«091 lo tenían todo: actitud, letras inteligentes, un gran cantante, un puñado de buenas canciones, directos incendiarios, pasión por el rock sin olvidar las raíces… ¿Qué falló?»
El fotógrafo Xavier Mercadé comenzó a disparar fotografías de conciertos de rock en 1984 y ya no ha parado. Sus fotos han salido en multitud de revistas (preferentemente en las del grupo Enderrock) y, además, escribe en los diarios «El Punt» y «Avui». Tiene publicados varios libros («Pasión por el rock», «Jump rock», «Freaks, la cara oculta del rock», «Odio obedecer») y se acaba de poner a la venta «Balas perdidas», donde recupera a grupos olvidados del rock español de los años ochenta y noventa.
Fecha y lugar de nacimiento.
Barcelona, 15 de febrero de 1967
¿Qué música sonaba en tu casa cuando eras niño?
De todo en una familia numerosa, desde los Beatles (sector hermanos) hasta Julio Iglesias y Perales (sector hermanas). Pero fue mi hermano Josep quien quiso iniciarme en el mundo de la música cuando en mi 15 cumpleaños me regaló “The game” de Queen, “Flesh & blood” de Roxy Music, “A horse with no name” de Ameria y “4” de Gwendal. El mismo hermano también me inició en el mundo de la fotografía. Hizo una buena inversión. También tengo recuerdos borrosos de las mixtapes que grababa directamente de la radio o de Eurovisión.
¿Cuál fue el primer disco que compraste?
La memoria me dice que os traicione y diga que fue el single ‘Ashes to ashes’ de David Bowie. Pero la realidad es más mundana: “Rock & Ríos” de Miguel Ríos. Me costó unas cuantas pagas semanales reunir las 800 pesetas que costaba.
¿Y el último?
Un single de La Casa Azul con las sintonías de Nesquik. Una compra compulsiva.
Selecciona tres discos internacionales esenciales de tu colección.
“Peggy Suicide”, de Julian Cope “Beggars banquet”, de los Rolling Stones. “Honestidad brutal”, de Andrés Calamaro.
Selecciona tres discos nacionales esenciales de esa misma colección.
“El eterno femenino”, de La Mode. “Música moderna”, de Radio Futura. “Colección de favoritas” de Los Sencillos.
Un disco doble al que no le sobra nada.
En directo lo tendría clarísimo (el “Paris” de Supertramp) pero en estudio me quedaría con el “Tusk”, de Fleetwood Mac.
Un grupo o cantante a quien rescatarías del olvido.
Sin duda alguna a 091, por esto elegí una imagen suya para la portada de mi libro “Balas perdidas”. Lo tenían todo: actitud, letras inteligentes, un gran cantante, un puñado de buenas canciones, directos incendiarios, pasión por el rock sin olvidar las raíces… ¿Qué falló? Nadie lo sabe.
¿Cuál fue el primer concierto al que asististe?
La Companyia Elèctrica Dharma con la Cobla Mediterrània en el Palau de la Música, el 11 de diciembre de 1981.
¿Y el mejor concierto que has visto?
Cualquiera de los seis conciertos que he visto de los Rolling Stones. ¿Fanatismo, fetichismo, quizás? A esto hay que añadir el gustazo que supone hacerles fotos, con decenas de miles de gargantas rugiendo a tus espaldas y yo casi en el escenario con el grupo a pocos metros actuando para mi objetivo.
–
Elige y razona tu elección:
Serrat/Aute.
Qué le voy a hacer si yo nací en el Mediterráneo: Serrat forma parte de la cultura popular. El Aute de las últimas décadas me resulta demasiado opaco e incluso en ocasiones cansino. Aunque, eso sí, en un concierto de Aute conseguí hacerme una foto con… ¡Robert Plant!
Sabina/Robe Iniesta.
Por eliminación me quedo con Sabina. Desde que un día un punk con una borrachera insoportable se me puso a recitar versos de Robe a medio palmo de la oreja supe que mi reino no era de su mundo.
Radio Futura/Los Planetas.
Radio Futura, sobre todo de su primer elepé, “Música Moderna”, disco que merece una reivindicación constante.
Nacho Vegas/Quique González.
Nacho Vegas. Reconozco que tardé y no le presté la debida atención hasta “La zona sucia” (2011). A partir de aquel momento me pareció apasionante.
Jacques Brel/Serge Gainsbourg.
Más sucio, más directo. Gainsbourg.
Frank Sinatra/Elvis Presley.
3 de junio de 1992 en el Palau Sant Jordi. Frank se sirve una copa en el escenario y brinda: “Barcelona, os presento a un amigo: Jack Daniels” y la vacía de un trago. Además cantó ‘Summer wind’. ¿Qué más se puede pedir?
Marvin Gaye/Bruce Springsteen.
Springsteen. Cuando llegó a mis oídos ‘Sherry darling’, del álbum “The river”, fue momento iniciático. Además en directo sigue siendo insuperable.
Tom Waits/Lou Reed.
Difícil elección. Aunque sea de manera socarrona, ácida e incluso traidora, Tom Waits sonríe más que Lou Reed.
Michael Jackson/Prince.
A Jackson nunca me lo he creído. No es que Prince sea muy natural pero siempre será más real. Y de nuevo la carta del directo juega a su favor.
The Rolling Stones/The Velvet Underground.
Aquí sí que no tengo ninguna duda: los Rolling Stones. Ellos han mantenido vivos todos los tópicos de sexo, droga y rock and roll. Además acumulan más obras maestras que los neoyorquinos.
Paul McCartney/John Lennon.
Siempre Lennon, sin duda alguna. Por ser el espíritu más rockero de los Beatles, por sus canciones y por haber elegido a Yoko Ono como pareja. Pocos puede haber en el mundo con tantas agallas.
Bob Dylan/Neil Young.
Aquí entra un elemento profesional: Dylan no permite que en sus conciertos podamos hacer fotos. Así que nos vamos para tío Neil Young que, aunque con restricciones, nos deja dispararle con nuestras cámaras.
Elvis Costello/Paul Weller.
Weller. Solo por su carrera con The Jam se merece el cielo. “Sound affects” formó parte también de mi formación musical.
Miles Davis/Jimi Hendrix.
Dudas… ambos consiguieron ser héroes antes de su muerte. Pero en la balanza profesional gana Miles, ya que en dos ocasiones tuve la oportunidad de hacerle fotos.
Camarón/Enrique Morente.
Quizás sea una cuestión cultural o de gustos musicales, pero nunca he conseguido conectar del todo con el mundo del flamenco. Dejémoslo en Morente al atreverse a fusionar el flamenco con las guitarras de Lagartija Nick en “Omega”.
–
¿Por qué decidiste dedicarte a la fotografía musical?
En el año 1984 me di cuenta de que estaba harto de recortar las revistas para hacer mi fanzine, el «Voll-Ker». Fue entonces cuando decidí coger la cámara familiar y empezar a gastar carretes e iniciarme en la magia del cuarto oscuro. Mi primer concierto fue el 16 de junio del 84 con Ultratruita, en un centro cívico del barrio. Después le han seguido 9.000 conciertos más.
¿Quién fue tu maestro fotográfico?
Sin duda: Francesc Fàbregas. Cuando a principios de los ochenta veía sus fotos en la revista «Vibraciones» supe que quería ser como él: hacer fotos en los conciertos y entrar en ellos sin pagar, y quizás no en este orden.
Un equipo de fútbol.
No soy futbolero, pero si tengo que elegir, me quedo con el Barça.
Un político.
José Antonio Labordeta.
Una ciudad para vivir.
Aquí donde estoy, en Barcelona. No la cambio por ninguna otra.
El disco que detestas y que despierta alabanzas entre tus compañeros.
Nunca he conseguido entrar en el universo de Los Planetas.
¿Vinilo, cedé o mp3?
En mi casa conviven los tres soportes. Por la comodidad cada vez le voy cogiendo más cariño al mp3 insertado en mi iPhone, sobre todo por ahorrarme el caos de discos, cajas y portadas desparejadas. Aunque nada quitará el placer que conlleva la ceremonia del vinilo.
La película que nunca te cansas de volver a ver.
“Amanece que no es poco”
El libro que nunca te cansas de releer.
“La conjura de los necios”, de John Kennedy Toole
Una serie de televisión.
“Dr. Slump”
Si estuviera en tus manos elegir la música que suena en los supermercados, ¿qué discos seleccionarías?
Me encanta entrar en el Lidl con el “Roots” de Sepultura sonando en mi iPhone, pero no creo que el resto de los clientes lo entendiera.
–
Desde aquí puedes consultar la web de Xavier Mercadé.
–
Anterior entrega de Fotopress: Arancha Moreno.
© EFEEME.COM, prohibida la reproducción total o parcial.