«Acabo de comprar otra copia más, distinta en el envoltorio, del primer álbum de Bowie. Es puro fetichismo. Es el LP con más portadas diferentes que tengo.»
Julio Ruiz. Radio. «Discogrande». ¿Hacen falta más presentaciones del creador de ese programa de radio que hace poquito ¡celebró sus cuarenta años en antena!? Julio es una leyenda del periodismo musical, que durante algún tiempo compaginó con el deportivo. En este Fotopress sabremos algo más de sus gustos y preferencias.
Fecha y lugar de nacimiento.
Madrid, 21 de octubre de 1952
¿Qué música sonaba en tu casa cuando eras niño?
Mi madre era la “musiquera” de la casa; quien me contagió el amor por la radio y la música. Porque era oyente del viejo y voluminoso receptor y saltaba al aire un programa llamado “Discomanía” (con Paul Anka y su ‘Diana’), de Raúl Matas, y porque lo mismo, mientras planchaba, me sorprendía canturreando ‘Carreteras de Asturias’, de Antoñita Moreno.
¿Cuál fue el primer disco que compraste?
Comprado, ‘All you need is love’ (65 pesetas) de The Beatles tras ver el programa de “Mundovisión”; regalado, y elegido por mí, por comprar mi tocadiscos Cosmos en la tienda de electrodomésticos del barrio por haber aprobado Cuarto (de Bachiller) y Reválida, el EP de “With a girl like you”, de The Troggs.
¿Y el último?
Otra copia más, distinta en el envoltorio, del primer álbum de Bowie. Es puro fetichismo. Es el LP con más portadas diferentes que tengo.
Selecciona tres discos internacionales esenciales de tu colección.
“The big huge”, de Incredible String Band„ “Forever changes”, de Love; y “Srg. Pepper’s” de The Beatles.
Selecciona tres discos nacionales esenciales de esa misma colección.
“La ley del desierto, la ley del mar”, de Radio Futura; “Una semana en el motor de un autobús”, de Los Planetas; y “Hermanos carnales”, de Surfin’ Bichos.
Un disco doble al que no le sobra nada
“White album”, de The Beatles, y “The river”, de Bruce Springsteen. Y un triple: “Sandinista” de The Clash.
Un grupo o cantante a quien rescatarías del olvido.
A Melanie (Melanie Saftka). Creo que ahora hay aun spot en la tele que tiene una canción suya (‘Brand new key’) dentro…
¿Cuál fue el primer concierto al que asististe?
En sala, sala, me parece que a los africanos-caribeños Osibisa en J&J, a principios de los años 70, estaba empezando mi programa.
¿Y el mejor concierto que has visto?
Varios: Dos en sendos FIBs… inolvidables. Radiohead y Belle & Sebastia
Elige y razona tu elección:
Serrat/Aute.
Me llegan a la vez. Con ‘Tu nombre me sabe a yerba’ y con ‘Los burgueses’, respectivamente. Me quedo con Joan Manuel.
Sabina/Calamaro.
Pese a la adscripción colchonera de Joaquín y a que me encantan sus historias costumbristas, Andrés, en banda o solo, ha dejado grandes coplillas.
Nacha Pop/Los Planetas.
Maquetas-primicia. Una que ponía allá por el 81, otra que ponía allá por el 92. Maqueta con ‘El sueño’ y ‘Atrás’ (aún sin bautizar), grabada en un Rock-Ola vacío, y maqueta con ‘Mi hermana pequeña’. Equis en la quiniela.
Nacho Vegas/Quique González.
Nacho es autor de no menos de tres canciones propias sublimes. Pero Quique en su negociado también es grande y me gusta su pasada imagen de luchador y de ir por libre en este tinglado.
La Mala/La Bien Querida.
Tarareo ‘La cocinera’ desde que “Duendeando” iba detrás mío los fines de semana. La Bienque y su sencillez me pilla más cerca. Y también me gusta su muestrario de faldas.
Jacques Brel/Serge Gainsbourg.
En casa del tío de uno de mis amigos del «cole» me empapaba de discos de artistas (de Moustaki a Brel) que cantaban en francés. Y mi “novia” francesa de aquellos tiempos de ensoñadoras cartas a tierras nevadas galas me consiguió y me envió por correo el prohibidísimo tándem con Birkin. Otra equis.
Frank Sinatra/Elvis Presley.
Aunque parezca raro, soy fan de aquellos dos hitazos seguidos, ‘In the ghetto’ y ‘Suspicious minds’, que abrieron una nueva era de el rey. Pero… uno de mis primeros singles comprados fue “la tontería” de Frank y su hija Nancy (aparte de que le vi en un estadio de la Castellana que no suelo visitar por motivos obvios). Otra equis.
Marvin Gaye/Bruce Springsteen.
Me fui de peregrinación a ver (autobús, compra de entrada y demás) al Boss a Barcelona en aquel primer concierto aquí. El pabellón baloncestístico estaba poco más allá de media entrada y me pude colocar casi al borde del escenario y ver a un palmo mío a Van Zandt, a Clemons… Y no dejo de valorar a Marvin y, como poco, una tríada de himnos.
Tom Waits/Lou Reed.
Como me fío mucho de las primeras impresiones y los primeros contactos con cada artista, aquella cita primera “setentera” en concierto con Lou, cuando estaba caminando al borde del precipicio, es inolvidable. Aunque también fue impresionante mi primera vez con Tom.
Michael Jackson/Prince.
Michael Jackson seguro que tiene tres discos (con ayuda del vecino o de afamado productor y mago de la mesa) que son la santísima trinidad de la música negra. Y Prince, uno y medio o quizás dos.
The Rolling Stones/The Velvet Underground.
Más vivencias. Preston y Jagger chocándose las caderas en Barcelona en concierto cuando el menú stoniano era sopa de cabeza de cabra. Inolvidable. Me hubiera gustado pillar a la Velvet en su momento.
Bob Dylan/John Lennon.
Ya da rabia. A Bob le he visto (he perdido la cuenta) no sé cuántas veces: Pavillon Port de Pantin, en París; Glastonbury, Madrid, Festival Doctor Music… Y John… con lo que me hubiera gustado verle sobre un escenario… Pero ni así desequilibro el empate.
Neil Young/Elvis Costello.
Y dale con las vivencias, Julio… Pero es lo que hay. Allá donde en tiempo reciente Nadal destroza a sus rivales a raquetazos, el ex Rockódromo, Neil Young acabó un concierto con un ‘Like a hurricane’ im-pre-sio-nan-te, rebozándose por el suelo. Y Costello me seduce con esas tres pieles distintas: al frente de Attractions, solo o con respaldo de cuerdas. Más empates.
Youssou N’Dour/Fela Kuti.
Érase una vez un viaje (otra excursión musical como fan) a Burdeos para ver a Peter Gabriel, que no venía por aquí, y de repente me topo con un telonero, por entonces, desconocido. Fue el flechazo con Youssou. Le prefiero a Fela.
¿Por qué decidiste dedicarte a la crítica musical?
Yo no me considero crítico; me considero comentarista musical, enamorado de la música (primero, fan, y luego, “contagiador” a mis oyentes de lo que me gusta). Nunca he hecho una crítica negativa. Lo que no me gusta… no lo trituro… no lo pongo, y ya está.
¿Quién fue tu maestro periodístico?
Ángel Alvarez, Alfonso Eduardo… Los programas de radio que escuchaba entonces…
Un equipo de fútbol.
El Atlético de Madrid. Si no me hubiera borrado de socio en un tiempo en el que compaginé las dos cosas, música y deporte, periodismo en radio y en prensa diaria escrita, ahora llevaría fácil las cinco décadas de militante rojiblanco.
Un político
El “viejo profesor”. Don Enrique Tierno Galván. ¡¡¡Ay!!!, aquel ilusionante PSP…
Una ciudad para vivir.
Madrid. Pero si viviera en Barcelona también sería feliz.
El disco que detestas y que despierta alabanzas entre tus compañeros.
No voy a hablar de un disco, sino de un movimiento. Hay quien todavía no valora ni ve con buenos ojos a aquella tacada de músicos nuevos, de los 90, los mal llamados indies (por vulgarización y no siempre acertada de la denominación) que tenían tanto derecho como los de décadas precedentes (véase los 80) a hacer sus músicas, tocando en aquellos inicios más o menos bien (ni que hubieran sido los únicos).
¿Vinilo, CD o mp3?
Vinilo, por supuesto. CD, porque no hubo más remedio… Pero mp3… no, por favor.
La película que nunca te cansas de volver a ver.
Soy muy francés para el cine. “La noche americana”. Por culpa de Truffaut y de la Bisset…
El libro que nunca te cansas de releer.
¡Vaya desilusión para los eruditos! Acabo de volver a rescatar del trastero mi vieja colección de “El Capitán Trueno”. Creo que voy a hacerle la quinta pasada/relectura.
Una serie de televisión.
Los expedientes X lograron atraparme. Y… en aquellos tiempos, encima, Catatonia le dedican una canción a Mulder y Scully.
Si estuviera en tus manos elegir la música que suena en los supermercados, ¿qué discos seleccionarías?
La colección completa de músicas ambientales de Brian Eno; aunque un supermercado no sea ni un aeropuerto ni una película.
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