa un poco hablar antes de rematarlo porque, muchas veces, luego se va en una dirección que no tiene nada que ver. ¿Quién sabe? Es lo único que puedo decir.
¿Os ha influido algún sonido o alguna obra?
Alex Kapranos: Bueno, cuando escucho música la disfruto, pero no necesariamente me inspira. Me gustan mucho Yard Act, pero se mueven en un mundo muy distinto al de 2004. Son muy buenos. ¿Tú que estás escuchando, Bob?
Bob Hardy: No mucha cosa nueva, y me pasa también que lo hago más como consumidor que como cazador de ideas. Es difícil de contestar.
Alex Kapranos: A mí me pasa mucho que, cuando escucho cosas de ahora, me sirven más para fijarme más en lo que no debería hacer, que en lo que debería hacer [risas]. Si todo el mundo se va hacia un estilo, nosotros intentamos alejarnos y hacer algo distinto. Y sorprender a la gente. Eso me encanta.
Os gustará sorprender, pero también seréis conscientes de que “Take me out” o “Do you want to?” son esas dos canciones que todo el mundo os quiere escuchar tocar, una y otra vez.
Alex Kapranos: Son temazos, grandes canciones. Nunca reniego de ellas, me encanta tocarlas en directo. Pero creo que se puede sorprender a la gente de muchas maneras. En el video de “Curious” hicimos algo que nadie esperaría, junto a Andy Knowles, con un baile, una coreografía, que es algo que nunca hacemos, que nadie esperaría de un grupo como el nuestro.
¿Qué os parece el público español en comparación con el de otros países?
Alex Kapranos: Tocamos muy pronto en España, recuerdo que fuimos a Barcelona a finales de 2003. Hubo una conexión muy temprana. Creo que hay algo de nuestra energía en directo que cala de verdad en el público español, y algo de su energía que también destaca por encima de otros países, una intensidad mayor, y no te voy a decir cuáles son esos otros países [risas].
Y eso que se suele decir, con razón, que el nivel de inglés es aquí de los más pobres de Europa. Supongo que el sonido trasciende.
Alex Kapranos: Sí, y me encanta que la música pueda funcionar a diferentes niveles. Si la gente simplemente conecta con un buen ritmo o un buen riff de guitarra, pues me parece estupendo.